16 de Octubre de 2016
La ciudad estaba en manos de los yihadistas desde 2014.
Los rebeldes sirios, apoyados por Turquía, conquistaron este domingo la localidad de Dabiq, ciudad en manos del grupo Estado Islámico (EI) desde 2014, cuando contaba con 3.000 habitantes, provocando así un golpe certero contra los yihadistas. Asimismo, el primer ministro de Irak, Haider al-Abadi, anunció el inicio de una ofensiva para retomar de manos de Estados Islámico la ciudad de Mosul.Una localidad de Siria relativamente pequeña, cerca de la frontera turca y de limitada importancia estratégica pero de altísimo valor simbólico porque aquí, según una profecía del Islam sunnita, los musulmanes del califato habrían triunfado sobre los cristianos en un épico "enfrentamiento final" antes del Apocalipsis.
Simbólica al punto que en 2014 los yihadista titularon su revista de propaganda en lengua inglesa "Dabiq". Un comandante de la oposición siria, Saif Abu Bakr, hizo referencia que los combatientes del EI opusieron una resistencia "mínima" para defender su icónico bastión, situado en el norte de Siria a algunas decenas de kilómetros de Aleppo.
Esta última ciudad está además hoy devastada por los bombardeos y los combates después del fallido de las tratativas de Lausana, el pasado sábado por la noche, entre los representantes de los países involucrados en el conflicto sirio, Estados Unidos y Rusia en primera fila.
En Dabiq, añadió Saif Abu Bakr, ingresaron cerca de 2.000 milicianos rebeldes apoyados por un número impreciso de blindados, carros armados y medios de artillería del ejército turco. En el entretiempo -según la agencia de prensa turca Anadolu- aviones de Ankara y de la coalición internacional bombardearon tanto los alrededores de Dabiq como la vecina Arshak.
Y los yihadistas se retiraron sin oponer la feroz resistencia que numerosos estrategas se esperaban, dirigiéndose hacia al-Bab, otra ciudad siria en sus manos, un poco más al sur, decididamente más importante desde el punto de vista estratégico. Abandonada por el EI también está Soran, otra pequeña localidad al norte de Aleppo.
Entre los rebeldes, todos pertenecientes a formaciones que se oponen al presidente sirio, Bashar al Assad, la "declaración del triunfo" llegó de Ahmed Osman, líder del grupo Sultan Mourad, afiliado por el Ejército libre sirio.
"El mito pregonado por el EI de la gran batalla de Dabiq se derrumbó", afirmó. De la victoria se atribuyeron el mérito también los combatientes de Fastaqim Kama Umirt (Unión Fastaqim) que hablaron de "violentos combates".
Confirmación que luego llegó del Observatorio sirio de los Derechos Humanos que tienen sede en Londres pero disponen de una gran red de informadores y colaboradores en Siria.
Los combates entonces no cesaron completamente pero, según la agencia Anadolu, ahora los ganadores están comprometidos sobre todo en las operaciones de desminado y desactivación de los explosivos que, como es su costumbre, los yihadistas escondieron en casas y calles que se vieron obligados a abandonar.
Y donde, recuerdan los observadores, fue grabado un video en el que se mostró la cabeza de Peter Kassiq, rehén estadounidense decapitado por el "carnicero" del EI Jihadi John en noviembre de hace dos años.
El ejército de Ankara había intervenido militarmente en Siria en agosto pasado para "limpiar" las áreas más allá de la frontera sur de los yihadistas del EI pero también de los kurdos sirios que estaban obteniendo significativas victorias contra el EI. Estos son considerados por Turquía "terroristas" del mismo modo que los hombres del califato.
La frontera entre los dos países se mantiene caliente incluso en territorio turco. Dos fueron hoy los episodios de sangre cerca de una zona fronteriza.
Un atacante suicida detonó el explosivo que llevaba consigo durante una operación contra sospechosos miembros del EI en Sahinbey matando a tres policías e hiriendo a otras nueve personas; otro kamikaze, también conectado a los yihadistas, se inmoló sin causar víctimas en Gaziantep, a 20 kilómetros.
La operación "Escudo del Eufrates" de Ankara parece estar lejos de ser concluida.
