COMENZARÍA A FUNCIONAR ESTE AÑOEl proyecto busca modificar el orden financiero de las últimas décadas, encabezado por el Banco Mundial
Pekín será la sede del nuevo banco. Foto: Archivo El País
EL PAÍS DE MADRID
lun mar 23 2015
En el delicado juego de ajedrez que representan Estados Unidos y China por el control del sistema financiero internacional, Pekín se ha apuntado un jaque importantísimo. Una semana después de que lo hiciera el Reino Unido, Francia, Alemania e Italia desafiaron las objeciones de Washington y anunciaron su participación en el Banco Asiático de Inversión en Infraestructuras (AIIB), una de las entidades que promueve el gobierno chino como alternativa a las instituciones multilaterales de la actualidad.
El banco, lanzado en octubre pasado, contará con un capital inicial de 50.000 millones de dólares. Con sede en Pekín, está previsto que comience a funcionar este año y tendrá como misión financiar proyectos de infraestructura en Asia, un sector donde se calcula que las inversiones necesarias en la próxima década rondarán los ocho billones de dólares.
China, ya convertida en la segunda economía del mundo, ha presionado durante años en favor de reformas de las instituciones multilaterales que reduzcan la cuota de poder estadounidense en favor de economías emergentes. Pero la resistencia del Congreso de Estados Unidos, dominado por los republicanos, las ha bloqueado hasta ahora, generando frustración entre los europeos y países emergentes y motivando las propuestas alternativas de parte de China.
Durante meses, la Casa Blanca había presionado para evitar que sus países aliados se sumaran a un proyecto que percibe como rival del Banco Mundial —donde Estados Unidos es la nación que mayor capital aporta— y del Banco Asiático de Desarrollo, que tiene a Japón como socio principal.
Washington alega temores a que la nueva institución sea más laxa a la hora de conceder créditos a proyectos de viabilidad dudosa o que no respeten los derechos laborales o el medio ambiente.
Según China, 27 países ya han presentado su candidatura como potenciales miembros, entre ellos India, Filipinas o Tailandia.
Australia, que inicialmente siguió la línea estadounidense, ha dicho que decidirá "pronto" si pide el ingreso. El plazo para solicitarlo finaliza el día 31. La agencia china, Xinhua, ha apuntado que Suiza, Luxemburgo o Corea del Sur —que inicialmente tampoco aceptó la invitación china— también podrían estar interesadas.
El Banco Asiático de Inversión en Infraestructuras es el proyecto más avanzado de la serie de instituciones promovidas por China ante la falta de reformas en las entidades actuales. Cabe recordar que con el impulso de China, el año pasado se lanzó el Nuevo Banco de Desarrollo o Banco de los Brics.
En el delicado juego de ajedrez que representan Estados Unidos y China por el control del sistema financiero internacional, Pekín se ha apuntado un jaque importantísimo. Una semana después de que lo hiciera el Reino Unido, Francia, Alemania e Italia desafiaron las objeciones de Washington y anunciaron su participación en el Banco Asiático de Inversión en Infraestructuras (AIIB), una de las entidades que promueve el gobierno chino como alternativa a las instituciones multilaterales de la actualidad.
El banco, lanzado en octubre pasado, contará con un capital inicial de 50.000 millones de dólares. Con sede en Pekín, está previsto que comience a funcionar este año y tendrá como misión financiar proyectos de infraestructura en Asia, un sector donde se calcula que las inversiones necesarias en la próxima década rondarán los ocho billones de dólares.
China, ya convertida en la segunda economía del mundo, ha presionado durante años en favor de reformas de las instituciones multilaterales que reduzcan la cuota de poder estadounidense en favor de economías emergentes. Pero la resistencia del Congreso de Estados Unidos, dominado por los republicanos, las ha bloqueado hasta ahora, generando frustración entre los europeos y países emergentes y motivando las propuestas alternativas de parte de China.
Durante meses, la Casa Blanca había presionado para evitar que sus países aliados se sumaran a un proyecto que percibe como rival del Banco Mundial —donde Estados Unidos es la nación que mayor capital aporta— y del Banco Asiático de Desarrollo, que tiene a Japón como socio principal.
Washington alega temores a que la nueva institución sea más laxa a la hora de conceder créditos a proyectos de viabilidad dudosa o que no respeten los derechos laborales o el medio ambiente.
Según China, 27 países ya han presentado su candidatura como potenciales miembros, entre ellos India, Filipinas o Tailandia.
Australia, que inicialmente siguió la línea estadounidense, ha dicho que decidirá "pronto" si pide el ingreso. El plazo para solicitarlo finaliza el día 31. La agencia china, Xinhua, ha apuntado que Suiza, Luxemburgo o Corea del Sur —que inicialmente tampoco aceptó la invitación china— también podrían estar interesadas.
El Banco Asiático de Inversión en Infraestructuras es el proyecto más avanzado de la serie de instituciones promovidas por China ante la falta de reformas en las entidades actuales. Cabe recordar que con el impulso de China, el año pasado se lanzó el Nuevo Banco de Desarrollo o Banco de los Brics.