El Frente Amplio gobernó durante doce años con mayoría parlamentaria pero varios legisladores lograron romper con la tranquilidad partidaria
Octubre 30, 2016
Diego Battiste
Cuando en febrero de 2010, el exdiputado por el Nuevo Espacio, Horacio Yanes, sacó una camiseta de la selección uruguaya de fútbol con el número 50 al dorso varios de sus compañeros de bancada celebraron con alivio.
Es que en octubre de 2009, tras las elecciones que llevaron a José Mujica a la presidencia, esa banca estaba en duda y, por escaso margen, fue retenida por el oficialismo.
Cinco años después, cuando el presidente Tabaré Vázquez fue elegido por segunda vez para el cargo máximo, elFrente Amplio se volvió a asegurar el control del Parlamento, lo cual ha constituido una herramienta política clave para los gobiernos de izquierda.
Sin embargo, el voto 50 nunca le dio tranquilidad total al Frente Amplio, cuya estabilidad depende de un delicado equilibrio intra-partidario y de un acatamiento absoluto de la disciplina partidaria.
La posibilidad de que uno o más "rebeldes" estuvieran dispuestos a romper con el bloque ponía en jaque la independencia de la organización para pasar leyes sin depender de la ayuda de otros partidos. Y en estos años doce años de predominancia frenteamplista, la coalición de izquierda ha pasado horas difíciles debido a la posibilidad real de que naufragaran proyectos que contaban con el apoyo de la mayoría del FA.
El nombre de Gonzalo Mujica se acaba de agregar a esa lista con su reciente decisión de apoyar en el Plenario de la Cámara la instalación de una comisión investigadora, propuesta por la oposición, para que se indague los negocios entre Uruguay y Venezuela. Pero la decisión de Mujica amenaza con tener implicancias más allá de este caso concreto ya que su vinculación con la coalición es dificultosa y en el futuro votará con el gobierno solo cuando lo crea conveniente, según le transmitió el parlamentario a Javier Miranda, presidente del Frente Amplio.
En esa lista que Mujica actualiza, son varios los nombres inscriptos que le generaron un dolor de cabeza a la izquierda.
En el 2005 el senador comunista Eduardo Lorier se había manifestado en contra de apoyar el proyecto que permitía ampliar el contingente uruguayo en las misiones de paz en Haití. Finalmente acató "la disciplina partidaria" y votó a favor. El proyecto luego pasó a diputados. Allí, el representante socialista Guillermo Chifflet se manifestó en contra del envío de más tropas a Haití. Decidió no votar y retirarse de sala. Pero antes de hacerlo, renunció a su banca. "Quiero estar tranquilo con mi conciencia", dijo.
Uno de los momentos más difíciles para la interna frenteamplista fue durante el tratamiento legislativo del proyecto que anulaba la ley de Caducidad en 2011. El ex ministro de Defensa –por aquel entonces senador- Eleuterio Fernández Huidobro, había expresado su oposición al proyecto. Terminó votando a favor de la ley por disciplina partidaria, pero también renunció a su banca.
Sin embargo, esa ley no se sancionó debido a la negación del exdiputado del Espacio 609, Víctor Semproni, lo que le valió una suspensión.
Semproni había votado en contra de la ley que despenalizaba el aborto tres años antes, al igual que Juan Andrés Roballo, actual prosecretario de Presidencia. La ley de "Salud Sexual y Reproductiva" recibió la sanción en el Senado pero luego fue vetada por el presidente Tabaré Vázquez.
En 2012 se envió un nuevo proyecto de ley para despenalizar el aborto. Fue impulsada y aprobada en el Senado. Cuando pasó a la Cámara de Diputados, Andrés Lima no acompañó el proyecto por "cuestiones filosóficas". El voto salvador para el Frente Amplio vino de la mano del diputado del Partido Independiente, Iván Posada, quien presentó su iniciativa y fue el proyecto que finalmente se aprobó.
Más cerca en el tiempo, Semproni volvió a recibir el calificativo de "rebelde" junto a los diputados de la Liga Federal, Darío Pérez y Sergio Mier. Los tres legisladores se negaron a votar algunos artículos del presupuesto que fue aprobado en diciembre de 2015.
El último capítulo de rebeldía fue durante la discusión de la Rendición de Cuentas en el primer semestre de este año. Pérez, Mier y los diputados Gerardo Núñez (Partido Comunista) y Carlos Coitiño (PVP) lograron con su oposición al proyecto que se le hicieran cambios trascendentes, sobre todo en lo que refiere a no postergar el aumento del gasto para la educación.
Cuando el lunes 31 el diputado Gonzalo Mujica vote contra su propia fuerza política en el Plenario de la Cámara, habrá empezado una nueva etapa en la historia de la mayoría parlamentaria alcanzada por el Frente Amplio en las elecciones de 2004.
