24 mar 2015

Frente a frente, las pruebas del caso Nisman

LOS ARGUMENTOS DE LOS PERITOS OFICIALES Y LOS DE LA QUERELLA ENCABEZADA POR ARROYO SALGADO


A la espera de la junta médica citada para el 30 de marzo, un repaso de las pruebas recolectadas en el caso Nisman y lo que dicen los especialistas de cada parte. La defensa de Lagomarsino sumó su propio criminalista.
 Por Raúl Kollmann

En la junta médica, citada en principio para el 30 de marzo, y en una audiencia entre criminalistas, se debatirá el planteo de fondo de la muerte de Alberto Nisman: suicidio u homicidio. Como se sabe, los hombres del Cuerpo Médico Forense, que depende de la Corte Suprema de Justicia, no descartaron ninguna de las dos hipótesis, pero su diagnóstico aporta más elementos que concluyen en suicidio que en homicidio. Por el contrario, la jueza Sandra Arroyo Salgado, ex esposa de Nisman, mandó hacer un estudio –que no es una pericia porque no tuvo control de las partes– y los especialistas contratados por la magistrada sostuvieron que al fiscal lo mataron, por lo que descartaron el suicidio. Esta última conclusión es considerada bastante extraña en el mundo de los forenses y peritos. Primero, porque desde el primer momento circuló una versión de las conclusiones del equipo de Arroyo Salgado en que se relativizaba la hipótesis del homicidio. Y, segundo, porque no es habitual que se descarte tan tajantemente una alternativa.
Los forenses Osvaldo Raffo y Julio Ravioli y el criminalista Daniel Salcedo, contratados por Arroyo Salgado, no tienen una misión fácil. Los hechos objetivos marcan, a primera vista, “que en la muerte del doctor Nisman no hubo participación de terceras personas”, según el informe preliminar que le hizo llegar por teléfono el forense que hizo la autopsia, Héctor Di Salvo, a la fiscal Viviana Fein. Esto se tradujo en un comunicado oficial de la fiscalía el 19 de enero al mediodía, menos de 24 horas después del hallazgo del cuerpo y dos horas después de la autopsia. Unos días más tarde, cuando Di Salvo fue a declarar ante la misma fiscal Fein se mostró cauto. “No se puede descartar que haya participado alguien en la muerte”, sostuvo, en una postura más habitual en los peritos, que no suelen cerrar las puertas a las distintas alternativas.
Lo cierto es que los especialistas de Arroyo Salgado tienen que remontar un cuadro difícil, con muchos elementos que indicarían que Nisman se quitó la vida:
- el disparo fue a menos de un centímetro,
- dentro de un baño chico,
- no hay rastros de pelea en el baño,
- no hay lesiones defensivas en el cuerpo del fiscal,
- la puerta del baño estaba entornada y no permitía el paso,
- se usó una pistola que –a priori– Nisman le pidió prestada a su empleado informático, Diego Lagomarsino, habiéndole pedido un arma también a su custodio de más antigüedad.
- Como reveló este diario, sobre la bacha del baño estaba el paño verde con el que Lagomarsino llevó el arma al departamento. Eso mostraría que la pistola se sacó ahí mismo del envoltorio y que no se llevó a Nisman apuntado –al menos con esa arma– hasta el baño.
- No tiene mucho sentido, si Lagomarsino mató a Nisman, que haya dejado un arma que estaba a su nombre en el baño. Tampoco que haya quedado ahí el paño verde con sus rastros.

Sangre

Uno de los puntos de los que parten los peritos de Arroyo Salgado es que a Nisman lo llevaron amenazado hasta el baño, le hicieron poner una rodilla en tierra y lo ejecutaron.
En un estudio previo realizado por el forense Mariano Castex, que desde el viernes trabaja para la defensa de Lagomarsino, sostiene que cuesta creer que el fiscal aceptara mansamente ir hasta el baño, arrodillarse y esperar la ejecución sin una mínima resistencia.
Pero, más allá de esta consideración, los especialistas de Arroyo Salgado sostienen que las manchas de sangre en la bacha del baño demostrarían que Nisman murió arrodillado. Su razonamiento es que esas gotas de sangre provienen de retrosalpicaduras: cuando se dispara, hay un efecto de que el proyectil pega en la persona y salpica hacia atrás.
El criminalista Luis Olavarría, que trabaja justamente en análisis de manchas de sangre, afirma que las gotas que se ven sobre la bacha son demasiado grandes para ser retrosalpicaduras. “Eso no proviene de un back spatter (retrosalpicadura). Las gotas de ese fenómeno no tienen más de un milímetro, son como un spray. Y lo que se ve en la bacha son gotas de caída de sangre, no de back spa -tter. Yo diría que esas gotas hablan más de sangre caída de la boca del fiscal o caída del propio orificio después de dispararse. Además, haciendo un análisis de esas manchas, las gotas van en un sentido: del espejo hacia el borde de la bacha. Eso me habla de que son manchas que se produjeron cuando el fiscal estaba cayendo, hacia atrás”.
Como se ve, el estudio de los especialistas de la querella no es palabra santa: “Todo eso admite presunciones en contrario”, señaló Castex. En la misma línea, Olavarría hace un razonamiento adicional: “No importa la posición, no suma a la alternativa suicidio u homicidio. Alguien se puede suicidar arrodillado y también lo pueden matar arrodillado”.

