13 oct 2016

DAÑOS COLATERALES

ARGENTINA NEOLIBERAL.LA POLITICA ECONOMICA IMPACTO DE LLENO EN EL MUNDO LABORAL

Más desempleo y menos salario

El Gobierno provocó un salto de la desocupación, que llega a los dos dígitos en los principales centros productivos. El panorama para los próximos meses sigue siendo preocupante, según industriales y trabajadores. El salario sufre la pérdida del poder de compra.
 Por Javier Lewkowicz

El desempleo subió de 6,6 a 9,3 por ciento entre el segundo trimestre de 2015 e igual período de 2016.
La redistribución regresiva del ingreso en base al deterioro del mundo del trabajo que se verificó este año excede largamente la discusión por el bono de fin de año o por la exención del Impuesto a las Ganancias del medio aguinaldo de diciembre que ofreció el Gobierno a la CGT como moneda de cambio para desactivar el paro general. Los indicadores oficiales muestran que durante la gestión de Cambiemos se destruyeron 134 mil puestos de trabajo y que el salario real se redujo alrededor de un 10 por ciento, números que empeoran en el terreno de los trabajadores no registrados. El esquema económico de reducción prioritaria de la inflación con apertura comercial y de capitales define un escenario difícil para los trabajadores.

Los últimos datos del Indec señalaron que la desocupación trepó del 6,6 al 9,3 por ciento entre el segundo trimestre de 2015 y 2016. La precisión de esos datos fue puesta en cuestión por analistas, no así la tendencia, que fue de caída del nivel de empleo. La propia Encuesta de Indicadores Laborales (EIL) del Ministerio de Trabajo dio cuenta de una caída del empleo registrado que roza el 1 por ciento desde diciembre, lo que equivale, según los números del Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA), a una destrucción de 134 mil puestos formales.
También el Indec registró que el índice de obreros ocupados en la industria manufacturera cayó 1,7 por ciento en el segundo trimestre en la comparación interanual y que la cantidad de horas trabajadas lo hizo en un 1,6 por ciento, lo que supone, en ambos casos, un deterioro del desempeño en relación al primer trimestre. La Dirección General de Estadística y Censos de la Ciudad de Buenos Aires, a cargo del PRO, calculó que el desempleo porteño saltó a 10,5 por ciento al cierre del primer semestre, cuando era de 6,8 por ciento en diciembre pasado y de 8,6 a mitad de 2015. En la Capital se perdieron 60.553 puestos en el primer semestre. Según el Indec, en Gran Rosario el desempleo subió en el segundo trimestre de 8,3 a 11,7 por ciento; en San Nicolás-Villa Constitución, de 6,9 a 8,4 por ciento y en el aglomerado Gran Córdoba, de 10,2 a 11,5 por ciento.
La consultora privada Tendencias Económicas calculó que en lo que va del año hubo 171.801 despidos, 7,9 veces el número de 2015 y que las suspensiones llegaron a 106.848 trabajadores, una suba del 89 por ciento. Por su parte, el Centro de Economía Política Argentina (CEPA) considera que desde que asumió el macrismo los despidos y suspensiones acumulados llegan a 208 mil. 137.483 casos corresponden al sector privado y 70.597 a trabajadores del Estado.
En su último informe, Adimra, la entidad que agrupa a las cámaras de la industria metalúrgica, publicó números que reflejan una reducción del empleo del 2,8 por ciento en el acumulado del año en ese sector. De los empresarios encuestados por la entidad, una cuarta parte indicó que espera una caída de la plantilla de personal en el corto plazo. En el sector de la construcción, el Indec calculó una baja del 15,5 por ciento del empleo registrado en julio de forma interanual. En tanto, ATE sostiene que en lo que va del año fueron despedidos 11 mil trabajadores del Estado nacional y 50 mil en las provincias y municipios de todo el país.
En los últimos días se conocieron varias noticias sobre el tema. La empresa alemana Mercedes Benz anunció el despido de 500 trabajadores de su planta en La Matanza y la multinacional argentina Arcor adelantó vacaciones a 400 trabajadores en Córdoba. Los trabajadores de Buquebus denunciaron el plan patronal para echar a 70 trabajadores este mes, mientras que la empresa chilena Bimbo despidió a 100 trabajadores de su planta de Pilar. La textil TN Platex resolvió cerrar a fin de mes su planta de la ciudad chaqueña de Puerto Tirol, con lo que dejará a 166 trabajadores sin empleo, mientras que la empresa Top, que fabrica pantalones para la marca internacional Levi´s, anunció el cierre que deja sin trabajo a 92 personas en la ciudad de San Juan. Además, 70 trabajadores fueron despedidos de SAS, una tercerizada de Telefónica.
La otra dimensión del deterioro laboral es el salario real. El Indec calculó que el aumento de salarios industriales en el segundo trimestre es del 30,9 por ciento, frente a la inflación del período del 45 por ciento. En tanto, el Instituto Estadístico de los Trabajadores (IET) que depende de la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo (UMET) registra una caída del salario real del 6 por ciento en julio respecto a noviembre de 2015. La caída del empleo, junto a la baja del salario real, equivale a la retracción de la participación de los trabajadores en el ingreso nacional, a favor de la ganancia y de la renta de los sectores mejor posicionados.
 PARA EL MOVIMIENTO OBRERO, LA SUBA DE PRECIOS DE SEPTIEMBRE FUE DEL 1,4 POR CIENTO

