Los sindicatos turcos llaman a la huelga por la muerte de los mineros en Soma
Las tareas de rescate continúan en la mina de carbón, aunque desde el miércoles no se ha sacado a ningún trabajador vivo
GRETTEL REINOSO Estambul 15 MAY 2014 -
La tensión aumenta en Turquía en torno a la tragedia de la mina de Soma (Aanatolia) cuando han transcurrido más de 40 horas desde la explosión en un yacimiento de carbón que ha provocado la muerte de 282 trabajadores en la mayor tragedia minera del país. Mineros y vecinos voluntarios intentan esta mañana rescatar a los obreros de la asfixia por monóxido de carbono, que continúa cobrándose vidas. Los sindicatos de la función pública han convocado para hoy una jornada de huelga para denunciar la responsabilidad y la negligencia del Gobierno en "la masacre de Soma". Las protestas se suceden. Esta mañana, la policía ha reprimido con gas lacrimógeno a los 20.000 manifestantes que protestaban por lo ocurrido en la ciudad de Esmirna.
Mientras nuevos cadáveres emergen por la boca de la mina, las esperanzas disminuyen para los que continúan atrapados y sus desesperados familiares, que se congregan en los alrededores. “No se ha sacado a ningún trabajador vivo en las últimas 12 horas”, ha declarado el ministro de Energía, Taner Yildiz. “Abajo podrían quedar aún unas 350 personas”, explicó a la prensa local este jueves un minero y participante voluntario en las tareas de rescate. Las cifras oficiales hablan solo de varias docenas de sepultados. “Hay mucho humo ahí dentro, en un lugar ves cuatro o cinco cuerpos, en otro rincón hay unos 10”, agregó.
Están siendo horas de dolor y tensión para toda Turquía, donde aumenta la indignación popular. “Cientos de nuestros hermanos trabajadores en Soma han sido condenados a muerte desde el principio, al ser obligados a trabajar en tan brutales procesos de producción para adquirir el máximo de ganancias”, reza una declaración de varios sindicatos, que han hecho un llamamiento a la huelga este jueves.
“Llamamos a los trabajadores y a los amigos de los trabajadores a levantarse hoy por nuestros hermanos en Soma”, dice el comunicado sindical, en el que se insta también a vestir de negro en luto por las víctimas.
“Hoy, muchos sindicatos están de huelga, pero no todos, aunque deberían estarlo”, dice a EL PAÍS Didem Kül, militante del Partido Comunista de Turquía. “Ayer (miércoles) participé de las protestas en Taksim, había miles de personas y la policía respondió con violencia. Fui a condenar los asesinatos de Soma, pero no estaba segura de que el próximo no fuese el mío", comenta.
"Hay cientos de trabajadores muertos en horribles condiciones y el estado le pagará 1.000 liras (352 euros) a cada familia, cuando hace solo un par de meses se supo que andaban escondiendo millones de dólares procedentes de la corrupción en cajas de zapatos”, declara Kül. Crecen los sentimientos de ira en un país que ha vivido una década de rápido crecimiento económico, pero que sigue entre los primeros puestos de las listas de accidentes laborales en Europa y en el mundo, y en especial en el sector minero.
En la tarde del miércoles, el primer ministro Recep Tayip Erdogan, fue abucheado por una multitud indignada en la localidad de Soma, que luego arremetió contra la fachada de la sede del partido del mandatario (AKP). Ha habido manifestaciones en múltiples ciudades turcas, que han sido dispersadas con cañones de agua y gases lacrimógenos. En varios puntos estratégicos de Estambul, como las estaciones de metro y las plazas, grupos de jóvenes se tiraban ayer al suelo, representando a los mineros muertos de Soma, con carbones y cascos amarillos.