9 abr 2015
EJEMPLO DE CIUDADANO
ODIADO POR LA INDUSTRIA ELÉCTRICA POR AHORRAR MILLONES A LOS USUARIOS
Antonio Moreno es un jubilado español dedicado a denunciar las maniobras de las compañías eléctricas en su país. Con sus denuncias ahorró millones a los usuarios.
Foto: Interviú
La vida de Antonio Moreno Alfaro, ingeniero industrial nacido en Sevilla, cambió un mal día de 1990. En aquel tiempo, trabajaba para la compañía Landis & Gyrs, proveedora privada de contadores de luz, y fue llamado para que se sumara a una reunión en la Asociación Española de la Industria Eléctrica, patronal de las compañías de ese rubro en España, reunión a la que acudió junto a su responsable directo. "Se trataba del Grupo Contact (integrado por las cinco compañías que instalaban contadores), un encuentro clandestino con un claro objetivo: repartirse el mercado. Se pactaban los precios de forma que cada una de las grandes energéticas tuviese su cuota. Tú ofertas esto ahora, yo aquello más tarde, y todos contentos", explica Moreno en entrevista con el periódico El Confidencial.
Una vez tuvo constancia de los tejemanejes, y siempre según su versión, el ingeniero se negó a participar en las negociaciones. Fue reprendido por su empresa: "Insistían en meterme a toda costa en las reuniones, incluso llegaron a agredirme físicamente", dice. La situación se resolvió el 7 de noviembre de 1994 con un despido repentino. Antes, y oliéndose lo que venía, Moreno había robado una carpeta etiquetada como "Grupo Contact" del departamento de ventas de su compañía y la había llevado a un Juzgado de Guardia de Sevilla.
Allí también depositó las tarjetas de los asistentes a la reunión, así como abundante documentación sobre el supuesto acomodo del mercado. Tras el registro judicial de Landis & Gyrs el asunto pasó a manos de la Unidad de Delitos Económicos de Sevilla e incluso a la Comisión Europea se ocupó del caso, enviando a siete inspectores para revisar los más de 100.000 documentos incautados. Finalmente, tras cuatro años de litigio, el caso se archivó al no encontrar delito. Moreno sostiene, tal y como recogió la prensa, que varios documentos clave de la investigación se perdieron en el tránsito entre la policía y el juzgado para que no hubiese consecuencias legales.
Cuando el caso se archivó, los responsables de las compañías eléctricas suspiraron aliviados, ignorantes de que lo peor estaba por venir. Moreno, convencido de estar ante un entramado de corrupción que involucraba a los poderes judicial, político y económico, se embarcó en la cruzada de su vida. Cada día, durante los últimos veinte años, se sienta delante de un montón de papeles. Convencido de que algo huele muy mal en el negocio eléctrico, calcula tarifas, repasa sentencias, analiza ediciones antiguas del BOE (publicación similar a nuestro Diario Oficial) y escruta de mil maneras al sector que trató de corromperlo y luego le dio una patada.. Estando "completamente solo", como lamenta, se ha convertido en uno de los auditores más eficientes de España.
La tozudez de Moreno Alfaro no sólo ha causado molestias y contratiempos a las empresas: también les ha hecho perder dinero, ahorrándoselo a su vez a los usuarios: desde 1994 detectó, documentó y litigó por catorce irregularidades en la factura de la luz. Todo esoe proceso lo va publicando en su página web en una página, EstafaLuz, que su hijo le armó y que la compañía eléctrica Endesa quiso cerrarle por intromisión en su honor, además de reclamarle una indemnización de 50.000 euros. De haber prosperado la demanda, Moreno -quien cobra una jubilación de aproximadamente mil euros- habría visto embragada su vivienda. Finalmente el año pasado la Sección Duodécima de la Audiencia Provincial de Madrid le dio la razón e impuso las costas del proceso a la eléctrica.
La querella iniciada por Endesa no fue gratuita, ya que dicha empresa ya tenía al jubilado montado entre ceja y ceja desde 2010, cuando le sacó de las manos una ganancia de 117 millones de euros, que a su vez fueron ahorrados a los usuarios. En aquella ocasión, el jubilado señaló como ilegal la pretensión de las empresas de electricidad, que pretendían cobrar nueve euros a cada abonado por el cambio -obligatorio por renovación- del contador.
Su acción fue fulminante: denunció a al entonces presidente José Luis Rodríguez Zapatero por permitir un fraude masivo y redactó un escrito a la Comisión Nacional de la Energía que no sólo fue atendido, sino que logró dejar sin efecto el abusivo cobro. Endesa se vio obligada a instalar 13 millones de contadores de forma gratuita lo que, unido a los más de 20 millones a cargo de otras compañías, resultó en 300 millones que el sector eléctrico dejó de ingresar.
"Todos los gobiernos de España han actuado en connivencia con las eléctricas. Felipe González, en primera instancia, permite que se infle, a partir de 1984, el precio del alquiler de los contadores. Le sigue Aznar, encubriendo a su predecesor por orden directa de José María Amusátegui, presidente de la patronal, y lo culmina Zapatero mirando para otro lado ante las constantes ilegalidades de las eléctricas", explica airado.
Entre sus denuncias, Moreno señala que el costo de la tasa fija de servicio, que va asociada al costo del aparato contador, debería haber evolucionado de acuerdo al costo de estos aparatos, que no ha hecho más que bajar en todo el mundo. Sin embargo, las empresas han logrado que dicha tasa vaya enganchada al costo del kilovatio, por lo que ha subido constantemente, situando a la electricidad española como la tercera más cara de Europa.
Moreno se ocupó también de ese asunto, y tras años de escritos a los reguladores, al Gobierno e incluso al rey, consiguió que rebajase un 10% el alquiler de contadores y que su incremento de precio se paralizase hasta hoy.
En la actualidad el ingeniero se centra en canalizar las demandas que recibe a través de su página web, donde hay un formulario para que los usuarios puedan realizar fácilmente sus reclamaciones. Sigue luchando, como cada mañana, contra Endesa y el resto de las eléctricas, a las que acusa de haberse embolsado 11.200 millones de euros en las últimas dos décadas a costa del consumidor, amén de una nueva remesa de reproches relacionados con los contadores inteligentes y las redes de gestión. Advierte que aún le quedan "dos o tres bombas atómicas" que guarda para cuando se presente la ocasión.
Montevideo Portal