Febrero 6, 2017
P PARDO AFP
Frente al shock proteccionista de Donald Trump, México acelera sus negociaciones de libre comercio con Europa y vuelve la mirada a Asia, pero reducir su dependencia de Estados Unidos, el mayor mercado mundial, será un enorme desafío. El gobierno mexicano entró en acción la semana pasada y asegura estar listo para sacar provecho de sus decenas de tratados comerciales firmados alrededor del planeta. Sin embargo, expertos aseguran que no será sencillo lograr la urgente diversificación.
El miércoles, México anunció un acuerdo para acelerar negociaciones con la Unión Europea y modernizar su acuerdo comercial vigente desde 2000 –y que tuvo intercambios por € 53 mil millones en 2015–, así como su intención de negociar un tratado de libre comercio con Reino Unido, apenas logre salir del bloque continental.
Además, confirmó el inicio de un período de 90 días de consultas con el sector privado, legisladores y autoridades locales para definir los términos de la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (Tlcan).
Cumplido este proceso, que se realizará simultáneamente en Estados Unidos y Canadá, los socios se sentarán a la mesa a inicios de mayo, según estimó el ministro de Economía, Ildefonso Guajardo, quien como Trump dijo que su país podría salir del Tlcan si no obtiene un buen acuerdo.
Trump volvió a fustigar el pacto el jueves al calificarlo de "catástrofe", mientras Peña Nieto prometió mantenerse "incólume" en la defensa de los intereses de su país en la renegociación del Tlcan.
"Está bien que México voltee a ver hacia otras partes; sin embargo, yo no daría por muerto el Tlcan", dijo Gabriela Siller, directora de análisis del banco local BASE en Monterrey.
La clave, según la especialista, está en aprovechar este paréntesis para ampliar la participación de México en el mercado global, buscando opciones que no solo incluyan el intercambio comercial sino también servicios como el turismo, así como la atracción de inversión extranjera directa de países como China, Japón o Corea del Sur.
"Sería poco inteligente no empezarlas a explorar, pero eso dependerá de qué tan hábiles son las negociaciones del gobierno mexicano y qué tan rápido se pudieran hacer", afirmó.
Mirar a OrienteAnte la emergencia, los llamados a mirar a China como nuevo gran socio se perfilan como una jugada maestra pues no solo podría equiparar el tamaño del mercado estadounidense sino devolverle el golpe a Washington.
El miércoles, tras anunciar una alianza de inversión por más de US$ 200 millones entre la fabricante de autos china JAC Motors y la mexicana Giant, el gobernador estatal de Hidalgo, Omar Fayad, trazó la estrategia: "Cuando no puedes ver solamente hacia el norte, pues puedes ver a Oriente".
China ya es el segundo mayor socio comercial de México, con negocios por US$ 75 mil millones en 2015 sin contar con un TLC, pero esto sucedió, muy a su pesar, con importaciones mexicanas 14 veces superiores que las exportaciones chinas.
"Si fuera un partido de fútbol, pues nos golearon y feo", afirma Enrique Dussel, coordinador del Centro de Estudios China-México de la Universidad Nacional Autónoma de México.
El académico dijo ser "escéptico y cauteloso" ante la idea de convertir a China en el gran factor de diversificación comercial e inversión, sobre todo porque la relación ha sido "sumamente tensa", con inversiones fallidas y disputas en el marco de la Organización Mundial de Comercio en sectores como textiles, acero y juguetes.
Y esto a pesar de que en 2013, durante la visita del líder chino Xi Jinping a México, se estableció una asociación estratégica integral.
P PARDO AFP
Frente al shock proteccionista de Donald Trump, México acelera sus negociaciones de libre comercio con Europa y vuelve la mirada a Asia, pero reducir su dependencia de Estados Unidos, el mayor mercado mundial, será un enorme desafío. El gobierno mexicano entró en acción la semana pasada y asegura estar listo para sacar provecho de sus decenas de tratados comerciales firmados alrededor del planeta. Sin embargo, expertos aseguran que no será sencillo lograr la urgente diversificación.
El miércoles, México anunció un acuerdo para acelerar negociaciones con la Unión Europea y modernizar su acuerdo comercial vigente desde 2000 –y que tuvo intercambios por € 53 mil millones en 2015–, así como su intención de negociar un tratado de libre comercio con Reino Unido, apenas logre salir del bloque continental.
Además, confirmó el inicio de un período de 90 días de consultas con el sector privado, legisladores y autoridades locales para definir los términos de la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (Tlcan).
Cumplido este proceso, que se realizará simultáneamente en Estados Unidos y Canadá, los socios se sentarán a la mesa a inicios de mayo, según estimó el ministro de Economía, Ildefonso Guajardo, quien como Trump dijo que su país podría salir del Tlcan si no obtiene un buen acuerdo.
Trump volvió a fustigar el pacto el jueves al calificarlo de "catástrofe", mientras Peña Nieto prometió mantenerse "incólume" en la defensa de los intereses de su país en la renegociación del Tlcan.
"Está bien que México voltee a ver hacia otras partes; sin embargo, yo no daría por muerto el Tlcan", dijo Gabriela Siller, directora de análisis del banco local BASE en Monterrey.
La clave, según la especialista, está en aprovechar este paréntesis para ampliar la participación de México en el mercado global, buscando opciones que no solo incluyan el intercambio comercial sino también servicios como el turismo, así como la atracción de inversión extranjera directa de países como China, Japón o Corea del Sur.
"Sería poco inteligente no empezarlas a explorar, pero eso dependerá de qué tan hábiles son las negociaciones del gobierno mexicano y qué tan rápido se pudieran hacer", afirmó.
Mirar a OrienteAnte la emergencia, los llamados a mirar a China como nuevo gran socio se perfilan como una jugada maestra pues no solo podría equiparar el tamaño del mercado estadounidense sino devolverle el golpe a Washington.
El miércoles, tras anunciar una alianza de inversión por más de US$ 200 millones entre la fabricante de autos china JAC Motors y la mexicana Giant, el gobernador estatal de Hidalgo, Omar Fayad, trazó la estrategia: "Cuando no puedes ver solamente hacia el norte, pues puedes ver a Oriente".
China ya es el segundo mayor socio comercial de México, con negocios por US$ 75 mil millones en 2015 sin contar con un TLC, pero esto sucedió, muy a su pesar, con importaciones mexicanas 14 veces superiores que las exportaciones chinas.
"Si fuera un partido de fútbol, pues nos golearon y feo", afirma Enrique Dussel, coordinador del Centro de Estudios China-México de la Universidad Nacional Autónoma de México.
El académico dijo ser "escéptico y cauteloso" ante la idea de convertir a China en el gran factor de diversificación comercial e inversión, sobre todo porque la relación ha sido "sumamente tensa", con inversiones fallidas y disputas en el marco de la Organización Mundial de Comercio en sectores como textiles, acero y juguetes.
Y esto a pesar de que en 2013, durante la visita del líder chino Xi Jinping a México, se estableció una asociación estratégica integral.