2 oct 2017

BOTAS PARA LOS VOTOS

ESPAÑA
Las cargas policiales debilitan al Gobierno en la batalla por la opinión pública en Europa. 
Organizaciones internacionales de defensa de los derechos humanos ponen la lupa sobre los incidentes del 1-O que según la Generalitat causaron más de 700 heridos
José Precedo

01/10/2017



Portada de la CNN
Los primeros ministros de Escocia y Bélgica y el ministro de Exteriores británico, el líder del Partido laborista en aquel país, Jeremy Corbin, y otros dirigentes europeos expresan su preocupación por las cargas policiales en Cataluña. Rajoy asegura contar "con el apoyo sin fisuras de toda la comunidad internacional"
Los vídeos de las cargas policiales en Catalunya difundidos por toda la prensa europea se han producido durante la jornada del 1-O han causado un grave problema de imagen en la esfera internacional al Gobierno de Mariano Rajoy.

Organizaciones como Human Rights Watch, Oxfam y Amnistía Internacional que velan por los derechos humanos han sido muy críticas con lo sucedido este domingo en Cataluña y dirigentes y mandatarios de toda Europa han pedido diálogo para resolver el conflicto y lamentado los incidentes que según la Generalitat han causado más de 700 heridos.
El propio exministro de Exteriores Jose Manuel García Margallo ha admitido este domingo que el Gobierno del que formó parte hasta esta legislatura está perdiendo la batalla de la opinión pública en Europa y debería construir un relato en las instituciones comunitarias y la prensa internacional para enfrentar al que "está imponiendo la Generalitat".

Durante toda la jornada se han sucedido reacciones muy críticas de distintos países a las noticias que los periódicos europeos difundían sobre la situación en Catalunya. Pese a ello, Mariano Rajoy, destacó en su comparecencia desde el Palacio de la Moncloa al final de la jornada "el apoyo sin fisuras [a su Gobierno] de toda la comunidad internacional".

Los gobernantes de Grecia y Escocia y líderes de partidos de distinto color político han lamentado la actuación del Gobierno de España y los altercados derivados de la decisión de intentar cerrar los colegios donde se iba a producir el referéndum que el Tribunal Constitucional declaró ilegal.

La primera ministra de Escocia, Nicola Sturgeon, ha expresado su "preocupación por las imágenes" de Cataluña. "Independientemente de las opiniones sobre la independencia, todos deberíamos condenar las escenas que se están viendo", afirmó la dirigente escocesa.

Su homólogo en Bélgica, Charles Michel, también ha señalado que "la violencia nunca puede ser la respuesta". "Condenamos todas las formas de violencia y nos reafirmamos en nuestra llamada al diálogo", ha dicho a través de Twitter el primer ministro belga.

Su antecesor Guy Verhofstadt, actual presidente en el Parlamento Europeo del Grupo de la Alianza de los Liberales y Demócratas por Europa (el mismo grupo de la Eurocámara al que pertenece Ciudadanos), ha reiterado ese llamamientoa buscar una "solución negociada" para el conflicto catalán: "Es el momento para rebajar la tensión. El único camino hacia adelante es una solución negociada", afirma Verhofstadt en su perfil de Twitter.

El ministro de Exteriores británico, Boris Johnson, ha recordado que la votación organizada por el movimiento independentista no es constitucional, pero a renglón seguido ha pedido al Gobierno español reconducir la situación.

"Obviamente estamos preocupados por cualquier incidente violento, pero evidentemente este referéndum, tal como yo lo entiendo, no es constitucional, por lo que es necesario un equilibrio", ha afirmado Johnson en declaraciones a la agencia Reuters. "Esperamos que las cosas se tranquilicen", dijo desde Manchester donde se celebraba el congreso del Partido Conservador. Su compañero de gabinete y ministro de Comercio británico, Liam Fox, también ha condenado la violencia, aunque ha subrayado que el referéndum es un asunto del Gobierno español.

En Francia, el presidente de la Asamblea, François de Rugy, ha afirmado que no hace falta buscar "quién está equivocado o quién tiene razón", sino que lo necesario es "buscar una solución".

