La ubicación de la plantación en la zona de Libertad (San José) no es arbitraria
La ubicación de la plantación en la zona de Libertad (San José) no es arbitraria. La idea apunta a que los cultivos de cannabis se beneficien del “paraguas” del plan general de seguridad elaborado por el Ministerio del Interior para el Penal de Libertad, único establecimiento de máxima seguridad del país. Es decir, la intersección de las rutas 1 y 89 es un lugar protegido gracias a un plan aceitado por años para evitar fugas o intentos de rescates de reclusos que incluye a distintas reparticiones del Ministerio del Interior. Estas son: jefaturas de San José y Montevideo, Policía Caminera, Bomberos y fuerzas de rápido desplazamiento de la Guardia Republicana.
La intención del gobierno es utilizar 10 hectáreas que produzcan 22 toneladas al año, que es lo que consumen 150.000 fumadores de marihuana.
La ubicación precisa aún no fue definida por el Instituto de Regulación y Control de Cannabis (Ircca). Se manejan dos opciones: una más cercana al Penal de Libertad que ya cuenta con invernáculos y otra algo más alejada. El Ministerio del Interior ha manifestado reparos con la cercanía del establecimiento penitenciario, dijo a El País una fuente de esa cartera. Ello podría llevar al gobierno a utilizar un campo un poco más alejado del penal pero que hoy no cuenta con ningún tipo de instalaciones.
Seguridad.
“Ese predio no tendrá nada que ver con el Ministerio del Interior. Habrá un cerco o un muro perimetral que separará el lugar de cultivo de la marihuana con el Instituto Nacional de Rehabilitación”, agregó la fuente.
“Ese predio no tendrá nada que ver con el Ministerio del Interior. Habrá un cerco o un muro perimetral que separará el lugar de cultivo de la marihuana con el Instituto Nacional de Rehabilitación”, agregó la fuente.
El predio donde se producirá marihuana para su comercialización en farmacias tendrá seguridad externa e interna las 24 horas y los 365 días del año.
Contará con sistemas de seguridad similares a las establecimientos penitenciarios: alambradas perimetrales y torretas.
A principios de marzo de este año, el ministro de Defensa, Eleuterio Fernández Huidobro, le propuso en forma verbal al presidente de la República, José Mujica, que el Ejército se encargará de la custodia de los predios militares donde se plantará marihuana en forma similar al régimen usado en los perímetros exteriores de las cárceles. Tras la propuesta de Fernández Huidobro, el gobierno conformó una comisión integrada por representantes de varios ministerios para definir los criterios que tendrá la plantación.
Días atrás, se le trasmitió al representante del Ministerio de Defensa que los militares no participarán en la seguridad exterior de la plantación y que la misma se encargará la Guardia Republicana, fuerza de elite del Ministerio del Interior. Se necesitará una dotación de 50 efectivos en turnos de 12 horas.
En cada turno habrá 12 efectivos de guardia, de los cuales dos o tres quedarán de retén.
La seguridad interna del predio estará a cargo de los productores que cultivarán el cannabis.
Llamado
El viernes 1° el Ircca llamó a interesados en la elaboración de soluciones técnicas y económicas que serán incluidas en las bases de un futuro llamado a postulantes a producir y distribuir cannabis. Solo los que se presenten en el primer llamado podrán participar en una licitación para producir y distribuir cannabis para su venta en farmacias.
El viernes 1° el Ircca llamó a interesados en la elaboración de soluciones técnicas y económicas que serán incluidas en las bases de un futuro llamado a postulantes a producir y distribuir cannabis. Solo los que se presenten en el primer llamado podrán participar en una licitación para producir y distribuir cannabis para su venta en farmacias.
Presos no podrán fumar “porros”
Los presos no podrán fumar marihuana aunque se haya legalizado su producción y comercialización. “Es como el alcohol. No se puede consumir dentro de una cárcel”, dijo a El País una fuente del gobierno. El tabaco sí está permitido.
Los presos no podrán fumar marihuana aunque se haya legalizado su producción y comercialización. “Es como el alcohol. No se puede consumir dentro de una cárcel”, dijo a El País una fuente del gobierno. El tabaco sí está permitido.
La marihuana es un bien preciado dentro de las cárceles. Afuera 25 gramos de marihuana prensada sale $ 500. Con esa cantidad, se puede confeccionar 25 cigarrillos. En la cárcel el precio de esa droga se triplica. Para evitar el ingreso de drogas a las cárceles, el Ministerio del Interior dispuso que la Guardia Republicana se encargue de controlar las puertas de los penales e instaló scanners similares a los de los aeropuertos. Además se realizan investigaciones para detectar a policías y a familiares que ingresan drogas y armas a los presos.