¿Se reconoce al hombre por debajo? Es nada menos que el Che Guevara, de camino a su objetivo final de promover la revolución en Bolivia.
El 3 de noviembre de 1966 el Che Guevara llegó a Bolivia bajo la identidad falsa de un economista uruguayo llamado Adolfo Mena González. El 7 de noviembre, día en que comienza su Diario de Bolivia, se instaló con veinticuatro hombres, nueve de ellos bolivianos, en una gran finca adquirida por Mario Monje, en la zona sudeste del país, justo en el límite del departamento de Santa Cruz con el de Chuquisaca, donde las últimas estribaciones de la Cordillera de los Andes se unen con la región del Gran Chaco.
El lugar no era bueno. Estaba ubicado en una zona casi deshabitada, demasiado lejos de la frontera con Argentina y fue comprado prácticamente sin ningún análisis estratégico y sin clara conciencia de su ubicación. La base guerrillera fue ubicada en una propiedad de 1.500 hectáreas de selva en un área montañosa atravesada por el río Ñancahuazú, tributario estacional del río Grande, en un área indígena correspondiente a la cultura guaraní.