18 feb 2015

Trasnacionales con al menos 10% de la tierra productiva en Uruguay


27 CONGLOMERADOS EMPRESARIALES POSEEN 1.641.000 HECTÁREAS

Hay 27 conglomerados empresariales que son propietarios de 1.641.000 hectáreas de tierra en Uruguay, equivalentes a un 10% de la superficie productiva del país.





Los capitales que han comprado tierra son en mayoría de Europa y EE.UU.

mié feb 18 2015

Estos datos surgen del trabajo "¿Acaparamiento de tierras en Uruguay?" —al que accedió El País— elaborado por los docentes de la Facultad de Agronomía de la Udelar, Gabriel Oyhantcabal y Pablo Areosa y por el docente del Servicio Central de Extensión y Actividades en el Medio de la UdelaR, Ignacio Narbondo.

Acaparamiento de tierras (que viene del inglés land grabbing) es "la expresión con la que se ha conceptualizado el proceso de apropiación de tierras por parte de Estados y/o grandes trasnacionales a nivel mundial", señala el informe.

Algunos autores "restringen el acaparamiento al control de tierras por parte de Estados extranjeros, mientras otros lo amplían a procesos de concentración de la tierra en manos de empresas privadas. Bajo esta última definición Uruguay estaría atravesando un fuerte proceso de acaparamiento" de la tierra en los últimos años, expresa.

Esto se ha hecho visible a partir del intenso dinamismo del mercado de tierras desde el año 2002, "que ha agudizado los procesos de concentración y extranjerización", dice el estudio.

En este sentido, señala que 27 conglomerados empresariales acaparan en Uruguay 1.641.000 hectáreas, un 10% de la superficie productiva. De esta forma este grupo de empresas transnacionales "controlan prácticamente la misma superficie que los 21.645 establecimientos que había registrados como agricultores familiares y que en 2013 acumulaban 1.690.000 hectáreas", señala.

Entre las empresas se destacan Montes del Plata y UPM junto a otras dedicadas a la forestación como Global Forest Partners y Weyerhaeuser (Estados Unidos), además de Unión Agricultore Group (UAG), empresa diversificada fundada en Uruguay que canaliza fondos de pensión e inversión con sede en Estados Unidos, Canadá y Francia; la empresa agrícola Agronegocios del Plata, capitalizada por el grupo Los Grobo de Argentina; y Ana Paula, empresa del magnate brasileño nacionalizado uruguayo Ernesto Correa.

El informe agrega que la superficie concentrada por los 27 grupos transnacionales supera en algo más de 500.000 hectáreas el relevamiento "Land Matrix" que a julio del año pasado acumulaba 1.125.800 hectáreas acaparadas en Uruguay, en base al procesamiento de 72 operaciones comerciales "debidamente comprobadas".

Esos datos señalan además que los capitales que han comprado tierra en Uruguay provienen del norte de Europa con 557.679 hectáreas y 29 operaciones, seguido por Estados Unidos con 295.338 hectáreas y 17 operaciones; y América del Sur con 229.341 hectáreas y 10 operaciones, acumulando entre las tres regiones el 96% de la superficie transada.

"Las cifras relevadas dan la pauta de que el acaparamiento transnacional de tierras en Uruguay supera al menos el millón y medio de hectáreas, ya que es altamente probable que haya más superficie en propiedad de empresas transnacionales que no pudieron ser relevadas para este trabajo", sostienen los autores.

El acaparamiento transnacional tiene otra variante que se vincula a la participación de Estados Extranjeros en el paquete accionario de empresas privadas y que los autores del trabajo definen como "acaparamiento indirecto".

Según la investigación, esta forma se da a partir de la presencia de Montes del Plata que posee alrededor de 220.000 hectáreas y una planta de celulosa; y UPM que posee 230.000 hectáreas y una planta de celulosa.

En el caso de Montes del Plata, es un consorcio integrado por las empresas Arauco de Chile y Stora Enso de Finlandia y Suecia. Esta última tiene entre sus accionistas al Estado de Finlandia a través del fondo de inversión Solidium, propiedad en un 100% del Estado finlandés, y que tiene el 12,3% de las acciones de Stora Enso y el 25,1% de los votos en su directorio. A estos se suman los fondos de pensión y seguros privados Kela, Varma e Ilmarinen (todos de Finlandia) que poseen el 6,3% de las acciones de la empresa, según el estudio.

En tanto, UPM tiene entre sus principales accionistas al gobierno de Finlandia con el 8,3% de las acciones. Entre sus accionistas también aparecen el The State Pension Fund (fondo de pensiones del Estado finlandés). Este fondo posee el 0,81% de las acciones de UPM, a los que se suman otros fondos de pensión privados como Ilmarinen, Kela y Varma.

Por otra parte, el estudio señala que junto con el acaparamiento transnacional coexiste otra forma de centralización de la tierra que denomina acaparamiento "tradicional" o "criollo" y que está ligado al proceso histórico de concentración de la tierra en Uruguay en manos de un reducido número de terratenientes. Según el informe, las dimensiones de esta forma de acaparamiento "son difíciles de cuantificar por falta de información que permita delimitar con precisión quiénes son los terratenientes locales".

No obstante, considerando que de acuerdo al Censo General Agropecuario 2011 habían 1.168 establecimientos con más de 2.500 hectáreas que concentran 5.450.000 hectáreas. Como al menos 1.640.000 están en propiedad de transnacionales, el acaparamiento tradicional acumula en el entorno de 3.810.000 hectáreas.
Productores han pasado a ser "socios rentistas"

Las consecuencias y efectos del acaparamiento de tierras en el país tiene aspectos que lo diferencian de procesos similares en América Latina y el mundo. Uno sustancial, según el estudio, es que la dinámica de concentración no ha provocado una tendencia general al desplazamiento con exclusión de la pequeña producción familiar, sino un proceso de reinserción en la estructura agraria de sujetos que antes se ubicaban como productores directos. "El land grabbing en Uruguay no está directamente asociado al desplazamiento forzado de los anteriores usuarios/propietarios de la tierra, sino que en muchos casos abandonan voluntariamente la tierra vía venta o arrendamiento, lo que los convierte en socios rentistas" de los capitalistas. En otros casos los viejos productores han seguido vinculados a la actividad, pero reconvertidos en empresarios prestadores de servicios agrícolas.