13 mar 2015

El líder griego exige “reestructurar” la deuda griega porque la considera "inviable"

La OCDE asesora a Tsipras para abordar las reformas

CARLOS YÁRNOZ París 12 MAR 2015



El primer ministro griego, Alexis Tsipras, en Atenas. / ALKIS KONSTANTINIDIS (REUTERS)

Grecia quiere convencer a sus acreedores de su voluntad reformista y para ello, su primer ministro, Alexis Tsipras, firmó este jueves en París un acuerdo con el secretario general de la OCDE, Ángel Gurría, para que los expertos de esta organización asesoren a Atenas sobre cómo hacerlo. Tsipras presentó el pacto como “un pasaporte” de su compromiso hacia los socios europeos, pero también exigió una “reestructuración” de la gigantesca deuda griega porque considera “inviable” su gestión.

Tsipras, acompañado de tres de sus ministros, incluido el titular de Finanzas, Yanis Varoufakis, aseguró que combatirá la corrupción, el fraude fiscal o los oligopolios y que abordará una reforma judicial, un adelgazamiento del sector público y una reforma laboral. “No nos han sido impuestas. Son las que nosotros creemos que son necesarias para Grecia. Y son reformas estructurales profundas”.

La firma del acuerdo con la OCDE se ha producido en la víspera del encuentro que el primer ministro griego mantendrá este viernes en Bruselas con el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker. Y una semana antes de la cumbre de la UE del próximo jueves y viernes, en la que el problema griego volverá a estar sobre la mesa aunque no sea oficialmente.


Atenas multiplica los contactos para evitar el riesgo de estrangulamiento


Hasta ahora, Tsipras no ha convencido a la UE, el BCE y el FMI —ni a Alemania— de que concretará esas reformas, a pesar, asegura, de que son “propuestas honestas”.

Hasta que no lo haga, los socios de la zona euro tampoco están dispuestos a entregar a Atenas el último tramo de la ayuda de 7.200 millones. El plazo concluye en abril y la situación financiera griega es “desesperada”, como admitió en París su primer ministro. “Estamos en una situación de urgencia”, añadió, “con un profundo desorden en nuestra economía”.

Por eso, para el primer ministro griego la prioridad consiste en superar “la desconfianza mutua” y “estabilizar la situación financiera”. A medio y largo plazo, sin embargo, considera imposible esa estabilidad. La deuda, del 185% del PIB, es “inviable” y por eso Tsipras insistió en su reestructuración —o sea, una quita— que los acreedores rechazan de plano. En todo caso, los socios europeos están dispuestos a estudiar una posible ampliación de los plazos de devolución o una rebaja de los ya reducidos tipos de interés.

La solución a la dramática situación que vive Grecia, que entre abril y agosto debe devolver más de 15.000 millones de deuda, debe pasar por “un nuevo acuerdo marco” entre Atenas y la UE, mantiene el líder griego. Un acuerdo alejado de esa “estricta austeridad” o “chantaje” aplicado a Atenas, afirmó, que ha provocado un descenso del 25% del PIB griego.

La OCDE tiene amplia experiencia en el asesoramiento a países que emprenden reformas. Gurría recordó que no intenta sustituir en esa misión a ninguna otra institución. "No vamos a decir a Grecia lo que tiene que hacer". La diferencia con el BCE o el FMI, por ejemplo, es que Grecia no debe dinero a la OCDE. Por eso, el acuerdo suscrito en París puede ser la prueba de buena voluntad de Tsipras, pero es en Bruselas o Francfort donde tendrá que demostrarlo con los datos técnicos que le exigen desde hace varias semanas.