SATÉLITE COSTÓ EL DOBLE DE LO DIFUNDIDO Y NO SE TIENE COMUNICACIÓN CON ÉL
Antel creó una oficina y contrató profesionales, que eran de la Facultad de Ingeniería, para solucionar las fallas en el satélite uruguayo que está en el espacio desde hace cinco meses y con el que no hay contacto. En él se invirtió más de US$ 1,5 millones.
VIVIANA RUGGIERO
dom nov 23 2014
Después que el AntelSat fuera puesto en órbita el 19 de junio desde una base en Rusia, se tuvo contacto con él en escasas ocasiones: primero fue detectado por la Universidad Politécnica de California (CalPoly), se escuchó cuando pasó por Uruguay y pocas veces más. "Hoy no hay comunicación con el satélite", reconoció a El País uno de los profesionales que trabajó en el proyecto desde sus inicios.
Las fallas son varias y la mayoría ocurrieron porque no se hicieron las pruebas ni ensayos que correspondían por falta de tiempo. "Hubo errores conceptuales en la fabricación influido por la presión de la presidencia de Antel por llegar a una fecha determinada", contó una fuente de la Facultad de Ingeniería.
Ante este panorama, Antel creo una gerencia de innovación y desarrollo y contrató de forma directa al menos a cinco profesionales que trabajaron en el proyecto, entre ellos el ingeniero Juan Pechiar, que según su cuenta de Linkedin, se incorporó al staff de Antel en el mes de julio.
El mensaje que transmitió la presidenta de Antel, Carolina Cosse, luego de la contratación fue tan claro como dramático: hay que solucionar esto porque en esto se va la vida.
Aunque aún trabajan con ese objetivo, el panorama no es alentador y esta semana la empresa pública autorizó el segundo satélite uruguayo, según publicó el semanario Búsqueda, que será puesto en órbita en el mes de marzo.
Ahora, ¿cómo es posible construir un satélite en cuatro meses cuando el primero llevó unos tres años? La idea no es que sea fabricado en Uruguay sino que sería comprado. De hecho, según supo El País, CalPoly recibió días atrás un pedido de presupuesto por un satélite que fue enviado por un gerente de la empresa de telefonía uruguaya.
Proceso.
La Facultad de Ingeniería empezó a trabajar en el primer satélite uruguayo en el año 2008. Durante tres años lo que hizo, básicamente, fue que alumnos que estaban con el proyecto final de carrera construyeran plataformas (partes del satélite) que eran introducidas adentro de globos especiales que llegan a 33.000 metros de altura, donde las condiciones son similares a las del espacio: temperatura de -50° y una ausencia relativa de aire.
Durante Ingeniería Demuestra 2011, una exposición que hace la Facultad todos los años, alumnos y docentes le mostraron a la presidenta de Antel el proyecto Lai: los cimientos del satélite de la Facultad de Ingeniería. En esa oportunidad Cosse demostró interés en el proyecto y tras una serie de reuniones en la Torre se cerró el acuerdo: Antel financiaría el satélite. "A partir de ese momento dejó de ser un proyecto académico para ser un proyecto político", aseguró la fuente de la institución educativa.
Lo primero que negoció Antel y la facultad, fue el dinero que esta recibiría para cumplir con su tarea que consistía en crear el satélite y la biónica, es decir, mantenerlo con estabilidad en el espacio y darle energía a los elementos que funcionarían ahí dentro.
En total, la Facultad de Ingeniería pidió US$ 1 millón para contratar estudiantes, construir un laboratorio que tuviera las condiciones para ese tipo de electrónica, fabricar los equipos para hacer los test primarios del satélite, para lo cuál se necesitaba una sala blanca, comprar equipamiento, solventara la venida de técnicos para hacer test de aceptación y hacer las contrataciones del lanzamiento, que finalmente se terminó haciendo en Rusia porque era donde hacían menos controles.
Antel finalmente otorgó 700.000 dólares. Con el dinero empezaron las condiciones. La primera fue el nombre. Lai quedaría por el camino y el satélite se llamaría AntelSat. "No hubo discusión sobre eso. Esa fue la primera muestra de que el proyecto dejaba de ser de Ingeniería", dijo la fuente.
La segunda condición fue que el satélite estuviera pronto para fines de 2013. "Era una fecha que manejaba la estrategia de Antel pero no la lógica. No teníamos ni la capacidad económica para ir a esa velocidad, ni la experiencia porque ninguno había fabricado un satélite jamás", explicó la fuente de Ingeniería.
