Además, quemaron las credenciales que los acreditan como integrantes de la FR y retiraron las calcomanías de la corporación a todos sus vehículos.
“Han resurgido las autodefensas en todo Michoacán”, fue el grito que anunció el regreso de las policías comunitarias que, desde hoy, retomaron las camisetas blancas.
La oficina de prensa del comisionado Alfredo Castillo, a cargo de José Emiliano Montiel, confirmó los hechos y explicó que los bloqueos en Uruapan y Apatzingán los realizan en su mayoría “autodefensas que exigen coordinación con las autoridades para la detención de delincuentes”.
En estos momentos está suspendido el tránsito vehicular en puntos como la salida a Nueva Italia, Bachilleres, el Aeropuerto “Pablo L. Sidar” y la brecha a Los Cuiniques, además de que se han suspendido corridas de autobuses.
El cierre de estas vías de comunicación afecta a las mismas fuerzas federales que no pueden entrar ni salir de la región, aunque de un momento a otro podría permitirse el paso solamente a los ciudadanos, sobre todo a aquéllos que circulan por emergencias médicas.
En Ziracuaretiro, autodefensas informan a los automovilistas en las casetas de peaje de San Ángel Zurumucapio y Taretan, donde atravesaron pipas y camiones para bloquear las carreteras.
El resurgimiento de las autodefensas en municipios como Apatzingán, Los Reyes, entre otros, se da siete meses después de que, mediante decreto oficial, se anunció la creación de la Policía Estatal Fuerza Rural en Michoacán.
Los líderes de autodefensas habían advertido que trataron de dialogar con el comandante regional de la Policía Estatal pero que fueron atendidos “de una mala manera” y que incluso que les habían faltado al respeto con palabras altisonantes.
Indicaron que ya están cansados de las injusticias cometidas por elementos de la Policía Federal, quienes cometen abuso de autoridad y la población acude a la Fuerza Rural para denunciarlos.
El movimiento tiene como fin establecer una mesa de diálogo con el gobierno, para así exigirles el pago de sueldo, equipamiento de la Policía y la entrega de patrullas para llegar a un acuerdo y restablecer la llamada Fuerza Rural, de lo contrario seguirán siendo autodefensas, dijo el Comandante Halcón 1.
En reiteradas ocasiones el comisionado Alfredo Castillo y el presidente Enrique Peña Nieto habían echado las campanas al vuelo al asegurar que en Michoacán ya habían sido aniquilados Los Caballeros Templarios y otras bandas del crimen organizado, lo cual, según uno de los comandantes de autodefensas, fue sólo un acto mediático de ambos funcionarios.
Ayotzinapa: la Policía reprime manifestación de padres y maestros y hay 22 heridos
Veintidós personas heridas –14 de ellas maestros, padres y alumnos de la Normal Rural de Ayotzinapa y de la Universidad Nacional Autónoma de México, y ocho elementos de la Policía Federal (PF)– dejaron tres enfrentamientos luego que los agentes arremetieron a golpes, pedradas y con gases lacrimógenos contra un grupo de estudiantes que hacían los preparativos para el concierto de rock Festival una luz en la oscuridad, en el punto conocido como El Caballito.
Las refriegas ocurrieron entre las 4 y 7 horas de ayer. Las primeras dos fueron entre federales y alumnos y padres de familia; en la tercera participaron alrededor de 250 miembros de la Coordinadora Estatal de los Trabajadores de la Educación de Guerrero (Ceteg), quienes llegaron en apoyo a estos últimos.
Más tarde, en protesta por las agresiones, contingentes de la Ceteg incendiaron tres camionetas y dañaron otros cuatro vehículos, incluida una ambulancia de la PF. Además retuvieron a tres federales, a quienes trasladaron a la Normal Rural de Ayotzinapa y antes del mediodía los entregaron en la cárcel municipal de Tixtla.