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Mujica, quien fue electo en las listas del MPP y luego se pasó al astorismo, resolvió que apoyará ese día la instalación de una comisión investigadora para que, como lo pide la oposición, indague los negocios entre Uruguay y Venezuela.
El Observador supo que en las últimas horas, el parlamentario le transmitió al presidente del Frente Amplio, Javier Miranda, –y luego a la bancada– que su vinculación con la coalición es realmente dificultosa y que en el futuro votará con el gobierno cuando lo crea conveniente, con la oposición si entiende que es lo mejor, e incluso aspira a aprobar sus propios proyectos. "Imagináte que yo presento un proyecto y la oposición me lo vota, ¿qué tengo que hacer? ¿retirarlo? Es una barbaridad", le dijo Mujica el miércoles 26 a Miranda y al coordinador de los diputados frenteamplistas, Gonzalo Civila (Partido Socialista).
Miranda lo convocó para decirle que estaba preocupado por el futuro de la coordinación de la bancada frenteamplista.
"Y tenés razón en estar preocupado", fue lo primero que le dijo Mujica.
El Frente tiene 50 diputados justos en la Cámara Baja y los necesita todos para aprobar sus proyectos.
Diego Battiste
Cuando en febrero de 2010, el exdiputado por el Nuevo Espacio, Horacio Yanes, sacó una camiseta de la selección uruguaya de fútbol con el número 50 al dorso varios de sus compañeros de bancada celebraron con alivio.
Es que en octubre de 2009, tras las elecciones que llevaron a José Mujica a la presidencia, esa banca estaba en duda y, por escaso margen, fue retenida por el oficialismo.
Cinco años después, cuando el presidente Tabaré Vázquez fue elegido por segunda vez para el cargo máximo, elFrente Amplio se volvió a asegurar el control del Parlamento, lo cual ha constituido una herramienta política clave para los gobiernos de izquierda.
Sin embargo, el voto 50 nunca le dio tranquilidad total al Frente Amplio, cuya estabilidad depende de un delicado equilibrio intra-partidario y de un acatamiento absoluto de la disciplina partidaria.
La posibilidad de que uno o más "rebeldes" estuvieran dispuestos a romper con el bloque ponía en jaque la independencia de la organización para pasar leyes sin depender de la ayuda de otros partidos. Y en estos años doce años de predominancia frenteamplista, la coalición de izquierda ha pasado horas difíciles debido a la posibilidad real de que naufragaran proyectos que contaban con el apoyo de la mayoría del FA.
El nombre de Gonzalo Mujica se acaba de agregar a esa lista con su reciente decisión de apoyar en el Plenario de la Cámara la instalación de una comisión investigadora, propuesta por la oposición, para que se indague los negocios entre Uruguay y Venezuela. Pero la decisión de Mujica amenaza con tener implicancias más allá de este caso concreto ya que su vinculación con la coalición es dificultosa y en el futuro votará con el gobierno solo cuando lo crea conveniente, según le transmitió el parlamentario a Javier Miranda, presidente del Frente Amplio.
En esa lista que Mujica actualiza, son varios los nombres inscriptos que le generaron un dolor de cabeza a la izquierda.
En el 2005 el senador comunista Eduardo Lorier se había manifestado en contra de apoyar el proyecto que permitía ampliar el contingente uruguayo en las misiones de paz en Haití. Finalmente acató "la disciplina partidaria" y votó a favor. El proyecto luego pasó a diputados. Allí, el representante socialista Guillermo Chifflet se manifestó en contra del envío de más tropas a Haití. Decidió no votar y retirarse de sala. Pero antes de hacerlo, renunció a su banca. "Quiero estar tranquilo con mi conciencia", dijo.
Uno de los momentos más difíciles para la interna frenteamplista fue durante el tratamiento legislativo del proyecto que anulaba la ley de Caducidad en 2011. El ex ministro de Defensa –por aquel entonces senador- Eleuterio Fernández Huidobro, había expresado su oposición al proyecto. Terminó votando a favor de la ley por disciplina partidaria, pero también renunció a su banca.
Sin embargo, esa ley no se sancionó debido a la negación del exdiputado del Espacio 609, Víctor Semproni, lo que le valió una suspensión.
Semproni había votado en contra de la ley que despenalizaba el aborto tres años antes, al igual que Juan Andrés Roballo, actual prosecretario de Presidencia. La ley de "Salud Sexual y Reproductiva" recibió la sanción en el Senado pero luego fue vetada por el presidente Tabaré Vázquez.
En 2012 se envió un nuevo proyecto de ley para despenalizar el aborto. Fue impulsada y aprobada en el Senado. Cuando pasó a la Cámara de Diputados, Andrés Lima no acompañó el proyecto por "cuestiones filosóficas". El voto salvador para el Frente Amplio vino de la mano del diputado del Partido Independiente, Iván Posada, quien presentó su iniciativa y fue el proyecto que finalmente se aprobó.
