21 mar 2015

Punta de Sayago en la tormenta

TENSIONES GLOBALES


20.03.2015

MONTEVIDEO (Uypress) - Luego de varios anuncios en la prensa se concretó la ruptura de la empresa franco-belga Gaz de France-Suez (GDF) con la constructora brasilera OAS por la ejecución de las obras de ingeniería en la planta regasificadora, básicamente el puerto para el atraque del barco regasificador y los gaseros que transportarán el gas líquido.

Desde que se iniciaron las obras comenzaron las tensiones entre ambas empresas, sobre todo por parte de GDF que asociada a la japonesa Marubeni forma el consorcio GNLS y que contrató posteriormente a OAS para las obras de ingeniería. Esas tensiones tuvieron reflejo en diversos medios de prensa. Ahora se concretó el divorcio.
El diario La República publica hoy un completo informe sobre la situación de un proyecto emblemático para la independencia energética del país y que estuvo detenido durante muchos años mientras el acuerdo incluía la empresa argentina ENARSA.
La puesta en funcionamiento de esta planta es clave para el funcionamiento de la central de energía térmica de Puntas del Tigre que actualmente tiene una capacidad de 300 MB. La empresa coreana Hyndai ganó la licitación para ampliar la capacidad de esta gestión hasta 840 MB y adaptarla para funcional con diversos combustibles (ciclo combinado) en particular para utilizar el gas producido por la planta regasificadora. El consumo a pleno ritmo de esta planta superara los 4 millones de M3 de gas. Las obras en Punta del Tigre tienen un importante atraso, de casi un año.
El texto completo de La República:
CRÓNICA DE UN DIVORCIO ANUNCIADO
Gaz de France anunció la ruptura del contrato que la une a la brasilera OAS
Publicado el Viernes 20 marzo de 2015
La empresa franco belga Gaz de France-Suez (GDF) que junto con la japonesa Marubeni forman el consorcio GNLS anunció ayer la ruptura del contrato que la une a la brasilera OAS para la realización de las obras civiles del puerto de Puntas de Sayago donde funcionará la planta regasificadora. El valor del contrato entre ambas empresas supera los 400 millones de dólares.
Es un contratiempo importante pero relativo para los planes del gobierno que pretendía operar las instalaciones a finales del 2015, con un barco regasificador alquilado, y para finales del 2016 con una nave que se está construyendo especialmente en los astilleros de Corea del Sur. El valor total de lo que deberá invertir Gaz de France-Suez serán 1.125 millones de dólares.
La relación entre Gaz de France- Suez y OAS está regulada por un contrato entre empresas privadas y aunque obviamente el Estado uruguayo a través de Gas Sayago (90% de propiedad de UTE y 10% de propiedad de Ancap) no tiene directa relación con este contrato, el impacto que provocará la ruptura, tanto en los aspectos laborales como en el cronograma de las obras, son importantes para el país.
OAS tiene contratados a 700 trabajadores uruguayos y desde la empresa aseguran que cumplió regularmente con sus obligaciones laborales, y que incluso en el caso de los 150 que envió al seguro de paro "se les garantizó el pago por adelantado de la diferencia con sus salarios normales". Ahora el Sunca le reclamó a GDF que le garantizara que todos los funcionarios serían tomados nuevamente en caso de un cambio de la constructora.
La valoración de las ofertas desde el punto de vista de su robustez y del concepto sobre su capacidad de ejecución, arrojaron en su momento la siguiente valoración por parte de las autoridades: Gaz de France - Suez (Franco belga) 76%, Enagás (España) 48%, Samsung (Corea del Sur) 48% y Höegh (Noruega) 24%". Con esa evaluación, la propuesta de la noruega Höegh acompañada por la constructora chilena Belfi quedó descartada.
La ruptura entre la empresa francesa y la empresa brasilera determinará la necesidad de contratar otra gran constructora con capacidades técnicas para la continuación de los trabajos.
Gaz de France-Suez, según revelaron diversas fuentes, habría reclamado a la OAS un aumento de los costos en la ejecución de las obras en el puerto de más de 400 millones de dólares, lo que implicaría una duplicación de los costos.