Vidulfo Rosales Sierra, abogado del Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan, ofreció una conferencia de prensa afuera de la sede de la Comisión de Defensa de los Derechos Humanos de Guerrero para dar su versión de lo que sucedió.
Relató que desde las 2 de la madrugada una comitiva de unos 15 o 20 estudiantes se trasladó a la estatua de Nicolás Bravo (punto conocido como El Caballito), al norte de Chilpancingo, para instalar el escenario donde a las 11 de la mañana tendría lugar un concierto de rock como parte de las actividades culturales para exigir la presentación con vida de los normalistas desaparecidos. Cerca de las 5 de la mañana, agregó,
arribó un grupo de policías en estado de ebriedad, quienes bajo los efectos de alguna droga empezaron a agredir a los compañeros.
En ese momento, subrayó, se produjo un primer enfrentamiento
y ahí se dieron los primeros heridos. Indicó que hubo un momento en que los estudiantes intentaron dialogar con los uniformados, pero no fue posible;
al contrario, llegaron más policías y se suscitó una segunda agresión y más tarde hubo una tercera.
Indicó que hay 14 lesionados, entre profesores, padres, normalistas, estudiantes de la UNAM y dos reporteros.
Precisó que Ernesto Cruz Flores, alumno de la UNAM, sufrió fractura en la mandíbula; el padre de familia Lambertino Cruz Antonio, contusión en el cráneo; otro padre, Mario González Contreras, fractura de tobillo. El estudiante de la UNAM y uno de los padres están en el Hospital General de Chilpancingo, y el resto de alumnos lesionados fueron atendidos en la unidad médica de la Normal de Ayotzinapa.
Otros lesionados son Carlos Alberto Torres, reportero independiente; Alejandrino González, corresponsal de Ap, y el normalista Rubén Bahena. Los tres, junto con dos policías, fueron embestidos por una camioneta conducida, dijeron, por un sujeto armado.
Es un acto de brutalidad policiaca con el claro propósito de acallar las voces de los padres de familia, aseveró Rosales Sierra.
Omar García, dirigente de la Normal de Ayotzinapa, relató que a pesar de que les dijeron a los federales que “éramos normalistas, y que estábamos preparando el concierto, nos dijeron: ‘Ni madres, nosotros les vamos a dar en su madre’. Empezaron a lanzar gases lacrimógenos, y no respetaron siquiera a los padres de familia, y eso es indignante”.
Salvador Zúñiga, dirigente de la Ceteg, narró que ellos se encontraban en el plantón que mantienen desde el 8 de octubre, cuando recibieron una llamada de que federales estaban golpeando a los estudiantes, y “unos 250 maestros nos trasladamos al lugar.
“Cuando llegamos se propuso a los uniformados que se replegaran y permitieran a los jóvenes continuar con los preparativos, y en respuesta lanzaron golpes, patadas, y pedradas.
Nos detuvieron a dos, y nos tiraron al piso, y nos empezaron a golpear, por órdenes del comandante Espartaco, quien tenía aliento alcohólico. Nos amenazaron de muerte, nos robaron las carteras, los celulares, apuntó.
Horas después, en protesta por las agresiones de la PF, contingentes de estudiantes y de la Ceteg volcaron y prendieron fuego a dos camionetas, frente al Instituto Universitario de Ciencias Policiales.
Cerca de las 14 horas quemaron otra camioneta en El Caballito, donde se tenía programado efectuar el concierto de rock, que finalmente se realizó por la tarde en Tixtla. Quebraron vidrios y poncharon llantas a otras cuatro camionetas. Afuera de la clínica del Issste apedrearon una ambulancia de la PF.
Normalistas y padres de los 42 desaparecidos condenaron los hechos, que calificaron de
acto intimidatoriodel gobierno federal.
En la ciudad de México, Rafael López Catarino, padre del alumno ausente Julio César López, y Omar Pérez, normalista de Ayotzinapa, responsabilizaron a la PF de la
agresión.