Joe Biden cada vez más irritado: nuevo enfrentamiento con Benjamin Netanyahu
TEL AVIV (ANSA/por Massimo Lomonaco)
11.03.2024
Imagen: ANSA
Amigos-enemigos: El presidente estadounidense, Joe Biden, y el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, están ahora en plena ruta de colisión por la guerra en Gaza.
Hasta tal punto que los vaivenes se volvieron casi cotidianos y ya no se refieren solo al desarrollo del conflicto, a las perspectivas de posguerra en la Franja, sino también a la propia representación de Netanyahu en Israel, como destacó recientemente la vicepresidenta de Biden, Kamala Harris.
Mientras que Hamás, en vísperas del Ramadán, reiteró una vez más sus peticiones de un posible acuerdo, diciendo que estaba abierto a negociaciones, pero sabiendo que para Israel son inaceptables: un alto el fuego total y una retirada completa de la Franja.
El inquilino de la Casa Blanca -siempre con la vista puesta en la votación de noviembre- dio su última estocada en una entrevista con MSNBC que provocó la respuesta inmediata e irritada de Netanyahu.
Biden empezó subrayando que el primer ministro "tiene el derecho de defender a Israel, el derecho de seguir atacando a Hamás". Pero advirtió que "se debe prestar más atención a las vidas inocentes perdidas como resultado de las acciones tomadas".
"En mi opinión, le está haciendo más daño que bien a Israel", resumió.
Incluso sobre la anunciada operación militar israelí en Rafah, en el sur de la Franja, Biden hizo distinciones, definiéndola por primera vez como "una línea roja" que Israel no debe cruzar. Aunque - añadió con cierta contradicción - "nunca abandonará Israel. La defensa de Israel sigue siendo fundamental" y no le faltarán las armas que necesita para protegerse.
Sin embargo, se mostró firme en que Israel "no puede permitir que otros 30.000 palestinos mueran como resultado de la caza de Hamás".
La respuesta de Netanyahu llegó rápidamente y, como era de esperar, eligió un sitio estadounidense, Politico: Biden "está equivocado", afirmó haciendo difundir en Israel el texto de la entrevista en Israel desde su oficina.
"Si intentaba decir - explicó - que llevo a cabo una política contra la mayoría de la opinión pública israelí y que esto perjudica los intereses de Israel, entonces está equivocado".
"No es solo mi política privada, es la de la gran mayoría de los israelíes", insistió, afirmando contar con el apoyo del país. Luego, reiteró que "lo último" que debe hacer Israel es "poner a cargo de Gaza a la Autoridad Palestina, que educa a sus hijos sobre el terrorismo y paga por el terrorismo".
"La mayoría de los israelíes comprenden que si no rechazamos completamente el intento de imponernos un Estado terrorista palestino, volveremos a la masacre del 7 de octubre", prosiguió el primer ministro, dejando claro una vez más que no quiere ceder a las invitaciones estadounidenses, y no solo, para una solución de dos Estados.
Lo que hace aún más visibles las diferencias entre los dos líderes es la realidad sobre el terreno, donde las hasta ahora infructuosas negociaciones para la tan esperada tregua en Gaza para el Ramadán y la liberación de los rehenes están completamente estancadas, aunque Egipto no parece querer soltar prenda.
El Cairo sigue en contacto - aseguraron fuentes de seguridad locales - tanto con Hamás como con Israel para intentar reiniciar las conversaciones.
El líder de Hamás, sin embargo, parecía querer congelar cualquier expectativa. Aunque se mostró dispuesto a continuar el debate, afirmó que para alcanzar el acuerdo en tres fases, con garantías internacionales, "un alto el fuego total, el fin de la guerra en Gaza, la retirada completa del ejército de ocupación de todo el mundo " es necesario. territorio de la Franja, el regreso de los refugiados a sus lugares de residencia, la reconstrucción de la Franja, la ayuda humanitaria y el fin del asedio". Solicitudes ya rechazadas por Israel.
En el día 156 de la guerra, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) siguen atacando el sur de la Franja, especialmente Khan Yunis: mientras tanto, un barco militar estadounidense zarpó de Virginia hacia el Mediterráneo para construir un muelle temporal frente a la costa de Gaza para la ayuda humanitaria, tal como ordenó el propio Biden.
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