La fecha límite paso a ser entonces junio. Y a medida que pasaban los meses la presión aumentaba cada vez más.
"Cuando se empezó a acercar la fecha empezaron las histerias. Nos decían que había que terminar, que había que terminar. Las presiones políticas, que llegaban a través de Pechiar, eran muchas cuando esto era un proyecto académico", relata el profesional.
En paralelo, la empresa pública había creado un equipo interno para construir la carga útil que tendría el satélite, que finalmente fueron cámaras para obtener imágenes de Uruguay en tiempo real para el desarrollo de proyectos.
Presidencia de Antel seleccionó a seis o siete ingenieros con cargos jerárquicos para que trabajaran con esa misión y les asignó, para motivarlos, una partida especial de dinero, además de una tarjeta de crédito sin límite para comprar componentes y los equipos para la estación terrena de Manga, desde donde Antel bajaría el material que generaría el satélite.
En esta segunda área del proyecto, Antel invirtió unos US$ 800.000 lo que totaliza al rededor de US$ 1,5 millones. Antel había difundido una inversión de US$ 695.000.
Con el presidente José Mujica como invitado especial, el Centro Latinoamericano de Desarrollo (Celade), entregó este año el premio nacional a la "Excelencia Ciudadana y Ciudadanos de Oro 2014" a Antel y la Facultad de Ingeniería por la suma de esfuerzos en el Proyecto "Antelsat", Primer Satélite Uruguayo puesto en órbita.
El satélite está en frecuencia de radioaficionados pero es comercial
Para comunicarse con un satélite en el espacio que transmite por una frecuencia de radio asignada a los radioaficionado, no hay que ser el fabricante y ni siquiera ingeniero. El AntelSat está en esta frecuencia que es pública, internacional y a la que acceden tres millones de personas en todo el mundo durante todo el tiempo.
Sin embargo, las imágenes que producen las cámaras que se le incorporaron al AntelSat solo pueden ser bajadas por Antel en la estación terrena de Manga porque están bajo un código que es propio del satélite uruguayo y que fue puesto por sus creadores, dijo a El País un profesional que es parte del proyecto del AntelSat desde su comienzo. "En este caso el fin es comercial y el satélite uruguayo debería usar otra frecuencia, justamente una comercial", explicó.
Por este motivo hay quienes especulan con que puede haber sido interferido por algún radioaficionado molesto y es por eso que está fallando y no se tiene comunicación con él.
"Es una duda que hay en el ambiente. Los radioaficionados en el mundo tienen mucho poder. Vos como radioaficionado puedes hablar con Barack Obama si quieres", explicó.
El AntelSat emite dos balizas cada un minuto. Estas suenan como ruido electrónico, algo sin sentido para el oído humano. Según publicó la revista Cromo, en concreto, el satélite uruguayo transmite en telegrafía y en modo de datos.
Cuando el satélite transmite telegrafía y el radioaficionado conoce código morse, puede entender y comunicarse con el satélite.
Sin embargo, en los dos casos necesita descodificar el mensaje para entender lo que el satélite está diciendo. Para eso, se necesita conocer el código propio del AntelSat.
Según explicó a la revista Carlos Martínez de El Radio Club Uruguayo, estaba previsto que se habilitarán dos servicios públicos del satélite uruguayo que permitirían a los radioaficionados dar órdenes (telecomandos) al satélite, por ejemplo, que saque una foto a color y se las envíe.
"Aquí radica la ventaja principal de utilizar las frecuencias de radio libres: con otras personas bajando el reporte del satélite, la Facultad de Ingeniería y Antel pueden conocer el estado de su creación todo el tiempo, no importa sobre qué país esté orbitando", había explicado Martínez.
Esto, según las fuentes de El País, no sería posible ya que las imágenes están limitadas solo a Antel.
Después que el AntelSat fuera puesto en órbita el 19 de junio desde una base en Rusia, se tuvo contacto con él en escasas ocasiones: primero fue detectado por la Universidad Politécnica de California (CalPoly), se escuchó cuando pasó por Uruguay y pocas veces más. "Hoy no hay comunicación con el satélite", reconoció a El País uno de los profesionales que trabajó en el proyecto desde sus inicios.
Las fallas son varias y la mayoría ocurrieron porque no se hicieron las pruebas ni ensayos que correspondían por falta de tiempo. "Hubo errores conceptuales en la fabricación influido por la presión de la presidencia de Antel por llegar a una fecha determinada", contó una fuente de la Facultad de Ingeniería.
