Brasil, peor: la economía se desplomó 4,5% en 2016. Ya van ocho trimestres consecutivos de caída. El derrumbe del año pasado fue superior a lo que esperaba el "mercado".
17 de Febrero de 2017
Cuentas en orden. A eso se aferra Michel Temer para retomar el crecimiento y la creación de empleo.
Brasilia - Motor económico latinoamericano, Brasil atraviesa su peor crisis en más de un siglo, al sumar dos años de recesión, que en 2016 fue del 4,55% y en 2015 llegó al 3,8 %, según datos oficiales divulgados ayer. La economía volverá a crecer y el desempleo caerá gracias a las "reformas" en curso, dijo el presidente Michel Temer.
El Índice de Actividad Económica, elaborado por el Banco Central, mostró una retracción del 0,26% en diciembre último frente a noviembre de 2016, con lo cual el acumulado del año tuvo una baja del 4,55%.
Según lo publicado en el sitio de noticias UOL, estas dos bajas consecutivas, en 2015 y 2016, son las peores desde 1901. El derrumbe de la actividad en diciembre pasado y en todo 2016 fueron superiores a las previstas por los analistas del mercado financiero.
El presidente se hizo eco hoy de estos datos y los relativizó durante un discurso pronunciado ante sus ministros en el Palacio del Planalto, en Brasilia. Destacó la "osadía responsable" de su Gobierno por haber impulsado "en sólo siete u ocho meses reformas" como la aprobada en el Congreso que establece el congelamiento del gasto público durante 20 años.
"Poner orden en las cuentas públicas significa crear las condiciones para la retomada del crecimiento y la generación de empleos" puntualizó el jefe de Gobierno que asumió el 31 de agosto del año pasado. Tanto Temer como el ministro de Hacienda, Henrique Meirelles, consideran que el PBI crecerá en 2017, y estiman que esa expansión puede llegar al 1 %. Claro que esa proyección sobre 2017 está sujeta a "revisiones" periódicas que tomen en cuenta los cambios coyunturales, señaló recientemente Meirelles.
Por su parte, Alexandre Schwartsman, exdirector del área internacional del Banco Central, aceptó ayer que la caída de la actividad el año pasado "no fue una buena noticia". "Pero considero que estos datos de 2016 son los estertores de la recesión, creo que tendremos una recuperación este año", ponderó el economista Schwartsman.
Para el Fondo Monetario Internacional (FMI), Brasil será una de las economías menos dinámicas de América Latina en 2017 cuando prevé que crecerá el 0,2%, y esta baja expansión tendrá impacto en las economías de sus vecinos.
Lo cierto es que el desplome económico constatado en 2016, contenido en el informe presentado ayer por el Banco Central, sorprendió, y de forma negativa, a los observadores. Ocurre que las proyecciones de los bancos privados y consultoras indicaban que la economía brasileña iba a empeorar el 3,5% en 2016.
Pero los números del Banco Central demostraron que la caída brasileña fue el 1,05%, peor que lo previsto por aquellos analistas. Por otra parte, la poderosa industria brasileña fue uno de los sectores más golpeados por la crisis, con una declinación del 6,6% frente a la actividad de 2016, cuando cayó por tercer año consecutivo.
La contracción industrial afecta, por lo demás, a la "generación de empleos estables y de calidad", según indicó un informe de fines de 2016 presentado por el Instituto Brasileño de Geografía y Estadísticas.
El mes pasado la Organización Internacional del Trabajo pronosticó que la desocupación seguirá creciendo en Brasil en 2017, cuando trepará al 12,4%, afectando a 13,6 millones de ciudadanos.
Cuentas en orden. A eso se aferra Michel Temer para retomar el crecimiento y la creación de empleo.
Brasilia - Motor económico latinoamericano, Brasil atraviesa su peor crisis en más de un siglo, al sumar dos años de recesión, que en 2016 fue del 4,55% y en 2015 llegó al 3,8 %, según datos oficiales divulgados ayer. La economía volverá a crecer y el desempleo caerá gracias a las "reformas" en curso, dijo el presidente Michel Temer.
El Índice de Actividad Económica, elaborado por el Banco Central, mostró una retracción del 0,26% en diciembre último frente a noviembre de 2016, con lo cual el acumulado del año tuvo una baja del 4,55%.
Según lo publicado en el sitio de noticias UOL, estas dos bajas consecutivas, en 2015 y 2016, son las peores desde 1901. El derrumbe de la actividad en diciembre pasado y en todo 2016 fueron superiores a las previstas por los analistas del mercado financiero.
El presidente se hizo eco hoy de estos datos y los relativizó durante un discurso pronunciado ante sus ministros en el Palacio del Planalto, en Brasilia. Destacó la "osadía responsable" de su Gobierno por haber impulsado "en sólo siete u ocho meses reformas" como la aprobada en el Congreso que establece el congelamiento del gasto público durante 20 años.
"Poner orden en las cuentas públicas significa crear las condiciones para la retomada del crecimiento y la generación de empleos" puntualizó el jefe de Gobierno que asumió el 31 de agosto del año pasado. Tanto Temer como el ministro de Hacienda, Henrique Meirelles, consideran que el PBI crecerá en 2017, y estiman que esa expansión puede llegar al 1 %. Claro que esa proyección sobre 2017 está sujeta a "revisiones" periódicas que tomen en cuenta los cambios coyunturales, señaló recientemente Meirelles.
Por su parte, Alexandre Schwartsman, exdirector del área internacional del Banco Central, aceptó ayer que la caída de la actividad el año pasado "no fue una buena noticia". "Pero considero que estos datos de 2016 son los estertores de la recesión, creo que tendremos una recuperación este año", ponderó el economista Schwartsman.
Para el Fondo Monetario Internacional (FMI), Brasil será una de las economías menos dinámicas de América Latina en 2017 cuando prevé que crecerá el 0,2%, y esta baja expansión tendrá impacto en las economías de sus vecinos.
Lo cierto es que el desplome económico constatado en 2016, contenido en el informe presentado ayer por el Banco Central, sorprendió, y de forma negativa, a los observadores. Ocurre que las proyecciones de los bancos privados y consultoras indicaban que la economía brasileña iba a empeorar el 3,5% en 2016.
Pero los números del Banco Central demostraron que la caída brasileña fue el 1,05%, peor que lo previsto por aquellos analistas. Por otra parte, la poderosa industria brasileña fue uno de los sectores más golpeados por la crisis, con una declinación del 6,6% frente a la actividad de 2016, cuando cayó por tercer año consecutivo.
La contracción industrial afecta, por lo demás, a la "generación de empleos estables y de calidad", según indicó un informe de fines de 2016 presentado por el Instituto Brasileño de Geografía y Estadísticas.
El mes pasado la Organización Internacional del Trabajo pronosticó que la desocupación seguirá creciendo en Brasil en 2017, cuando trepará al 12,4%, afectando a 13,6 millones de ciudadanos.