9 abr 2015

La verdad sobre la lista negra USA del terrorismo

Como es internacionalmente conocido, Estados Unidos ha confeccionado una lista de los países, que según ellos, son los promotores del terrorismo internacional y dentro de los países que han situado en dicha lista, se encuentra Cuba.

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NESTOR GARCIA ITURBE –
Los países “agraciados” con la distinción de promotores del terrorismo, sufren además de toda una serie de sanciones y restricciones impuestas por el gobierno de Estados Unidos, relacionadas con sus operaciones financieras, el cobro de servicios, el ingreso de fondos provenientes del turismo y de operaciones propias de la actividad consular que realizan sus representaciones diplomáticas.
Algunos países, dando una muestra de total servilismo, aceptan la lista confeccionada por Estados Unidos y la toman como suya, es decir que también aplican ciertas restricciones a los países que aparecen en la misma, sin tomar en consideración que una lista, de esta característica, debería ser confeccionada y aprobada por un organismo internacional, no por un país individualmente.
Al plantear el Premio Nobel de la Paz y Señor de Todas la Guerras, su intención de restablecer las relaciones diplomáticas con Cuba, se planteó por Raúl Castro, que hasta que la isla no fuera excluida de la famosa lista, no se podrían restablecer dichas relaciones, por cierto, interrumpidas por decisión de Estados Unidos en enero de 1961.
Según muchos oficiales estadounidenses, entre los que incluyo a Roberta Jacobson, lo solicitado por Cuba no es fácil. Ponernos en la lista es cuestión de minutos, sacarnos lleva como seis meses. El Departamento de Estado tiene que hacer un estudio sobre la actitud de Cuba durante más de un año, con eso hacer una recomendación al presidente, el que debe enviar la misma con su aprobación al Congreso para que este le otorgue la aprobación final. Hasta que este proceso no esté terminado, según los oficiales mencionados, tenemos que seguir en la lista.
Inclusive, algunos periodistas, políticos y “cubanologos” han planteado que se debían restablecer las relaciones diplomáticas y abrir las embajadas pendiente a que el proceso termine, lo cual se consideraría una muestra de confianza y buena voluntad de Cuba hacia Estados Unidos. ¿Confianza y buena voluntad?… ¡LOS FOSFOROS! (Esta es una expresión que no utilizaba desde hace muchos años, pero creo que ahora es la más apropiada)
Sin embargo, dicen que más se demora en descubrir un cojo, que un mentiroso y es verdad. En un despacho de la agencia AP del 6 de abril de este año, confeccionado por Michael Weissenstein and Bradley Klapper, sale a relucir la verdad que todos conocíamos.
En el despacho se hace referencia a una conferencia de prensa en la que habló la vocera del Departamento de Estado Marie Harf, la misma que recientemente hizo el chiste de que Estados Unidos no estaba relacionado con los golpes de estado. De acuerdo con lo que dice el despacho periodístico, en la propia conferencia se les acercó un funcionario del Departamento de Estado, que quiso mantener su anonimato y les dijo que :
“Consideraba poco probable que Washington sacara a Cuba de la lista de terroristas sin tener la seguridad de que el gobierno de Cuba permitiría que los diplomáticos estadounidenses asignados a la Embajada puedan operar con menos restricciones… lo que permitiría a los mismos los contactos con los “disidentes”. Además de eso otro problema que Cuba debe permitir es un número alto de funcionarios en la Embajada”
Ni una sola palabra relacionada con el terrorismo para sacar a Cuba de la famosa lista. Como podemos comprender, la lista se utiliza como mecanismo de presión contra el gobierno Cubano para lograr que “aflojemos” en otros asuntos que ellos necesitan para asegura su labor diversionista y de apoyo a la contrarrevolución en Cuba.
En los momentos de terminar este artículo están llegando noticias de que es probable Obama tome la determinación de sacar a Cuba de la lista. Esa es una muestra de que cuando nos ponemos duros de verdad, el imperio no le queda otro remedio que ceder.
Esperemos para ver si esto sucede, o es otra noticia ofrecida por un “funcionario que desea mantenerse en el anonimato”.
Recuerden que no podemos darles “ni un tantito así”, que “no confiamos en ellos” y que no podemos “dejarnos llevar por los cantos de sirena.” Tres frases dichas por distintos compañeros, pero que nos dan la luz necesaria en momentos como este.