ARGENTINA. GOBIERNO POR Y PARA RICOS
Estrategia deliberada
Por Alfredo Zaiat
En una visita a las obras del Metrobus en Tres de Febrero, el presidente Mauricio Macri aseguró que “está bajando la inflación y va a seguir bajando”, consignó la agencia oficial Télam el 10 de agosto. El ÍPC de agosto había anotado 0,2 por ciento porque se descontó el tarifazo de gas luego del fallo de la Corte Suprema. Con el IPC de septiembre se rompió esa ilusión al registrar un alza del 1,1 por ciento, con precios de alimentos subiendo en promedio 2,3 por ciento. Las estimaciones privadas para octubre adelantan un IPC de 2,5 por ciento.
La sentencia de Macri no se verificó.
En la convención de la Cámara de la Construcción el ministro de Finanzas y Deshacienda, Alfonso Prat-Gay, aseguró que “toda la economía dejó de caer en el tercer trimestre”, dice Clarín del 11 de octubre.
El Indec difundió ayer que el Estimador Mensual de Actividad Económica bajó 2,6 por ciento interanual en agosto. El Centro de Estudios Económicos Orlando Ferreres precisó que la actividad general se retrajo en septiembre 3,7 por ciento respecto a igual mes del año anterior. Estimó que la actividad económica en el tercer trimestre del año tuvo una baja de 4,1 por ciento interanual.
La afirmación de Prat Gay se probó que no era cierta.
Invitado a disertar en la Bolsa de Comercio de Córdoba, en mayo pasado, el secretario de Finanzas, Luis Caputo, afirmó que la Argentina no volvería a tomar deuda en los mercados externos ni éste ni el próximo año, para que de esa manera quede “el camino despejado” para las colocaciones de deuda de las provincias y de los privados, publicó La Nación el 10 de mayo.
El Gobierno nacional no abandonó y continuó en la carrera vertiginosa de emisión de deuda en el mercado, local e internacional, en pesos y en dólares. En apenas 20 días de este mes colocó bonos por poco más de 10 mil millones de dólares.
La promesa de Caputo no se concretó.
En una entrevista publicada en La Capital de Rosario, el ministro del Interior, Obras Públicas y Vivienda, Rogelio Frigerio, había asegurado que el empleo formal había empezado a registrar un leve repunte en agosto. Lo fundamentó en “el crecimiento importante de los despachos de cemento y el incremento de la venta de motos y otros bienes”, informó Ámbito Financiero el 11 de septiembre.
La Encuesta de Indicadores Laborales del Ministerio de Trabajo detalló que el empleo privado registrado disminuyó 0,7 por ciento interanual en agosto y bajó 0,2 por ciento contra el mes anterior.
La certeza de Frigerio fue desmentida por un informe de un ministerio de su propio gobierno.
No es la colisión del deseo de los funcionarios con la realidad. Es una estrategia deliberada. En el gobierno de la propaganda lo que importa no es el mensaje que, como se ha podido observar promete, asegura, sentencia cualquier cosa sin la mínima rigurosidad, sino la intensidad con que se lo transmite para generar percepciones (que la situación está mejorando) en los agentes económicos (consumidores y empresarios). El análisis del panorama económico queda así sumergido en un discurso dominante de construcción de expectativas que va manipulando la interpretación general de un impactante ciclo económico, social y laboral regresivo.
Crece la desigualdad
El diez por ciento más rico de los hogares incrementó su ingreso medio un 49,5 por ciento en un año y pasó de concentrar el 26,6 al 28,5 por ciento de la riqueza.
Por Fernando Krakowiak
La distribución del ingreso empeoró de manera significativa en el segundo trimestre de este año respecto al mismo período de 2015, según se desprende de una serie de cuadros estadísticos publicados ayer por el Indec. El diez por ciento más rico de los hogares incrementó su ingreso medio en el último año de 34.330 a 51.321 pesos, un 49,5 por ciento. De este modo, pasó de concentrar un 26,6 a un 28,5 por ciento del ingreso total familiar en los 31 conglomerados urbanos relevados por la Encuesta Permanente de Hogares. La contracara es el decil de hogares más pobres que en el mismo período aumentó su ingreso medio de 2791 a 3730 pesos, un 33,6 por ciento, lo que lo llevó a reducir su participación en el total de 2,2 a 2,1 por ciento.
El Indec solía publicar los datos del segundo trimestre en un informe difundido a fines de septiembre, pero en esta ocasión el organismo demoró un mes respecto de la fecha habitual, sólo subió los cuadros a la web sin ningún informe adjunto y ni siquiera los anunció en su cronograma de publicaciones, en lo que pareciera un intento de manipulación destinado a tratar que los datos pasen desapercibidos. Esta maniobra se suma a una serie de “retoques” polémicos que realizó el organismo que conduce Jorge Todesca en informes clave como los de desocupación, pobreza, Producto Interno Bruto y producción industrial, tal como fue detallado por Página/12 el último domingo.
Las cifras que acreditan el fuerte aumento de la desigualdad durante los primeros meses de la gestión macrista se subieron a la web, pero no es fácil hallarlas ya que no se destacan en la página principal del portal. Los cuadros están en la subsección “Distribución del ingreso” dentro de la sección “Trabajo e ingresos” de la pestaña “Sociedad” y sin ningún documento adjunto donde se los analice, tal como era habitual. Junto a los datos de ingresos monetarios percibidos por los hogares y las personas, históricamente además se difundía el coeficiente Gini que también da cuenta de la desigualdad en la distribución, pero en este caso no fue publicado.
Si se toman las cifras correspondientes a la población total según ingreso per capita familiar, también se observa un claro deterioro de la distribución del ingreso. El diez por ciento más pobre concentraba en el segundo trimestre del año pasado el 1,8 por ciento del ingreso frente al 29,7 por ciento del diez por ciento más rico, mientras que en el segundo trimestre de este año el primer grupo acumuló el 1,7 por ciento del ingreso y el segundo el 31,3 por ciento.
En términos de ingreso efectivo, los más pobres treparon de una media per capita de 731 a 950 pesos, un 29,9 por ciento más. El diez por ciento más rico de la población, en cambio, hace un año tenía un ingreso medio per capita de 11.921 pesos y ahora subió a 18.037 pesos, un 51,3 por ciento más. El incremento de la desigualdad es consecuencia directa del impacto que viene generando la política económica oficial sobre los que menos tienen.