09/03/2017
Manifestación contra Trump en Albuquerque, Nuevo México, en mayo de 2016. EFE
Sean Connery se lo decía a Kevin Costner en Los intocables de Eliot Ness: “¿Sabes cómo se captura a Capone? Si sacan un cuchillo, sacas una pistola. Si mandan a uno de los tuyos al hospital, mandas a uno de los suyos a la morgue. Así se hacen las cosas en Chicago y así es cómo se captura a Capone”.
Los demócratas también han decidido hacer las cosas como en Chicago para capturar a Donald Trump. Y van a pegar donde más duele: a los congresistas (no literalmente).
Todo parte de la iniciativa de unos antiguos asesores parlamentarios demócratas que poco después de la elección de Trump deciden colgar en internet una guía práctica para incitar a la movilización ciudadana. El documento se convierte en un best-seller inesperado, que rápidamente descargan un millón de personas. Del éxito de esta convocatoria improvisada surge el movimiento Indivisible que ahora cuenta con más de 6.000 agrupaciones por todo Estados Unidos.
La estrategia de Indivisible, que se ha convertido en una organización sin ánimo de lucro liderada por voluntarios, es muy sencilla: copiar el manual del guerrillero político del Tea Party.
El Tea Party empezó con grupúsculos locales muy movilizados que empezaron a organizarse por internet poco después del rescate financiero de 2008. No eran muchos, organizaban diariamente una veintena de eventos locales en todo el país, pero consiguieron tener un gran impacto a nivel nacional, gracias también al respaldo incondicional de Fox News.
“Cuando los congresistas volvieron (en 2009) a sus circunscripciones para pasar un verano tranquilo de partidos de béisbol y desayunos con tortitas, los activistas del Tea Party les estaban esperando”, contaba recientemente el equipo de Indivisible al diario Los Angeles Times.
En Estados Unidos se suele decir que toda la política es local. Los congresistas de la Cámara de Representantes (435) tienen una relación muy directa con sus votantes. Con un mandato de dos años, siempre están en campaña. El Tea Party se dedicó a asistir a todos los eventos, llamar a las oficinas y acudir a los mítines de sus congresistas para protestar y desgastar. Y como subraya el manifiesto de Indivisible no les hizo falta pedir nada. Bastaba simplemente con decir NO a cualquier propuesta de Obama.
La idea ahora es movilizar al bando antiTrump de cara a los comicios de mitad de mandato de 2018 (donde también se elige a un tercio del Senado). “Reelección, reelección, reelección. Los congresistas odian las sorpresas, odian perder el tiempo. Sobre todo, odian parecer débiles, desagradables y vulnerables ante sus electores. Lo usaremos para hacerles escuchar y actuar”, dice la “guía práctica para resistir a las medidas de Trump”.
Y eso también incluye movilizar a los que no suelen o no pueden votar. En la guía, convenientemente traducida al español para captar al electorado latino, el equipo de Indivisible recuerda que “los no ciudadanos, aunque carezcan del derecho a votar en las elecciones federales, sí tienen derecho a que sus representantes en el Congreso escuchen sus voces”.
Proponen acosar a los republicanos en los ayuntamientos, en las reuniones de distrito y en cualquier evento electoral. “A los congresistas les encanta cortar cintas y besar bebés cuando están de visita. No permitas que se hagan fotos sin hacerles preguntas sobre el racismo, el autoritarismo y la corrupción".
La movilización ciudadana está en marcha. En la reciente semana de vacaciones del Congreso (18-26 de febrero) los congresistas conservadores ya notaron en sus circunscripciones la presión de sus votantes. El próximo receso parlamentario está previsto para el 7 de abril. No deberían ser unas vacaciones muy tranquilas.