Las desavenencias comenzaron hace varios meses con cuestionamientos por parte de GDF del proyecto de ingeniería que presentó originalmente OAS, al punto que contrató a una empresa de ingeniería,- la belga Tractebel-, para reformular el proyecto original. Tractebel que forma parte del grupo belga Suez fue contratada por GDF para realizar un estudio complementario para sostener la ruptura de las relaciones con OAS.
Antecedentes
Gaz de France es ampliamente conocida en Uruguay, fue propietaria de la compañía de gas de Montevideo y la operó durante 10 años en medio de duras polémicas, en particular con los trabajadores que le reclamaban inversiones y mantenimiento adecuado por razones de seguridad y para garantizar una calidad mínima del servicio.
GDF vendió la empresa a Petrobras que la opera actualmente quien renovó totalmente las instalaciones subterráneas. La empresa de construcción que hizo esa renovación fue precisamente OAS.
Esta empresa brasilera que se encuentra en medio de la tormenta por el escándalo Petrobras en Brasil ha realizado en Uruguay diversas obras de importancia, como el nuevo saneamiento en el departamento de Maldonado y la nueva línea de bombeo de OSE entre otras obras ; y en nuestro país, actuando sola o asociada a empresas uruguayas, no enfrentó hasta ahora dificultades ni reclamos.
OAS además de la construcción del puerto de la regasificadora está culminando las obras de los 14 kilómetros del gasoducto que conectará estas instalaciones con el gasoducto existente que nos conecta con Argentina. Esta obra está también detenida por el mismo conflicto sindical con el Sunca a pesar de que en ese caso no hay controversias pendientes.
El futuro no es fácil. A pesar de que han aparecido insistentes versiones de que GDF pretendería contratar a la chilena Belfi, que tuvo a su cargo la construcción del puerto de la papelera Montes del Plata y con la cual tiene un juicio pendiente por controversias relativas a esa obra, en realidad en el muy reducido ambiente de los grandes operadores del sector se apunta con mucha insistencia a que desde el inicio GDF quería contratar a la empresa belga Dredging International y a pesar que en diversos medios se habla de la chilena Belfi, endefinitiva serán los belgas los beneficiarios del nuevo contrato.
La ruptura del contrato por parte de GDF con OAS terminará inexorablemente en los juzgados.
Los franceses tienen depositados 130 millones de dólares en garantía de ejecución de obra a disposición de la empresa estatal Gas Sayago y a su vez OAS tiene depositados en garantía la cantidad de 120 millones de dólares, en este caso por el contrato con GDF.
Una primera pregunta básica es ¿quién se hará cargo del aumento de costos estimado por los franceses de 420 millones de dólares? El estado uruguayo en la licitación internacional tiene comprometido el pago de 14 millones de dólares mensuales durante 15 años por el valor total de las obras, el alquiler del barco regasificador y la operación de la planta por parte de GDF.
El contrato está blindado en esa cifra, pero resulta difícil creer los franceses estarán dispuestos a absorber un aumento de costos de esas proporciones que implica un 40% del total de la inversión. Y es allí donde comenzará una ofensiva de GDF, por reformular el contrato con el Estado.
Además de las elementales razones económicas para no aceptar ese descomunal aumento de costos, existe una razón legal. En caso de un cambio de los valores del contrato entrarían a jugar las otras empresas que participaron en el concurso cuestionando la legalidad de esos cambios. Otro frente de complejidad jurídica para la obra y para el Estado.
La planta regasificadora, básicamente se basa una nave fondeada que procesará el gas líquido que transportarán diversos navíos gasíferos y tendrá una capacidad máxima de 10 millones de M3 por día.
Los uruguayos consumimos hoy una cantidad de aproximadamente 300.000 m3 de gas diario que importamos totalmente de la Argentina, con un contrato que tiene vigencia hasta abril del 2016 y a un precio promedio de 24 dólares por 1.000.000 de BTU.
El gas producido por nuestra planta regasificadora con un costo de la materia prima de entre 12 y 13 dólares, más 2 dólares de costo industrial, tendría un precio estimado de entre 14 y 15 dólares el millón de BTU.
