LA UCA ESTIMÓ QUE EN NUEVE MESES EL GOBIERNO DE MACRI ARROJÓ A LA POBREZA A 1,5 MILLÓN DE PERSONAS
La promesa de pobreza cero es solo promesa. El Observatorio de la Deuda Social Argentina de la UCA calculó que la pobreza pasó del 29 por ciento de fines de 2015 al 32,9 por ciento de la población en junio-septiembre del año pasado. La indigencia subió del 5,3 al 6,9 por ciento en ese mismo período.
Pagina/12
El informe ODSA-UCA asegura que las tasas de pobreza e indigencia retomaron los niveles de 2009. (Imagen: Pablo Piovano)
El deterioro en las condiciones laborales y los aumentos de precios asociados a las políticas económicas desplegadas por el gobierno de Mauricio Macri durante los primeros nueve meses de su gestión resultaron en un incremento en materia de pobreza e indigencia que alcanzaron sus niveles más elevados de los últimos siete años. El diagnóstico corresponde al Observatorio de la Deuda Social Argentina (ODSA) que ayer publicó sus indicadores sociales para el tercer trimestre de 2016. Los investigadores que dependen de la Universidad Católica Argentina (UCA) estimaron que la pobreza pasó del 29 por ciento registrado a fines de 2015 hasta el 32,9 por ciento de la población entre junio-septiembre del año pasado. Por su parte, la indigencia pasó del 5,3 al 6,9 por ciento en ese mismo período. La metodología y muestra utilizada por ese instituto sobreestiman la magnitud de la problemática pero sus estimaciones ofrecen una aproximación a la trayectoria de ambas variables.
La opinión de dos expertos de la cuestión social
“El impacto de la devaluación, las medidas anti-inflacionarias, el contexto internacional adverso y el rezago de la inversión privada y pública habrían generado un escenario crítico, aún más recesivo y adverso en materia de empleo y poder adquisitivo para amplios sectores sociales”, considera el informe del ODSA presentado ayer por Agustín Salvia, el jefe del equipo al frente del relevamiento. El escenario planteado por el organismo representa un desafío para las afirmaciones de la Casa Rosada sentenciando que “la recesión terminó”, “los brotes verdes”, “la expansión del crédito”, “la recuperación del empleo” y “la reducción en la inflación”.
Las cifras del observatorio dependiente de la UCA están en línea con las exageradas mediciones publicadas por el Indec para el segundo trimestre. Al retomar su divulgación de esa información tras la arbitraria discontinuidad dispuesta por la gestión anterior, la autoridad estadística introdujo cambios en la metodología que inflan los resultados. Para ese organismo, en el primer semestre de 2016 la pobreza ascendió al 32,2 por ciento y la indigencia llegó a 6,2 por ciento. El Indec publicará en dos semanas sus datos socioeconómicos para el segundo semestre de 2016.
“Las tasas de pobreza e indigencia retomaron los niveles de 2009, cualquiera sea la medición aplicada, pero en todos los casos, muy lejos de crisis sociales atravesadas históricamente por el país en 1988-1990 o 2001–2002”, expresa el informe. En los documentos publicados ayer la tasa de pobreza asciende del 29,0 por ciento registrado a fines de 2015 hasta el 32,9 por ciento en el tercer trimestre de 2016. Ese incremento de 3,9 puntos porcentuales significa un aumento de 1,5 millones de nuevos pobres durante los primeros tres trimestres del gobierno de Macri. Para los cálculos de ODSA habría “cerca de 13 millones de personas por debajo de la línea de pobreza, los niveles más altos desde 2010”.
El observatorio encabezado por Salvia informa además que entre 2011 y 2015 la pobreza por ingresos pasó del 24,7 al 29,0 por ciento de la población. Una suba de 4,3 puntos porcentuales. Es decir que el nuevo gobierno acumuló en apenas nueve meses un deterioro similar a toda la pobreza generada en los cuatro años anteriores, cuando supuestamente los indicadores alcanzaron niveles alarmantes para la entonces oposición y hoy oficialismo.
El incremento en la indigencia fue de 5,3 a 6,9 por ciento en el mismo período lo que daría cuenta, siempre dentro de los parámetros utilizados por la UCA, de un aumento de alrededor de 600 mil personas en situación de indigencia entre 2015 y 2016 que arrojan un total de 2,7 millones de personas indigentes al tercer trimestre del año pasado. Para la UCA, entre 2011 y 2015 la indigencia por ingresos cayó del 6,1 al 5,3 por ciento de la población. Ese descenso de 0,8 puntos porcentuales acumulado a lo largo de un lustro se esfumó en nueve meses cuando el indicador trepó 1,3 puntos porcentuales. Durante el segundo mandato de Cristina Fernández de Kirchner la tasa de indigencia bajó 15 por ciento, en tanto que en tres trimestres de Mauricio Macri subió 30 por ciento.
Uno de los principales factores que explica el deterioro en los niveles de pobreza e indigencia en 2016 fue la aceleración de la inflación generada por las medidas del Gobierno: devaluación, suba de tarifas, reducción de retenciones y desarticulación de la Secretaría de Comercio, entre otros. Esos elementos se conjugan con el proceso de destrucción de puestos de trabajo en el sector privado registrado por las estadísticas oficiales durante el período analizado. “Si bien el shock habría sido mucho más fuerte durante el primer semestre del año, la situación no se habría revertido durante la segunda parte del año”, consideran los investigadores de la UCA quienes, a su vez, sostiene que esa dinámica “habría generado especialmente un deterioro laboral y en el nivel de ingresos de los empleos de sectores informales”.