Ante este panorama, Antel creo una gerencia de innovación y desarrollo y contrató de forma directa al menos a cinco profesionales que trabajaron en el proyecto, entre ellos el ingeniero Juan Pechiar, que según su cuenta de Linkedin, se incorporó al staff de Antel en el mes de julio.
El mensaje que transmitió la presidenta de Antel, Carolina Cosse, luego de la contratación fue tan claro como dramático: hay que solucionar esto porque en esto se va la vida.
Aunque aún trabajan con ese objetivo, el panorama no es alentador y esta semana la empresa pública autorizó el segundo satélite uruguayo, según publicó el semanario Búsqueda, que será puesto en órbita en el mes de marzo.
Ahora, ¿cómo es posible construir un satélite en cuatro meses cuando el primero llevó unos tres años? La idea no es que sea fabricado en Uruguay sino que sería comprado. De hecho, según supo El País, CalPoly recibió días atrás un pedido de presupuesto por un satélite que fue enviado por un gerente de la empresa de telefonía uruguaya.
Proceso.
La Facultad de Ingeniería empezó a trabajar en el primer satélite uruguayo en el año 2008. Durante tres años lo que hizo, básicamente, fue que alumnos que estaban con el proyecto final de carrera construyeran plataformas (partes del satélite) que eran introducidas adentro de globos especiales que llegan a 33.000 metros de altura, donde las condiciones son similares a las del espacio: temperatura de -50° y una ausencia relativa de aire.
Durante Ingeniería Demuestra 2011, una exposición que hace la Facultad todos los años, alumnos y docentes le mostraron a la presidenta de Antel el proyecto Lai: los cimientos del satélite de la Facultad de Ingeniería. En esa oportunidad Cosse demostró interés en el proyecto y tras una serie de reuniones en la Torre se cerró el acuerdo: Antel financiaría el satélite. "A partir de ese momento dejó de ser un proyecto académico para ser un proyecto político", aseguró la fuente de la institución educativa.
Lo primero que negoció Antel y la facultad, fue el dinero que esta recibiría para cumplir con su tarea que consistía en crear el satélite y la biónica, es decir, mantenerlo con estabilidad en el espacio y darle energía a los elementos que funcionarían ahí dentro.
En total, la Facultad de Ingeniería pidió US$ 1 millón para contratar estudiantes, construir un laboratorio que tuviera las condiciones para ese tipo de electrónica, fabricar los equipos para hacer los test primarios del satélite, para lo cuál se necesitaba una sala blanca, comprar equipamiento, solventara la venida de técnicos para hacer test de aceptación y hacer las contrataciones del lanzamiento, que finalmente se terminó haciendo en Rusia porque era donde hacían menos controles.
Antel finalmente otorgó 700.000 dólares. Con el dinero empezaron las condiciones. La primera fue el nombre. Lai quedaría por el camino y el satélite se llamaría AntelSat. "No hubo discusión sobre eso. Esa fue la primera muestra de que el proyecto dejaba de ser de Ingeniería", dijo la fuente.
La segunda condición fue que el satélite estuviera pronto para fines de 2013. "Era una fecha que manejaba la estrategia de Antel pero no la lógica. No teníamos ni la capacidad económica para ir a esa velocidad, ni la experiencia porque ninguno había fabricado un satélite jamás", explicó la fuente de Ingeniería.
La fecha límite paso a ser entonces junio. Y a medida que pasaban los meses la presión aumentaba cada vez más.
"Cuando se empezó a acercar la fecha empezaron las histerias. Nos decían que había que terminar, que había que terminar. Las presiones políticas, que llegaban a través de Pechiar, eran muchas cuando esto era un proyecto académico", relata el profesional.
En paralelo, la empresa pública había creado un equipo interno para construir la carga útil que tendría el satélite, que finalmente fueron cámaras para obtener imágenes de Uruguay en tiempo real para el desarrollo de proyectos.
Presidencia de Antel seleccionó a seis o siete ingenieros con cargos jerárquicos para que trabajaran con esa misión y les asignó, para motivarlos, una partida especial de dinero, además de una tarjeta de crédito sin límite para comprar componentes y los equipos para la estación terrena de Manga, desde donde Antel bajaría el material que generaría el satélite.
En esta segunda área del proyecto, Antel invirtió unos US$ 800.000 lo que totaliza al rededor de US$ 1,5 millones. Antel había difundido una inversión de US$ 695.000.
