25 mar 2015

Estados Unidos acusa a Israel de espiar la negociación con Irán

Nuevos cruces
AFIRMÓ QUE LE ROBÓ SECRETOS DE INTELIGENCIA Y SE LOS ENTREGÓ A REPUBLICANOS. DESMENTIDA DEL GOBIERNO HEBREO





Jerusalén - Las ya tensas relaciones entre Israel y Estados Unidos podrían complicarse aún más después de que la prensa afirmara que el Estado judío espió las negociaciones de las grandes potencias con Irán sobre el conflicto nuclear iraní.

El diario estadounidense The Wall Street Journal afirmó en su edición ayer, citando a un alto funcionario estadounidense, que Israel robó secretos de Estados Unidos.

Israel transmitió esos secretos a congresistas estadounidenses contrarios a las negociaciones para que los utilizaran contra los esfuerzos diplomáticos de la Casa Blanca y del Departamento de Estado, afirmó el diario.

Israel desmintió inmediatamente esa información, que tildó de "contraria a la verdad".

"Una cosa es que Estados Unidos e Israel se espíen mutuamente. Pero otra cosa es que Israel robe secretos de Estados Unidos y los comparta con legisladores estadounidenses para sabotear la diplomacia estadounidense", escribió The Wall Street Journal, citando a un alto funcionario estadounidense.

"Esta información no es cierta. Obviamente Israel tiene que defender sus intereses en materia de seguridad y tenemos nuestros propios servicios de inteligencia. Pero nosotros no espiamos a Estados Unidos", dijo el ministro israelí de Relaciones Exteriores, Avigdor Lieberman.

"Obtuvimos nuestras informaciones de otras fuentes, no de Estados Unidos. Las instrucciones son claras desde hace décadas: no espiamos a Estados Unidos, ni directa ni indirectamente", agregó.

"Hay suficientes participantes en estas negociaciones, incluidos los iraníes", insistió el canciller, reconociendo tácitamente el espionaje, pero dando a entender que las filtraciones pueden haber tenido otro origen.

El presidente Barack Obama eludió ayer comentar el asunto durante la conferencia de prensa que brindó junto a su par afgano, Ashraf Gani, al señalar que por norma no habla "sobre asuntos de inteligencia en una sala llena de periodistas".

La actividad desplegada por el Gobierno de Benjamín Netanyuahu contra las negociaciones sobre el programa nuclear iraní, incluida la intervención excepcional del premier en el Congreso estadouniodense el 3 de marzo pasado, irritó a la Casa Blanca.

Quien lo invitó a hablar ante el legislativo, el presidente de la Cámara de Representantes, el republicano John Boehner, negó haber recibido información israelí. "Francamente, estoy un poco en shock, porque ninguna información me ha sido revelada", declaró Boehner. "No estoy al tanto de eso", insistió Boehner, quien viajará próximamente a Israel, durante el feriado de Semana Santa.

"El carácter público de la mutua hostilidad" entre Obama y Netanyahu "representa el punto más bajo de la relación", opinó Jonathan Rynhold, autor de un libro sobre las relaciones entre Estados Unidos e Israel. "Creo que nunca hubo críticas personales tan violentas en público", agregó.

"Las palabras cuentan. Si usted dice algo diferente al cabo de dos días, ¿qué es lo que hay que creer?", dijo el lunes el Departamento de Estado. "No leemos en su pensamiento", agregó.

La campaña electoral de Netanyahu exasperó por diversas razones al Gobierno estadounidense. Para hacerse elegir, Netanyahu prometió que no iba a haber un Estado palestino, que Jerusalén nunca será la capital de un Estado palestino, que iba a continuar con la colonización de los territorios árabes y esgrimió el peligro de un voto masivo de los árabes israelíes.

Después de la victoria, Netanyahu intentó matizar sus declaraciones sobre la creación de un Estado palestino y el lunes dijo que lamentaba haber herido la sensibilidad de los árabes israelíes.

El lunes, el secretario general de la Casa Blanca, Denis McDonough, llamó a Israel a terminar con "la ocupación que dura desde hace casi cincuenta años", recordando que Estados Unidos es favorable a la solución de dos Estados, uno israelí y el otro palestino.

Obama, primer presidente negro de Estados Unidos, había criticado las declaraciones de Netanyahu sobre el voto de los árabes israelíes, dando a entender que el primer ministro socavaba la democracia israelí.

Las declaraciones poselectorales de Netanyahu no tranquilizaron a Washington y la administración estadounidense dijo que estaba obligada a reevaluar el apoyo histórico que aporta a Israel en la ONU. Para el Estado judío esto es peligroso, ya que abriría la puerta a que prosperen las anunciadas denuncias palestinas por crímenes de guerra en la Corte Penal Internacional.

Agencias AFP, ANSA y EFE,