RED VOLTAIRE | 2 DE MARZO DE 2024
La disolución de la URSS, en 1991, dio lugar a la aparición de varios Estado nacidos de las divisiones regionales de la Unión Soviética. La pequeña Transnistria, que la administración soviética había vinculado a Moldavia después de la Segunda Guerra Mundial, proclamó su independencia 5 días después que Moldavia.
Los moldavos soñaban con el modelo estadounidense mientras que la población de Transnistria optaba por el de Mijaíl Gorbatchov: construir una nación simultáneamente democrática y comunista. Al año siguiente, en 1992, Estados Unidos trató de destruir la pequeña Transnistria lanzando contra ella un ejército de mercenarios rumanos bajo las órdenes de un consejero especial de la OTAN, el coronel Howard J. T. Steers [1]. El gobierno del presidente ruso Boris Yeltsin abandonó a la población de Transnistria, pero esta se defendió sola y derrotó a los invasores, conquistando así su libertad.
Hoy en día, el gobierno de Moldavia no reconoce la independencia de Transnistria –oficialmente, la República Moldava del Dniéster–, no paga allí ningún tipo de prestaciones sociales ni los salarios de los empleados públicos, pero afirma que la población de Transnistria es moldava.
A pesar de que Moldavia y la República no reconocida proclamada por la población de Transnistria habían concluido un acuerdo para que esta última pudiera tener acceso, a través del territorio moldavo, al mercado de la Unión Europea y al mercado global en general, el gobierno moldavo adoptó este año (2024) nuevas normas que obligan las empresas transnistrias a registrarse en Moldavia para que sus productos puedan transitar en suelo moldavo. Pero las empresas de Transnistria no pueden registrarse en Moldavia porque los bancos moldavos les niegan esa posibilidad. Al mismo tiempo, la guerra impide que los productos de Transnistria pueden transitar a través de Ucrania.
Durante todo el mes de enero, la capital de Transnistria, Tiraspol, ha sido escenario de manifestaciones populares contra la forma de bloqueo económico descrita más arriba. La mayoría de la población de Transnistria tiene triple nacionalidad –es simultáneamente moldava, transnistria y también rusa. En suelo transnistrio hay una misión permanente rusa de paz que cuenta entre 1 500 y 2 000 militares rusos.
El 21 de febrero, el presidente de Transnistria, Vadim Krasnosselski, anunció, por primera vez en 18 años, la convocación de todos los diputados para reunirse en Congreso. Ucrania, que había tratado de asesinar al presidente transnistrio en septiembre de 2023, envió inmediatamente su embajador para garantizar que la situación no se volviera en su contra. El 27 de febrero, el Departamento de Estado de Estados Unidos envió a Christopher W. Smith, un segundo de la subsecretaria de Estado Victoria Nuland.
El 28 de febrero, los diputados transnistrios se reunieron en Congreso, por primera vez en 18 años, y solicitaron ayuda a la Federación Rusa, aunque sin requerir que Transnistria pase a ser parte de la Federación –en 2006, el 97% de la población de Transnistria ya se había pronunciado, en un referéndum, a favor de la incorporación a la Federación Rusa y su gobierno también lo hizo oficialmente, en 2014, cuando Crimea volvió a ser parte de Rusia.
En 2019, la RAND Corporation, el “tanque pensante” del complejo militaro-industrial estadounidense, redactó un plan que propone debilitar al contrincante ruso de Estados Unidos obligándolo a intervenir militarmente en Ucrania y después en Transnistria [2]. Ese plan fue presentado a la Cámara de Representantes del Congreso de Estados Unidos el 5 de septiembre de 2019.
En enero de 2022, el Alto Representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell, estuvo personalmente en la frontera entre Ucrania y Transnistria para reunirse allí con la Misión de Asistencia de la Unión Europea para las Fronteras de Moldavia y Ucrania (European Union Border Assistance Mission to Moldova and Ukraine, EUBAM). El objetivo del viaje de Josep Borrell era preparar la crisis actual [3].
[1] «En 1992, Estados Unidos trató de aplastar militarmente la Transnistria», por Thierry Meyssan, Red Voltaire, 17 de abril de 2010.
[2] «Ucrania: todo estaba escrito en el plan de la RAND Corporation», por Manlio Dinucci, Red Voltaire, 10 de marzo de 2022.
[3] «Josep Borrell, jefe de la “diplomacia” europea, organiza bloqueo contra Donbass y Transnistria», Red Voltaire, 10 de enero de 2022.