Más cerca en el tiempo, Semproni volvió a recibir el calificativo de "rebelde" junto a los diputados de la Liga Federal, Darío Pérez y Sergio Mier. Los tres legisladores se negaron a votar algunos artículos del presupuesto que fue aprobado en diciembre de 2015.
El último capítulo de rebeldía fue durante la discusión de la Rendición de Cuentas en el primer semestre de este año. Pérez, Mier y los diputados Gerardo Núñez (Partido Comunista) y Carlos Coitiño (PVP) lograron con su oposición al proyecto que se le hicieran cambios trascendentes, sobre todo en lo que refiere a no postergar el aumento del gasto para la educación.
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Mujica, quien fue electo en las listas del MPP y luego se pasó al astorismo, resolvió que apoyará ese día la instalación de una comisión investigadora para que, como lo pide la oposición, indague los negocios entre Uruguay y Venezuela.
El Observador supo que en las últimas horas, el parlamentario le transmitió al presidente del Frente Amplio, Javier Miranda, –y luego a la bancada– que su vinculación con la coalición es realmente dificultosa y que en el futuro votará con el gobierno cuando lo crea conveniente, con la oposición si entiende que es lo mejor, e incluso aspira a aprobar sus propios proyectos. "Imagináte que yo presento un proyecto y la oposición me lo vota, ¿qué tengo que hacer? ¿retirarlo? Es una barbaridad", le dijo Mujica el miércoles 26 a Miranda y al coordinador de los diputados frenteamplistas, Gonzalo Civila (Partido Socialista).
Miranda lo convocó para decirle que estaba preocupado por el futuro de la coordinación de la bancada frenteamplista.
"Y tenés razón en estar preocupado", fue lo primero que le dijo Mujica.
El Frente tiene 50 diputados justos en la Cámara Baja y los necesita todos para aprobar sus proyectos.
En lo inmediato, Mujica tiene diferencias con la propuesta de reforma de la Caja Militar y se dispone a presentar sus propios cambios a la iniciativa.
"Quiebre".En la reunión con Miranda y Civila, Mujica les dijo que tenía discrepancias con asuntos "claves" de la aplicación del programa del Frente Amplio vinculados "nada menos" que con la educación, la salud, la seguridad pública y la inserción internacional. "Muchos en el Frente creen que se debe ir más hacia la izquierda y yo creo que tiene que correrse más a la derecha. En realidad, en muchos aspectos el FA está yendo para la derecha, pero yo voy doscientos metros adelante y les da bronca porque lo digo", explicó Mujica.
Ante la insistencia de Miranda en saber qué sucederá con el voto futuro de Mujica, el parlamentario le respondió: "Es posible que vayamos a un quiebre".
El jueves 27 durante la reunión de bancada en la que se discutió la instalación de una comisión investigadora sobre los negocios con Venezuela propuesta por el nacionalista Jaime Trobo, Mujica reiteró que votará a favor la indagatoria.
En este caso es probable que el oficialismo logre zafar de las pretenciones de la oposición ya que el diputado de la Unidad Popular, Eduardo Rubio, no votará la investigadora y no alcanzarán los votos.
Luego de fijar su postura, Mujica se retiró de la reunión de bancada para que los legisladores oficialistas pudieran trazar la estrategia parlamentaria sin invitados incómodos. Y no sabe si volverá.
De ahora en más, el Frente Amplio deberá salir a la caza del voto 50 cada vez que pretenda aprobar esas cosas que, hasta ahora, tenían un casi seguro visto bueno.
"Quiebre".En la reunión con Miranda y Civila, Mujica les dijo que tenía discrepancias con asuntos "claves" de la aplicación del programa del Frente Amplio vinculados "nada menos" que con la educación, la salud, la seguridad pública y la inserción internacional. "Muchos en el Frente creen que se debe ir más hacia la izquierda y yo creo que tiene que correrse más a la derecha. En realidad, en muchos aspectos el FA está yendo para la derecha, pero yo voy doscientos metros adelante y les da bronca porque lo digo", explicó Mujica.
Ante la insistencia de Miranda en saber qué sucederá con el voto futuro de Mujica, el parlamentario le respondió: "Es posible que vayamos a un quiebre".
El jueves 27 durante la reunión de bancada en la que se discutió la instalación de una comisión investigadora sobre los negocios con Venezuela propuesta por el nacionalista Jaime Trobo, Mujica reiteró que votará a favor la indagatoria.
En este caso es probable que el oficialismo logre zafar de las pretenciones de la oposición ya que el diputado de la Unidad Popular, Eduardo Rubio, no votará la investigadora y no alcanzarán los votos.
Luego de fijar su postura, Mujica se retiró de la reunión de bancada para que los legisladores oficialistas pudieran trazar la estrategia parlamentaria sin invitados incómodos. Y no sabe si volverá.
De ahora en más, el Frente Amplio deberá salir a la caza del voto 50 cada vez que pretenda aprobar esas cosas que, hasta ahora, tenían un casi seguro visto bueno.