Mano

Una de las explicaciones que deslizan los hombres de Arroyo Salgado es que en la mano derecha de Nisman no hay mucha sangre. Sobre esa base sostienen que el fiscal no disparó, ya que no hay rastros de retrosalpicaduras.
“No tiene por qué haber sangre –afirma Olavarría–. Puedo mostrarle casos de suicidios con pistolas 9 milímetros, mucho más poderosas que las 22, en que apenas hay una gotita. Diría que con una 22 la lógica es que haya muy poca sangre. No me parece que sea un argumento convincente el del estudio de los colegas.”

Barrido

Por supuesto que en el estudio de los forenses y criminalistas de Arroyo Salgado hay un capítulo destinado a reiterar que el estudio de barrido electrónico de la mano del fiscal dio negativo, es decir que no se encontraron residuos de fulminante en la palma de la mano derecha. Es un punto fuerte de la postura en favor del homicidio que sustenta la ex esposa.
Varios criminalistas insistieron en que las publicaciones científicas son categóricas. En The American Journal of Forensic Medicine se publicó un extenso estudio del forense más citado por los profesionales argentinos, Vincent Di Maio. Junto al texto aparece una tabla en la que Di Maio analiza 116 casos de suicidios comprobados y el resultado que dio el barrido electrónico: cuando el arma utilizada fue una pistola 22, sólo el 11 por ciento dio positivo. En caso de revólveres, un arma más abierta, más de la mitad da positivo, pero en las pistolas 22, el porcentaje de positivos es muy bajo, de manera que no es para nada inusual que haya dado negativo en el caso de Nisman.

Agonía

Los especialistas de Arroyo Salgado consideran que Nisman tuvo un período de agonía y lo afirman sosteniendo que no hubo espasmo cadavérico, es decir, que no hubo una rigidez instantánea de la mano derecha por la cercanía del disparo. Tanto Castex como Olavarría no excluyen la sobrevida, es decir, la agonía. Pero afirman que no lleva a ninguna conclusión respecto de la alternativa suicidio/homicidio. “Puede haber muerte instantánea sin espasmo cadavérico”, afirma Castex.
En cualquier caso, Castex piensa que la agonía fue corta y que justamente Nisman, ya inconsciente, pudo haber realizado pequeños movimientos en esa agonía, lo que explicaría leves cambios en la posición del cuerpo y el arma.
Como se ve, son puntos que admiten interpretaciones distintas.

Data

El equipo de Arroyo Salgado insiste en que Nisman no murió el domingo a la mañana o al mediodía, como dice la autopsia, sino que estira la data del deceso hasta las 20 del sábado –36 horas antes de la autopsia–, horario en el que Lagomarsino se encontraba en el edificio Le Parc. Para los especialistas de la ex esposa es un aspecto clave: señalan a Lagomarsino como el asesino y necesitan demostrar que Nisman murió cuando el informático estaba con él.
Castex debate enfáticamente este punto desde todos los ángulos. Por ejemplo, afirma que a las 30 horas de una muerte ya hay signos francos de deterioro del cuerpo. Y esos signos no se observaron en Nisman al momento de la autopsia. Castex también hace cálculos sobre el potasio en la cámara ocular y, con ellos, refuta a los forenses de la ex esposa del fiscal.
En cualquier caso, para la defensa de Lagomarsino –y también lo señala Castex– hay veces que la clave no está en la medicina sino en las computadoras o celulares. Hay llamadas de Nisman hasta pasadas las 23 del sábado y el abogado de Lagomarsino, Maximiliano Rusconi, señala una y otra vez que en la pericia informática quedó claro que Nisman abrió su computadora el domingo a las 7.25 para leer tres diarios y chequear sus mails. Rusconi afirma que la apertura de la computadora fue hecha en el departamento de Le Parc y los hombres de Arroyo Salgado sostienen que todavía no se sabe si fue así o si la apertura se hizo desde otra computadora. Esta pericia –frenada actualmente– sería una evidencia incontrastable.

Pericias y juntas

Tras una tentativa de Arroyo Salgado de apartar a la fiscal Fein, en los próximos días se intentará avanzar en la pericia informática y de los celulares. Por ahora, los archivos están en manos de la jueza Fabiana Palmaghini, que decidirá qué es de la intimidad de Nisman y qué puede ser de interés para la causa. En este terreno se caminará por una línea muy fina porque cuestiones de la vida privada pueden haber llevado a Nisman al suicidio y también temas económicos –como señala Arroyo Salgado– pueden haber derivado en un homicidio, tal cual cree la ex esposa.
Al mismo tiempo, se prepara la junta médica del 30 de marzo, a la que asistirán los forenses de la Corte Suprema, con su equipo en pleno y la médica de la Policía Federal que estuvo en el baño tras la muerte del fiscal. En la junta también estarán Castex, por la defensa de Lagomarsino, y Raffo y Ravioli en representación de Arroyo Salgado.
Todo indica que los peritos oficiales defenderán lo que ya escribieron como conclusión –que no hubo terceras personas en la muerte de Nisman–, mientras que los profesionales de Arroyo Salgado intentarán contrarrestar ese diagnóstico.