La disolución de la URSS, en 1991, dio lugar a la aparición de varios Estado nacidos de las divisiones regionales de la Unión Soviética. La pequeña Transnistria, que la administración soviética había vinculado a Moldavia después de la Segunda Guerra Mundial, proclamó su independencia 5 días después que Moldavia.
Los moldavos soñaban con el modelo estadounidense mientras que la población de Transnistria optaba por el de Mijaíl Gorbatchov: construir una nación simultáneamente democrática y comunista. Al año siguiente, en 1992, Estados Unidos trató de destruir la pequeña Transnistria lanzando contra ella un ejército de mercenarios rumanos bajo las órdenes de un consejero especial de la OTAN, el coronel Howard J. T. Steers [1]. El gobierno del presidente ruso Boris Yeltsin abandonó a la población de Transnistria, pero esta se defendió sola y derrotó a los invasores, conquistando así su libertad.
Hoy en día, el gobierno de Moldavia no reconoce la independencia de Transnistria –oficialmente, la República Moldava del Dniéster–, no paga allí ningún tipo de prestaciones sociales ni los salarios de los empleados públicos, pero afirma que la población de Transnistria es moldava.
A pesar de que Moldavia y la República no reconocida proclamada por la población de Transnistria habían concluido un acuerdo para que esta última pudiera tener acceso, a través del territorio moldavo, al mercado de la Unión Europea y al mercado global en general, el gobierno moldavo adoptó este año (2024) nuevas normas que obligan las empresas transnistrias a registrarse en Moldavia para que sus productos puedan transitar en suelo moldavo. Pero las empresas de Transnistria no pueden registrarse en Moldavia porque los bancos moldavos les niegan esa posibilidad. Al mismo tiempo, la guerra impide que los productos de Transnistria pueden transitar a través de Ucrania.
Durante todo el mes de enero, la capital de Transnistria, Tiraspol, ha sido escenario de manifestaciones populares contra la forma de bloqueo económico descrita más arriba. La mayoría de la población de Transnistria tiene triple nacionalidad –es simultáneamente moldava, transnistria y también rusa. En suelo transnistrio hay una misión permanente rusa de paz que cuenta entre 1 500 y 2 000 militares rusos.
El 21 de febrero, el presidente de Transnistria, Vadim Krasnosselski, anunció, por primera vez en 18 años, la convocación de todos los diputados para reunirse en Congreso. Ucrania, que había tratado de asesinar al presidente transnistrio en septiembre de 2023, envió inmediatamente su embajador para garantizar que la situación no se volviera en su contra. El 27 de febrero, el Departamento de Estado de Estados Unidos envió a Christopher W. Smith, un segundo de la subsecretaria de Estado Victoria Nuland.
El 28 de febrero, los diputados transnistrios se reunieron en Congreso, por primera vez en 18 años, y solicitaron ayuda a la Federación Rusa, aunque sin requerir que Transnistria pase a ser parte de la Federación –en 2006, el 97% de la población de Transnistria ya se había pronunciado, en un referéndum, a favor de la incorporación a la Federación Rusa y su gobierno también lo hizo oficialmente, en 2014, cuando Crimea volvió a ser parte de Rusia.
En 2019, la RAND Corporation, el “tanque pensante” del complejo militaro-industrial estadounidense, redactó un plan que propone debilitar al contrincante ruso de Estados Unidos obligándolo a intervenir militarmente en Ucrania y después en Transnistria [2]. Ese plan fue presentado a la Cámara de Representantes del Congreso de Estados Unidos el 5 de septiembre de 2019.
En enero de 2022, el Alto Representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell, estuvo personalmente en la frontera entre Ucrania y Transnistria para reunirse allí con la Misión de Asistencia de la Unión Europea para las Fronteras de Moldavia y Ucrania (European Union Border Assistance Mission to Moldova and Ukraine, EUBAM). El objetivo del viaje de Josep Borrell era preparar la crisis actual [3].
[1] «En 1992, Estados Unidos trató de aplastar militarmente la Transnistria», por Thierry Meyssan, Red Voltaire, 17 de abril de 2010.
[2] «Ucrania: todo estaba escrito en el plan de la RAND Corporation», por Manlio Dinucci, Red Voltaire, 10 de marzo de 2022.
[3] «Josep Borrell, jefe de la “diplomacia” europea, organiza bloqueo contra Donbass y Transnistria», Red Voltaire, 10 de enero de 2022.