BTU es una british thermal unit y equivale aproximadamente a 252 calorías, la cantidad de energía que se requiere para elevar en un grado Fahrenheit la temperatura de una libra de agua en condiciones atmosféricas normales.
Un millón de BTU equivale a 27 metros cúbicos de gas. Los usuarios nacionales del gas líquido serían en un 90% UTE para la generación de energía eléctrica en su planta de Punta del Tigre y Ancap, además del consumo domiciliario y de las empresas que decidan pasarse al gas con costos muy convenientes en comparación con el gas oil o cualquier otra energía.
La suma estimada máxima de consumo sería de 4.500.000 BTU diarios para el Uruguay. ¿Y el resto?
Podrá exportarse de dos maneras. A la Argentina a través del gasoducto que se está completando y otra, en forma de energía eléctrica a Brasil. En la planta de Punta del Tigre de UTE que actualmente tiene una capacidad de generación de 300 MW se están realizando obras por la coreana Hyundai para aumentar la potencia en 540 MW (840 MW total) y para transformarla en una planta de ciclo combinado, es decir que puede utilizar gas oil o gas natural.
Esta transformación es clave para el aumento del consumo del gas que produciría la regasificadora aunque hay que destacar que actualmente se registran atrasos en la obra. Las condiciones han cambiado. Desde el momento de la definición sobre construir la planta regasificadora, se han producido algunos cambios importantes.
El primero es la gran caída del precio del petróleo, que bajó a menos de la mitad de los más de 100 dólares el barril y hoy se sitúa en el entorno de los 50 dólares. ¿Cuánto durará esta situación? No es fácil establecerlo por los intereses geopolíticos y comerciales que están en juego.
También cambió la situación de las reservas hídricas de los embalses de las represas uruguayas. Esto, más el constante y sostenido aumento de la capacidad de generación de energías renovables, (más de 600 MW en particular eólica y a partir de biomasa) pone al Estado uruguayo en una situación mucho más cómoda para negociar con la empresa francesa. No hay urgencias y además corren los plazos a partir de los cuales las demoras en la finalización de las obras implican multas de 475.000 dólares diarios hasta 100 millones de dólares. Uruguay no tiene ningún apuro.
La brasilera OAS que en Uruguay desarrolló varias importantes obras no enfrentó ningún tipo de escándalo ni procesos judiciales, pero en Brasil la situación es diferente. Forma parte del mega proceso judicial englobado en la empresa petrolera estatal Petrobrás.
En este proceso judicial se encuentran involucradas las mayores empresas constructoras de Brasil. Se aguarda para las próximas semanas que explote otro flanco de la investigación que involucra a la mayor empresa constructora de todo el Brasil con una fuerte presencia en el exterior en lo que se ha dado en llamar la operación Apocalipsis. Solo su nombre nos da ya una dimensión del problema y de la empresa.
La Corte Suprema de Brasil autorizó a la fiscalía a proseguir con la investigación de la llamada "lista negra" que fue revelada el pasado viernes 6 de marzo y que está conmocionando no solo al ambiente político sino también a la economía brasilera. La lista incluye a 49 personalidades que serán citadas y que ejercen o ejercieron cargos de importancia actualmente o en el pasado.
En la lista figuran los presidentes del Senado, Renan Calheiros, y de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha, ambos del PMDB, aliado clave de todos los gobiernos, incluido el actual. 
Figuran 12 senadores y 22 diputados actualmente en el cargo que pertenecen a cinco partidos, tres de los cuales forman parte de la coalición gobernante. Es notorio que, de comprobarse, son esquemas de corrupción que abarcaban a la mayoría del sistema político y que tienen hondas raíces y antecedentes.
Lo cierto es que si el precio que debe pagar Brasil por este escándalo es el hundimiento de buena parte de su estructura empresarial y por lo tanto de su presencia internacional y de su economía, la situación es realmente muy grave.
Y es notorio que los competidores empresariales de Brasil están sacando provecho de esta situación interna y sería muy complejo que el Uruguay quedara atrapado en medio de estos choques. En particular por sus relaciones políticas y comerciales con el país norteño.