Con el presidente José Mujica como invitado especial, el Centro Latinoamericano de Desarrollo (Celade), entregó este año el premio nacional a la "Excelencia Ciudadana y Ciudadanos de Oro 2014" a Antel y la Facultad de Ingeniería por la suma de esfuerzos en el Proyecto "Antelsat", Primer Satélite Uruguayo puesto en órbita.
El satélite está en frecuencia de radioaficionados pero es comercial
Para comunicarse con un satélite en el espacio que transmite por una frecuencia de radio asignada a los radioaficionado, no hay que ser el fabricante y ni siquiera ingeniero. El AntelSat está en esta frecuencia que es pública, internacional y a la que acceden tres millones de personas en todo el mundo durante todo el tiempo.
Sin embargo, las imágenes que producen las cámaras que se le incorporaron al AntelSat solo pueden ser bajadas por Antel en la estación terrena de Manga porque están bajo un código que es propio del satélite uruguayo y que fue puesto por sus creadores, dijo a El País un profesional que es parte del proyecto del AntelSat desde su comienzo. "En este caso el fin es comercial y el satélite uruguayo debería usar otra frecuencia, justamente una comercial", explicó.
Por este motivo hay quienes especulan con que puede haber sido interferido por algún radioaficionado molesto y es por eso que está fallando y no se tiene comunicación con él.
"Es una duda que hay en el ambiente. Los radioaficionados en el mundo tienen mucho poder. Vos como radioaficionado puedes hablar con Barack Obama si quieres", explicó.
El AntelSat emite dos balizas cada un minuto. Estas suenan como ruido electrónico, algo sin sentido para el oído humano. Según publicó la revista Cromo, en concreto, el satélite uruguayo transmite en telegrafía y en modo de datos.
Cuando el satélite transmite telegrafía y el radioaficionado conoce código morse, puede entender y comunicarse con el satélite.
Sin embargo, en los dos casos necesita descodificar el mensaje para entender lo que el satélite está diciendo. Para eso, se necesita conocer el código propio del AntelSat.
Según explicó a la revista Carlos Martínez de El Radio Club Uruguayo, estaba previsto que se habilitarán dos servicios públicos del satélite uruguayo que permitirían a los radioaficionados dar órdenes (telecomandos) al satélite, por ejemplo, que saque una foto a color y se las envíe.
"Aquí radica la ventaja principal de utilizar las frecuencias de radio libres: con otras personas bajando el reporte del satélite, la Facultad de Ingeniería y Antel pueden conocer el estado de su creación todo el tiempo, no importa sobre qué país esté orbitando", había explicado Martínez.
Esto, según las fuentes de El País, no sería posible ya que las imágenes están limitadas solo a Antel.
El paso a paso del satélite.Características del satélite
Es del tipo CubeSats. Van adheridos al cohete y son lanzados al espacio en el momento en que se sale de la atmósfera. Mide 20 centímetros de largo por 10 de ancho y otros 10 de alto (más chico que una caja de zapatos). Pesa 1,7 kilogramos y está equipado con dos cámaras de fotos, una que toma imágenes a color y otra infrarroja, que es capaz de medir la temperatura terrestre y del agua, además de la altura y la tipología de nubes, según la información de la página web del ente y de la Udelar. Con este satélite sería posible localizar y caracterizar tormentas y ciclones tropicales, además de registrar el nivel de clorofila de las plantaciones para averiguar si están creciendo de forma saludable.
Qué etapas superó para lanzarse
El AntelSat tuvo varios exámenes que superar, según difundió en su momento Antel. Uno de ellos fue en febrero, cuando un grupo de ingenieros sometió al dispositivo como pruebas de certificación de vuelo, pruebas en vacío y verificación de dimensiones y peso. El 30 de abril el aparato quedó a disposición de la Universidad Politécnica de California, donde tuvo que superar otro tipo de pruebas, como su resistencia a las vibraciones que sufriría durante el lanzamiento.