La ciudad estaba en manos de los yihadistas desde 2014.
Los rebeldes sirios, apoyados por Turquía, conquistaron este domingo la localidad de Dabiq, ciudad en manos del grupo Estado Islámico (EI) desde 2014, cuando contaba con 3.000 habitantes, provocando así un golpe certero contra los yihadistas. Asimismo, el primer ministro de Irak, Haider al-Abadi, anunció el inicio de una ofensiva para retomar de manos de Estados Islámico la ciudad de Mosul.Una localidad de Siria relativamente pequeña, cerca de la frontera turca y de limitada importancia estratégica pero de altísimo valor simbólico porque aquí, según una profecía del Islam sunnita, los musulmanes del califato habrían triunfado sobre los cristianos en un épico "enfrentamiento final" antes del Apocalipsis.
Simbólica al punto que en 2014 los yihadista titularon su revista de propaganda en lengua inglesa "Dabiq". Un comandante de la oposición siria, Saif Abu Bakr, hizo referencia que los combatientes del EI opusieron una resistencia "mínima" para defender su icónico bastión, situado en el norte de Siria a algunas decenas de kilómetros de Aleppo.
Esta última ciudad está además hoy devastada por los bombardeos y los combates después del fallido de las tratativas de Lausana, el pasado sábado por la noche, entre los representantes de los países involucrados en el conflicto sirio, Estados Unidos y Rusia en primera fila.
En Dabiq, añadió Saif Abu Bakr, ingresaron cerca de 2.000 milicianos rebeldes apoyados por un número impreciso de blindados, carros armados y medios de artillería del ejército turco. En el entretiempo -según la agencia de prensa turca Anadolu- aviones de Ankara y de la coalición internacional bombardearon tanto los alrededores de Dabiq como la vecina Arshak.
Y los yihadistas se retiraron sin oponer la feroz resistencia que numerosos estrategas se esperaban, dirigiéndose hacia al-Bab, otra ciudad siria en sus manos, un poco más al sur, decididamente más importante desde el punto de vista estratégico. Abandonada por el EI también está Soran, otra pequeña localidad al norte de Aleppo.
Entre los rebeldes, todos pertenecientes a formaciones que se oponen al presidente sirio, Bashar al Assad, la "declaración del triunfo" llegó de Ahmed Osman, líder del grupo Sultan Mourad, afiliado por el Ejército libre sirio.
"El mito pregonado por el EI de la gran batalla de Dabiq se derrumbó", afirmó. De la victoria se atribuyeron el mérito también los combatientes de Fastaqim Kama Umirt (Unión Fastaqim) que hablaron de "violentos combates".
Confirmación que luego llegó del Observatorio sirio de los Derechos Humanos que tienen sede en Londres pero disponen de una gran red de informadores y colaboradores en Siria.
Los combates entonces no cesaron completamente pero, según la agencia Anadolu, ahora los ganadores están comprometidos sobre todo en las operaciones de desminado y desactivación de los explosivos que, como es su costumbre, los yihadistas escondieron en casas y calles que se vieron obligados a abandonar.
Y donde, recuerdan los observadores, fue grabado un video en el que se mostró la cabeza de Peter Kassiq, rehén estadounidense decapitado por el "carnicero" del EI Jihadi John en noviembre de hace dos años.
El ejército de Ankara había intervenido militarmente en Siria en agosto pasado para "limpiar" las áreas más allá de la frontera sur de los yihadistas del EI pero también de los kurdos sirios que estaban obteniendo significativas victorias contra el EI. Estos son considerados por Turquía "terroristas" del mismo modo que los hombres del califato.
La frontera entre los dos países se mantiene caliente incluso en territorio turco. Dos fueron hoy los episodios de sangre cerca de una zona fronteriza.
Un atacante suicida detonó el explosivo que llevaba consigo durante una operación contra sospechosos miembros del EI en Sahinbey matando a tres policías e hiriendo a otras nueve personas; otro kamikaze, también conectado a los yihadistas, se inmoló sin causar víctimas en Gaziantep, a 20 kilómetros.
La operación "Escudo del Eufrates" de Ankara parece estar lejos de ser concluida.