El informe ODSA-UCA asegura que las tasas de pobreza e indigencia retomaron los niveles de 2009. (Imagen: Pablo Piovano)
El deterioro en las condiciones laborales y los aumentos de precios asociados a las políticas económicas desplegadas por el gobierno de Mauricio Macri durante los primeros nueve meses de su gestión resultaron en un incremento en materia de pobreza e indigencia que alcanzaron sus niveles más elevados de los últimos siete años. El diagnóstico corresponde al Observatorio de la Deuda Social Argentina (ODSA) que ayer publicó sus indicadores sociales para el tercer trimestre de 2016. Los investigadores que dependen de la Universidad Católica Argentina (UCA) estimaron que la pobreza pasó del 29 por ciento registrado a fines de 2015 hasta el 32,9 por ciento de la población entre junio-septiembre del año pasado. Por su parte, la indigencia pasó del 5,3 al 6,9 por ciento en ese mismo período. La metodología y muestra utilizada por ese instituto sobreestiman la magnitud de la problemática pero sus estimaciones ofrecen una aproximación a la trayectoria de ambas variables.
La opinión de dos expertos de la cuestión social
“El impacto de la devaluación, las medidas anti-inflacionarias, el contexto internacional adverso y el rezago de la inversión privada y pública habrían generado un escenario crítico, aún más recesivo y adverso en materia de empleo y poder adquisitivo para amplios sectores sociales”, considera el informe del ODSA presentado ayer por Agustín Salvia, el jefe del equipo al frente del relevamiento. El escenario planteado por el organismo representa un desafío para las afirmaciones de la Casa Rosada sentenciando que “la recesión terminó”, “los brotes verdes”, “la expansión del crédito”, “la recuperación del empleo” y “la reducción en la inflación”.
Las cifras del observatorio dependiente de la UCA están en línea con las exageradas mediciones publicadas por el Indec para el segundo trimestre. Al retomar su divulgación de esa información tras la arbitraria discontinuidad dispuesta por la gestión anterior, la autoridad estadística introdujo cambios en la metodología que inflan los resultados. Para ese organismo, en el primer semestre de 2016 la pobreza ascendió al 32,2 por ciento y la indigencia llegó a 6,2 por ciento. El Indec publicará en dos semanas sus datos socioeconómicos para el segundo semestre de 2016.
“Las tasas de pobreza e indigencia retomaron los niveles de 2009, cualquiera sea la medición aplicada, pero en todos los casos, muy lejos de crisis sociales atravesadas históricamente por el país en 1988-1990 o 2001–2002”, expresa el informe. En los documentos publicados ayer la tasa de pobreza asciende del 29,0 por ciento registrado a fines de 2015 hasta el 32,9 por ciento en el tercer trimestre de 2016. Ese incremento de 3,9 puntos porcentuales significa un aumento de 1,5 millones de nuevos pobres durante los primeros tres trimestres del gobierno de Macri. Para los cálculos de ODSA habría “cerca de 13 millones de personas por debajo de la línea de pobreza, los niveles más altos desde 2010”.
El observatorio encabezado por Salvia informa además que entre 2011 y 2015 la pobreza por ingresos pasó del 24,7 al 29,0 por ciento de la población. Una suba de 4,3 puntos porcentuales. Es decir que el nuevo gobierno acumuló en apenas nueve meses un deterioro similar a toda la pobreza generada en los cuatro años anteriores, cuando supuestamente los indicadores alcanzaron niveles alarmantes para la entonces oposición y hoy oficialismo.
El incremento en la indigencia fue de 5,3 a 6,9 por ciento en el mismo período lo que daría cuenta, siempre dentro de los parámetros utilizados por la UCA, de un aumento de alrededor de 600 mil personas en situación de indigencia entre 2015 y 2016 que arrojan un total de 2,7 millones de personas indigentes al tercer trimestre del año pasado. Para la UCA, entre 2011 y 2015 la indigencia por ingresos cayó del 6,1 al 5,3 por ciento de la población. Ese descenso de 0,8 puntos porcentuales acumulado a lo largo de un lustro se esfumó en nueve meses cuando el indicador trepó 1,3 puntos porcentuales. Durante el segundo mandato de Cristina Fernández de Kirchner la tasa de indigencia bajó 15 por ciento, en tanto que en tres trimestres de Mauricio Macri subió 30 por ciento.
Uno de los principales factores que explica el deterioro en los niveles de pobreza e indigencia en 2016 fue la aceleración de la inflación generada por las medidas del Gobierno: devaluación, suba de tarifas, reducción de retenciones y desarticulación de la Secretaría de Comercio, entre otros. Esos elementos se conjugan con el proceso de destrucción de puestos de trabajo en el sector privado registrado por las estadísticas oficiales durante el período analizado. “Si bien el shock habría sido mucho más fuerte durante el primer semestre del año, la situación no se habría revertido durante la segunda parte del año”, consideran los investigadores de la UCA quienes, a su vez, sostiene que esa dinámica “habría generado especialmente un deterioro laboral y en el nivel de ingresos de los empleos de sectores informales”.