Moscú y Teherán refuerzan lazos y desafían las sanciones de Occidente
Rusia e Irán discuten nuevos proyectos energéticos y se disponen a desarrollar la cooperación bilateral ante la mirada impotente de Occidente que impuso sanciones contra ambos países, escribe hoy Nezavisimaya Gazeta.
El domingo pasado el ministro de Energía de Rusia, Alexandr Novak, se reunió en Teherán su colega iraní, Hamid Chitchian, y también fue recibido por el presidente de la República Islámica, Hasan Rohani. Según la prensa local, Novak dijo a Rohani que el presidente ruso Vladímir Putin presta especial atención al desarrollo de las relaciones entre Moscú y Teherán.
De acuerdo a Wall Street Journal, Moscú y Teherán tienen entre manos un proyecto de 10.000 millones de dólares, pero los detalles del contracto se desconocen.
Las partes también estudian otro acuerdo por valor de 20.000 millones de dólares, asegura New York Times, que versaría en torno al suministro de petróleo a Rusia.
Todo ello provoca un fuerte malestar en Washington puesto que la cooperación económica entre Moscú y Teherán pone en entredicho la eficiencia de las sanciones impuestas contra ambos países.
“Los aliados políticos de Irán –Rusia y China– se esfuerzan para restaurar los lazos económicos por temor a perder sus relaciones privilegiadas con la República Islámica a raíz de sus posibles acuerdos con Occidente”, escribe Wall Street Journal.
Nezavisimaya Gazeta subraya que Moscú nunca le dio la espalda a Teherán y continuó cooperando con el país persa después de la Revolución de 1979, cuando el régimen de los ayatolás prohibió a países occidentales el acceso a sus recursos naturales.
En la actualidad, el volumen del intercambio comercial entre Moscú y Teherán alcanza los 5.000 millones de dólares al año, pero tanto en Rusia, como en Irán creen posible cuadriplicar esa cifra, por mucho que eso pueda disgustar a Washington