El que fuera candidato socialista en las últimas elecciones presidenciales, Benoît Hamon, ha expresado en Twitter su preocupación: "En el corazón de Europa, estas imágenes de agresiones para evitar que la gente vote en Catalunya están llenas de significado y de amenazas".

Jean-Luc Mélenchon, presidente del grupo parlamentario de la Francia Insumisa, ha afirmado: "El Estado español pierde la sangre fría. La nación no puede ser una camisa de fuerza".

Uno de los más importantes dirigentes europeos durante los últimos años, Martin Shulz, presidente del Parlamento Europeo hasta el pasado febrero y líder del Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD) también se ha mostrado muy preocupado por la imagen que España ha dado al mundo este 1-O. "La escalada en España es preocupante. Madrid y Barcelona deben buscar inmediatamente rebajar la tensión y el diálogo", ha afirmado Schulz a través de su cuenta oficial en Twitter.

En la misma red social el líder del Partido Laborista británico, Jeremy Corbyn, ha señalado en Twitter que "la violencia policial contra las ciudadanos de Catalunya es impactante". "El Gobierno español debe actuar y pararla de inmediato", añade el político británico.

El presidente de los socialistas y Demócratas en la Eurocámara, Gianni Pitella ha hecho algo más que distanciarse de la respuesta del Gobierno en este primero de octubre. Ha criticado directamente al presidente, Mariano Rajoy: "La solución no puede ser política, no policial, pero durante meses Rajoy ha permanecido en la inacción. La escalada de tensión debería haberse rebajado hace mucho tiempo para evitar el choque entre las fuerzas del orden y la ciudadanía. Las horribles imágenes emitidas en Barcelona a todo el mundo no deberían haber sucedido nunca. Desgraciadamente el Gobierno conservador de España no ha abierto una vía de diálogo y ha desoído la voz de tantos ciudadanos en Cataluña".

Pitella también ha tenido críticas para el Gobierno de Cataluña "por llevar a la ciudadanía por un camino ilegal a pesar de tantos dictámenes judiciales, no solo del Tribunal Constitucional, sino también de tribunales catalanes".

Tras conocer parte de estas redacciones, el exministro de Exteriores José Manuel García Margallo admitió este domingo que el Gobierno está perdiendo la batalla de la opinión pública en los organismos internacionales y la prensa europea. En una entrevista en La Sexta defendió la unidad de España, el cumplimiento del Estado de Derecho y la aplicación del artículo 155 para suspender la autonomía de Cataluña si finalmente el Parlament decide aprobar una declaración unilateral de independencia.

Margallo ha recordado que lo sucedido este 1-0 se veía venir y qué el ya advirtió de la radicalización del movimiento tras la Díada de 2010 y la sentencia del Constitucional sobre el Estatut. Margallo ve urgente construir un "relato para difundirlo fuera".

"Ha habido acontecimientos muy sorprendentes. La declaración de la primera ministra de Escocia [Nicola Sturgeon] simpatizando con el referéndum es la primera vez que se produce. Los escoceses fueron muy cautelosos porque sabían que la posición de España respecto a una eventual adhesión de España a la UE despendía de lo que dijeran ellos. Luego hay una posición de la Iglesia Catalana que ha olvidado aquello de `a Dios lo que es de Dios y a César lo que es del César´que el Vaticano no ha condenado o no en los términos que yo creo. Y luego estoy viendo muchos medios internacionales en Francia, Reino Unido, Alemania etcétera, donde el relato de la Generalitat se está imponiendo".


El Govern busca cómo rentabilizar los 2,2 millones de votos del 1-O para forzar una negociación

Una parte del independentismo sabe que tiene que medir sus pasos para no perder los apoyos obtenidos más allá de sus votantes y ganar respaldo a nivel internacional
Puigdemont sugiere que aplicará la ley de transitoriedad pero no aclara cuándo, con el objetivo de ganar tiempo y aliados frente a Rajoy



Puigdemont votando este 1-O en Cornellà del Terri

Nada volverá a ser igual en Catalunya tras la jornada que se ha vivido este 1 de octubre. Una parte del independentismo es consciente de que debe medir sus próximos pasos para no perder un apoyo en la calle que va más allá de sus votantes. Para lograrlo tendrá que contener a los que abogan por acelerar y proclamar ya la independencia, sea en las condiciones que sea.