Cuánto tiempo en el espacio
Según se informó cuando se lanzó, el satélite estaría en el espacio unos seis meses, si funcionaba mal y alguno de sus componentes de deterioraban; si todo funcionaba bien, podría llegar a los cinco años de vida útil. la versión oficial sobre el satéliteLa presidenta de Antel, Carolina Cosse, no ocultó su alegría cuando quedó en órbita AntelSat. Al otro día, el 20 de junio, Presidencia de la República subió declaraciones en las que afirmaba que la operación había sido un éxito. "Faltan algunos días para que empecemos a recibir las primeras imágenes, y creo que tenemos que estar orgullosos como uruguayos que este equipo de la Facultad de Ingeniería, de Antel, de la Escuela de Diseño de la Facultad de Arquitectura, hayan logrado algo que parecía un sueño imposible y sin embargo tenemos tecnología del Uruguay a 600 kilómetros de altura y viajando a una velocidad de 30 mil kilómetros por hora y funcionando". También usó su cuenta de Twitter la primera vez que fue escuchado. "Escuchamos a #AntelSat en nuestra Estación Terrena de Manga. Lo importante es lo que hemos construido en la Tierra", escribió en ese momento la presidenta de Antel.
Reconocen fallas pero minimizadas
A mitad de noviembre, en una rueda de prensa durante un acto en el Mercado Modelo, la presidenta de Antel fue consultada sobre el AntelSat y aseguró que estaba funcionando. "En este momento el satélite está en el modo de revovery, está recargando las pilas, porque los técnicos han constatado que está funcionando a temperaturas más bajas que lo que suponíamos. Eso afecta las baterías, lo cual hace que en determinados períodos el satélite se ponga en forma de no voy a contestar, voy a recargar mi energía. Los técnicos también están viendo que cuando vuelva a tener comunicaciones con nosotros podamos modificarle los paneles solares", respondió.
Es del tipo CubeSats. Van adheridos al cohete y son lanzados al espacio en el momento en que se sale de la atmósfera. Mide 20 centímetros de largo por 10 de ancho y otros 10 de alto (más chico que una caja de zapatos). Pesa 1,7 kilogramos y está equipado con dos cámaras de fotos, una que toma imágenes a color y otra infrarroja, que es capaz de medir la temperatura terrestre y del agua, además de la altura y la tipología de nubes, según la información de la página web del ente y de la Udelar. Con este satélite sería posible localizar y caracterizar tormentas y ciclones tropicales, además de registrar el nivel de clorofila de las plantaciones para averiguar si están creciendo de forma saludable.
Qué etapas superó para lanzarse
El AntelSat tuvo varios exámenes que superar, según difundió en su momento Antel. Uno de ellos fue en febrero, cuando un grupo de ingenieros sometió al dispositivo como pruebas de certificación de vuelo, pruebas en vacío y verificación de dimensiones y peso. El 30 de abril el aparato quedó a disposición de la Universidad Politécnica de California, donde tuvo que superar otro tipo de pruebas, como su resistencia a las vibraciones que sufriría durante el lanzamiento.
Cuánto tiempo en el espacio
Según se informó cuando se lanzó, el satélite estaría en el espacio unos seis meses, si funcionaba mal y alguno de sus componentes de deterioraban; si todo funcionaba bien, podría llegar a los cinco años de vida útil. la versión oficial sobre el satéliteLa presidenta de Antel, Carolina Cosse, no ocultó su alegría cuando quedó en órbita AntelSat. Al otro día, el 20 de junio, Presidencia de la República subió declaraciones en las que afirmaba que la operación había sido un éxito. "Faltan algunos días para que empecemos a recibir las primeras imágenes, y creo que tenemos que estar orgullosos como uruguayos que este equipo de la Facultad de Ingeniería, de Antel, de la Escuela de Diseño de la Facultad de Arquitectura, hayan logrado algo que parecía un sueño imposible y sin embargo tenemos tecnología del Uruguay a 600 kilómetros de altura y viajando a una velocidad de 30 mil kilómetros por hora y funcionando". También usó su cuenta de Twitter la primera vez que fue escuchado. "Escuchamos a #AntelSat en nuestra Estación Terrena de Manga. Lo importante es lo que hemos construido en la Tierra", escribió en ese momento la presidenta de Antel.
Reconocen fallas pero minimizadas
A mitad de noviembre, en una rueda de prensa durante un acto en el Mercado Modelo, la presidenta de Antel fue consultada sobre el AntelSat y aseguró que estaba funcionando. "En este momento el satélite está en el modo de revovery, está recargando las pilas, porque los técnicos han constatado que está funcionando a temperaturas más bajas que lo que suponíamos. Eso afecta las baterías, lo cual hace que en determinados períodos el satélite se ponga en forma de no voy a contestar, voy a recargar mi energía. Los técnicos también están viendo que cuando vuelva a tener comunicaciones con nosotros podamos modificarle los paneles solares", respondió.