Los negociadores del Gobierno y las Farc cerrarán hoy el ciclo 34 de los diálogos, con el objetivo de concretar el cuarto tema del proceso de paz ajustan siete meses y, según ambas partes, en las próximas semanas debe agilizarse “la redacción del acuerdo” luego del reconocimiento de responsabilidades en el informe de la Comisión Histórica del Conflicto.
El ciclo anterior se cerró el pasado siete de marzo con un acuerdo para iniciar el largo proceso de retirada de miles de minas antipersona sembradas en el territorio colombiano en las últimas décadas, y en los últimos días se produjeron otros gestos dirigidos a fortalecer la negociación iniciada en noviembre de 2012 en La Habana.
“Ojalá lleguemos pronto a unos acuerdos”, dijo hoy el presidente colombiano, Juan Manuel Santos, quien recordó que el proceso está “entrando a la parte más difícil”, pero confió en que “si hay voluntad y tenemos la disposición de tomar las decisiones que hay que tomar, podemos llegar a acuerdos muy rápido”.
Santos habló antes y después de reunir por primera vez a la Comisión Asesora para la Paz cuya creación anunció hace una semana en el mismo discurso en el que ordenó la suspensión por un mes de los bombardeos a los campamentos de las FARC.
El presidente tomó esta decisión tras reconocer que esa guerrilla está cumpliendo el cese el fuego unilateral e indefinido iniciado el pasado 20 de diciembre.
Por su parte, el jefe negociador del Gobierno, Humberto de la Calle, expresó la semana pasada su convicción de que con gestos como los recientes el país está “caminando de manera correcta hacia la consecución del fin del conflicto” y dijo esperar que en el próximo ciclo, que comenzará mañana en La Habana, se pueda dar impulso a “otros gestos de desescalamiento”.
Antes de partir de la base militar de Catam, en Bogotá, la delegación liderada por De la Calle participó en la reunión de la Comisión Asesora para la Paz, que aglutina en torno a un proyecto nacional a representantes de distintas fuerzas políticas, económicas y sociales del país.
Esa reunión tuvo como objetivo discutir las funciones y los objetivos de la Comisión que se encargará de asesorar a Santos y a los negociadores en los temas que se están discutiendo en La Habana y cuyos integrantes podrán exponer su visión del proceso de paz, incluso con críticas.
De la Comisión hacen parte miembros de la oposición conservadora, como el expresidente Andrés Pastrana (1998-2002) y la excandidata presidencial Marta Lucía Ramírez, así como el cardenal Rubén Salazar y el exministro de Defensa y general retirado Rafael Samudio Molina.
La integran además los excandidatos presidenciales Antanas Mockus, que fue alcalde de Bogotá, y Clara López, presidenta del partido de izquierdas Polo Democrático Alternativo; el presidente del grupo Bancolombia, Carlos Raúl Yepes, y el líder de la Confederación General del Trabajo (CGT), Julio Roberto Gómez, entre otros.
Tras la primera cita, que se prolongó por más de tres horas, Santos anunció algunos cambios en el modus operandi del equipo negociador relacionados directamente con la función de los generales retirados Jorge Enrique Mora, del Ejército, y Óscar Naranjo, de la Policía, que no viajaron esta vez a la capital cubana.
Según el mandatario, la presencia constante de Mora y Naranjo en Cuba “no va a ser necesaria” porque están en La Habana el general Javier Flórez, del Ejército, acompañado de otros cuatro generales de las diferentes ramas de las Fuerzas Armadas y un almirante, todos en servicio activo, que hacen parte de la subcomisión de fin del conflicto.
Por esa razón, Mora y Naranjo permanecerán esta vez en el país “haciendo una labor muy importante” pues el primero acompañará al presidente en reuniones con miembros de las Fuerzas Armadas para explicarles con detalle lo que se negocia en Cuba.
En las Fuerzas Armadas hay sectores contrarios al proceso de paz que dan por ciertas especulaciones en el sentido de que en La Habana se están discutiendo con las FARC cambios en la doctrina militar y en el futuro papel del Ejército si se firma la paz.
Santos reconoció que “ha habido algunos mal entendidos” con los militares que considera importante aclarar.
Naranjo, por su parte, tiene además el cargo de ministro consejero para el Posconflicto y como tal, según el presidente, “necesita meterle el acelerador a una serie de decisiones” relacionadas con esa fase del proceso.