El único partido que en su momento se atrevió a fijar un objetivo de participación fue la CUP cuando en el mes de julio apuntó que el propósito era llegar a los 3 millones de votos. No se ha alcanzado esa cifra. Según los datos del Govern, 2,2 millones han participado en la votación de este domingo, es decir, el 42% del censo. Como era previsible, ha ganado el sí, con un 90% de los votos.


Una primera comparación posible es con la consulta del 9-N, ciertamente mucho menos accidentada, pero también sin el carácter vinculante que se pretende dar a la del 1-O. Ahí va la cifra: Esta vez ha habido 40.000 votos menos que en el 2014 (aunque el 9-N no se activó ninguna operación policial para impedirlo).

Segunda comparación. En las elecciones del 27 de septiembre del 2015, Junts pel Sí y la CUP obtuvieron 1,9 millones de votos.

Más allá de los números, es evidente que la votación de este domingo se ha realizado sin las garantías imprescindibles para que sea reconocido internacionalmente como un referéndum. Eso complica su lectura. Y su gestión posterior.

Tanto en Esquerra como en la CUP recuerdan que la ley de transitoriedad señala que en caso de una victoria del sí deberá aprobarse una declaración de independencia. Fuentes gubernamentales niegan que estén ya redactando una declaración de este tipo y aseguran que se busca ganar tiempo para que la presión internacional y la de la mayoría de partidos del hemiciclo del Congreso fuercen a Mariano Rajoy a sentarse a negociar. Pero el tiempo corre en contra de las promesas hechas a los votantes independentistas porque la ley de transitoriedad fija que una victoria del sí comporta una proclamación secesionista en 48 horas. Así que no es descartable que a finales de esta semana pueda haber un pronunciamiento en el Parlament.

Evidentemente, los pasos que vaya a dar el soberanismo provocarán una respuesta del Gobierno central y, una vez más, reaparece la posibilidad de una suspensión de más competencias de la Generalitat. De momento, los estrategas del procés abogan por mantener la presión en la calle y paralelamente intentar mediaciones en los despachos.
Explorar una negociación

La declaración de Pedro Sánchez instando a Mariano Rajoy a abrir una negociación con el Gobierno catalán podría ayudar a uno de los propósitos que Puigdemont mantiene: romper el actual bloqueo para poder recuperar el control de las finanzas de la Generalitat, en estos momentos en manos del Ministerio de Hacienda, y frenar la ofensiva judicial contra los promotores del referéndum.

"En algún momento se tendrá que hablar, aunque sea a través de mediadores", se ha insistido en los últimos días en el Palau de la Generalitat. La presión que socialistas, Podemos y PNV ejerzan sobre Rajoy puede ayudar a ese desbloqueo, aunque difícilmente podrá contentar a los sectores más duros del independentismo.



Mossos d'Esquadra junto a agentes de la Policía Nacional EFE
El frente internacional

El món ens mira, repetía el secesionismo a modo de consigna durante los últimos meses. Entonces no era más que una ilusión pero ahora es verdad. El Govern de Puigdemont ha logrado el eco internacional que llevaba tiempo persiguiendo e interpreta que, tras las imágenes de las cargas policiales contra los manifestantes y las colas de catalanes queriendo votar, la Unión Europea no puede seguir manteniéndose al margen y limitarse a responder que este es un conflicto interno de España.

La pretensión del Ejecutivo catalán es que, a las presiones que pueda recibir por parte del resto de partidos españoles, se sumen también las de actores internacionales que obliguen a Rajoy a abrir un diálogo que no excluya la posibilidad de un referéndum pactado.
Mantener la movilización

El vicepresidente Oriol Junqueras se ha reunido este domingo con la plataforma Taula per la Democràcia, en la que están tanto Comisiones Obreras y UGT como las patronales de pequeños y medianos empresarios, para explorar una posición conjunta.

Esta plataforma ha convocado un paro simbólico este lunes a las 12 del mediodía y anuncia un "paro de país" para el martes, sin especificar si se suman a la huelga general que han convocado para ese día las entidades soberanistas, los sindicatos minoritarios y la CUP.