La inflación sigue arriba del 40 por ciento

La medición de Citra y Umet, que auspician la CGT y las CTA, registró el mes pasado otro fuerte salto de precios en el rubro alimentos y bebidas, que llegó al 2,9 por ciento. Lo sufren los sectores de menores ingresos, para los que la inflación escaló a 44,2 por ciento el último año.
El aumento de precios medido por el movimiento obrero fue del 1,4 por ciento en septiembre y acumula 40,1 en doce meses, aunque para los sectores de menores ingresos, que destinan más recursos a la canasta básica, la suba fue del 44,2. La diferencia en las estimaciones del Instituto Estadístico de los Trabajadores, auspiciado por la CGT y las CTA, se explica porque las subas en rubros como alimentos y bebidas impactan con mayor intensidad sobre los deciles más bajos. Los aumentos en el rubro alimenticio escalaron hasta 2,9 por ciento en septiembre y explican el 68,2 por ciento de la suba de precios del mes, de la mano de productos como pollo, azúcar, verduras y arroz, entre otros. En contraste, “Esparcimiento” registró deflación (-0,8 por ciento), debido al pasaje a temporada baja en destinos invernales como Bariloche. Desde el instituto dependiente del Centro de Innovación de los Trabajadores (Citra) y la Universidad Metropolitana del Trabajo (UMET) proyectan que la inflación finalizará el año en 38,3 por ciento. Si esa estimación se valida, 2016 habrá sido 40 por ciento más caro que 2015 y habrá registrado la suba más alta desde 1991.
Con una caída del 5,6 por ciento en septiembre, el salario real continúa muy por debajo de los niveles de 2015. Sin embargo, las estimaciones del IET evidencian una leve recuperación en la capacidad de compra. La amortiguación de la caída responde, por un lado, a la anulación del aumento de las tarifas de gas por la Corte Suprema. Pero además de ese elemento, que será parcialmente revertido este mes al entrar en vigencia el nuevo cuadro tarifario, el relevamiento evidencia una moderación de la inflación del resto de los ítems de la canasta de consumo, que se explica por la estabilización del tipo de cambio y el disciplinamiento de precios que impone la creciente competencia importada en rubros como indumentaria o electrónica de consumo. De todos modos, en el IET estiman que el salario real volverá a contraerse y el poder adquisitivo sería 7,8 por ciento menor al de noviembre de 2015, previo a la asunción del nuevo gobierno.
Durante el mes pasado la inflación volvió a castigar con más fuerza a los hogares asalariados menos pudientes. El 20 por ciento de menores ingresos registró una inflación en torno al 1,6 por ciento, mientras que para el 20 por ciento de mayores ingresos los aumentos se ubicaron en el orden del 1,1 por ciento. Desde el instituto dependiente del Citra y UMET explican que los deciles más bajos “sufren” más en términos relativos las subas de alimentos y bebidas y de los servicios públicos. En contraste, los deciles más altos se ven más afectados en términos relativos cuando trepan rubros como turismo, electrónica de consumo, salud privada, indumentaria o enseñanza privada.
En el caso de los trabajadores con menores ingresos, el mes pasado las fuertes subas en el rubro Alimentos y bebidas (2,9) no llegaron a ser compensadas por el hecho de que los servicios públicos no aumentaron. En tanto, los asalariados con sueldos más altos se vieron más beneficiados por las bajas en rubros ligados a turismo y electrónica de consumo, a lo que se suma que las prepagas y las escuelas privadas no mostraron variaciones relevantes.
Para dar cuenta de las consecuencias distributivas de las políticas del Gobierno, el mes pasado el IET estimó que la participación de los trabajadores en el PIB retrocederá este año del 51,2 al 48,5 por ciento. La magnitud de la redistribución regresiva del ingreso del primer año de Macri será similar a la pérdida que siguió al derrocamiento de Juan Domingo Perón. En 1956 el poder adquisitivo cedió 6 por ciento mientras que el guarismo proyectado para este año asciende a 5,4 por ciento. La devaluación, la eliminación de las retenciones, los tarifazos, la aceleración inflacionaria y la bicicleta financiera son algunos de los elementos que explican ese proceso redistributivo en detrimento del los sectores asalariados.