A 39 AÑOS DEL GOLPE
Los secretos del Central salen a la luz
El presidente de la autoridad monetaria revelará hoy documentación reservada que muestra, entre otras cosas, cómo participó el Banco Central del proceso de endeudamiento del país para la compra de armas. Cavallo, uno de los protagonistas.
Imagen: Archivo Página/12
Por Cristian Carrillo
El presidente del Banco Central, Alejandro Vanoli, dará hoy a conocer las actas secretas del directorio del organismo durante la última dictadura cívico-militar, lo que permitirá completar el análisis sobre el origen del exponencial endeudamiento del país en esa época. Las actas secretas se establecieron el 14 de enero de 1982 y su uso se extendió hasta el 7 de diciembre de 1983, en las que participaron todos los directores del banco. Previo a ese lapso, no se encontró documentación detallada del accionar de la autoridad monetaria, según explicaron desde el equipo de investigación que conduce Celeste Perusino. La confección de las actas permitió mantener oculto el endeudamiento del Banco Central con distintos fines, siendo el principal la adquisición de armas. “Va a servir para que todos tengamos en claro lo que significó la dictadura en nuestro país”, dijo ayer Vanoli en declaraciones radiales. La divulgación de este material se realizará en el marco de la jornada sobre Los Derechos Humanos a la luz de las transformaciones económicas y financieras, en la que expondrán diversos panelistas (ver aparte).
Las actas fueron recopiladas a partir de una solicitud en 2013 de la Secretaría de Derechos Humanos del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos. El proceso requirió de consultas al Ministerio de Defensa y al de Relaciones Exteriores para proceder a levantar el secreto, tanto de los apéndices como de las actas ante la posibilidad de que se viera afectada la defensa nacional y/o las relaciones exteriores, según explicaron desde el Central. El directorio del BCRA resolvió el 4 de julio de 2013 el levantamiento del carácter secreto. Allí se instó a que se analizara la posibilidad de dejar sin efecto el carácter secreto del resto de las actas.
En ese marco, el directorio del BCRA, presidido por Vanoli, resolvió el 12 de marzo último que se abra toda esa información al público para su consulta y difusión. El funcionario ordenó entonces la colaboración de áreas clave en el acceso, compulsa y análisis de la totalidad de las actas del directorio, corrientes y secretas del período 1975-1985 que se encuentran bajo su custodia. Se trata de 35 biblioratos de actas corrientes y 30 volúmenes de actas con decisiones presidenciales. Sólo unas pocas fojas de este material fue desclasificado por pedidos puntuales de la Justicia. El período en el cual se encontraron las actas corresponde a las presidencias en el BCRA de Julio Gómez (durante el mandato de Roberto Viola), de Egidio Ianella (Leopoldo Galtieri) y de Domingo Cavallo y Julio González del Solar (Reynaldo Bignone). Durante el período de Jorge Videla no se realizaron actas secretas, lo que hace suponer a los investigadores que el manejo fue todavía más impune durante entre 1976 y 1982.
Las actas secretas se establecieron el 14 de enero de 1982, según la memoria de directorio 966/82. Esa resolución disponía “facultar a la presidencia para asignar el carácter de secreto a las resoluciones que adopte el directorio, cuando la importancia, especiales características y trascendencia del tema que contengan, aconsejen revestirlas de tal condición”. El 21 de enero de 1982 se establecieron algunas condiciones para la apertura y movimiento de las actas secretas, básicamente en cuanto al acceso a la información por parte de los funcionarios de entonces. Al año siguiente, se aclaró que el secreto “no implica la idea de ocultar a la Justicia las actas clasificadas, sino de valuar en cada caso concreto el límite de la potestad judicial y la adecuación de la requisitoria, estrictamente a los temas que trata la cuestión en litigio con el fin de salvaguardar los intereses de la política internacional del país y/o la defensa nacional”. Recién en 1984 –ya en democracia– se dejó sin efecto las resoluciones, pero se definía que la información sensible debía remitirse, en caso de una pedido de la Justicia, únicamente hacia el Poder Ejecutivo.
Según detallaron a este diario desde el Central, con anterioridad a la creación formal de actas (secretas) “S”, existía un mecanismo similar por el cual las actas de directorio corrientes se completaban con un “apéndice secreto de acta de directorio”. Estos apéndices se encuentran en los tomos de actas corrientes, al final de su acta correspondiente. Ambos tipos de documentos coexistieron temporalmente. Los apéndices secretos de actas corrientes de directorio cubrieron el período mayo de 1981 a mayo de 1983. Las actas secretas se extendieron hasta al 7 diciembre de 1983. En las sesiones secretas participaba el directorio completo y, cuando la orden del día lo ameritaba, también estaban el gerente general y subgerentes generales. “Es una contribución esencial a la memoria para ver cómo se generó la deuda externa y es útil a las comisiones investigadoras. Se podrá ver cuál fue la responsabilidad civil”, expresó el actual presidente del BCRA.
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