PARAGUAY
Este lunes se cumplieron tres años de la caída de Lugo, esto provocó la mayor crisis política de la actual democracia de Paraguay.
A diferencia de los dos aniversarios anteriores, ni el Frente Guasú ni otros grupos sociales o campesinos realizaron actos de recuerdo por el juicio parlamentario que terminó con el mandato de Lugo, un año antes de que cumpliera los cinco años en el Gobierno.
El ahora senador, que fuera obispo católico en la pobre región de San Pedro, donde los conflictos entre campesinos y terratenientes están a la orden del día, llegó al poder en 2008 apoyado por movimientos sociales y por una inédita alianza con el Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA).
Con su victoria electoral rompió con 61 años de hegemonía del Partido Colorado, que volvió al poder con Horacio Cartes al ganar los comicios del 14 de abril de 2013.
Pero hoy hace tres años, Lugo fue declarado culpable de “mal desempeño de sus funciones” por 39 de los 45 senadores en un proceso de menos de 48 horas.
“Un juicio político que fue asimilado por el pueblo paraguayo, por los pueblos del mundo y por la comunidad internacional, como una farsa grotesca orquestada para frenar la potencialidad del proceso de cambios que estaba viviendo el pueblo paraguayo”, destacó hoy el Frente Guasú en su comunicado.
Una semana antes de la destitución de Lugo, un operativo policial en apariencia común desembocó en un intercambio de tiros en unas tierras cercanas a la localidad de Curuguaty (sureste), donde un grupo de campesinos exigía que se aplicase la reforma agraria.
Seis policías y once campesinos murieron sin que aún se sepa cómo ocurrieron exactamente los hechos.
Tras la matanza del 15 de junio, el PLRA y el Partido Colorado se aliaron para destituir a Lugo en el Parlamento, en lo que muchos denominaron un “juicio exprés”
A Lugo le sustituyó entonces el que era su vicepresidente, el liberal Federico Franco, que gobernó hasta agosto de 2013, cuando entregó el poder a Cartes.
El Frente Guasú aseguró en su comunicado que pese a esa maniobra política, que definió como “un intento de liquidación perpetrado por los sectores que representan a los intereses de la oligarquía”, la formación ha conseguido sobreponerse y seguir contando en el escenario político paraguayo.
“A pesar de la persecución y el poder del dinero de Horacio Cartes, el FG ha logrado ubicarse como tercera fuerza política de la República, dando continuidad al proceso de organización para la transformación social iniciado en abril de 2008″, añade.
El Frente Guasú recordó además que hasta hoy sigue sin resolverse lo acontecido en Curuguaty.
“Con el Ministerio Público investigando solo a campesinas y campesinos, en el marco de una cantidad de aberraciones jurídicas que desconocen el debido proceso”, agregó.
Desde que ocurriera la matanza, trece campesinos enfrentan desde entonces cargos de invasión de inmueble ajeno y asociación criminal, y diez de ellos también por intento de homicidio de los policías, tras pasar por tres años de cárcel preventiva y domiciliaria.
Sin embargo no hay imputados por la muerte de los once labriegos. Su juicio, tras ser retrasado por la Justicia en más de cuatro ocasiones, comenzará a celebrarse el próximo 28 de julio.
La llegada de Franco a la Presidencia provocó el aislamiento diplomático de Paraguay con los países de la región, que retiraron a sus embajadores de la capital paraguaya.
Cancilleres de los países del Mercado Común del Sur (Mercosur) calificaron entonces de “ruptura del orden democrático” al proceso y suspendieron a Paraguay del grupo arancelario, como también hizo la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur).
Solo tras la toma de posesión de Cartes, el 15 de agosto de 2013, ambos bloques aceptaron levantar las suspensiones internacionales contra Paraguay.
FG RESPONSABILIZA A CÚPULAS LIBERAL Y COLORADA POR JUICIO Y MASACRE
Un día como hoy, del año 2012, se consumaba el segundo episodio de la restauración oligárquico-mafiosa en nuestro país: se destituía al Presidente constitucional de la República del Paraguay, Fernando Lugo, mediante un “juicio político”, que fue asimilado por el pueblo paraguayo, por los pueblos del mundo y por la comunidad internacional, como una farsa grotesca orquestada para frenar la potencialidad del proceso de cambios que estaba viviendo el pueblo paraguayo.
El primer episodio de la restauración oligárquico-mafiosa fue la Masacre de Curuguaty, que hasta hoy sigue sin resolverse, con el Ministerio Público investigando solo a campesinas y campesinos, en el marco de una cantidad de aberraciones jurídicas que desconocen el debido proceso. En este sentido hacemos nuestra la consigna de “Tierra Justicia y Libertad”.
El tercer episodio de la mencionada restauración fue la llegada de Horacio Cartes a la presidencia de la República, comprando el Partido Colorado y aprovechando al máximo la cultura de la prebenda y el clientelismo para comprar los votos necesarios.
Hoy las grandes mayorías entienden perfectamente que el proyecto liderado por Cartes junto con las cúpulas colorada y liberal, es totalmente contrario al pueblo. El aumento de la pobreza extrema, el deterioro del sistema de salud pública, del medio ambiente y el retroceso general de las políticas sociales dan muestra muy concreta del carácter antidemocrático y excluyente de actual gobierno.
Los tres episodios estuvieron liderados por las cúpulas colorada y liberal, al servicio de Cartes y del capital transnacional fraudulento. El gobierno Franco-Cartes fue sucedido por el gobierno Cartes-Llano. Esta alianza envolvió a fuerzas de supuesto signo progresista, como Avanza País y el Partido Encuentro Nacional, en un pacto de gobernabilidad denominado “Acuerdo Por Paraguay” o “Pacto azul-grana”, firmado en el 2013 y vigente hasta la fecha, del cual se desprendieron un paquete de leyes y medidas contrarias a los intereses de nuestro pueblo.
El Frente Guasu, junto con otras fuerza sociales y políticas, han resistido a este intento de liquidación perpetrado por los sectores que representan a los intereses de la oligarquía y la narcopolítica. A pesar de la persecución y el poder del dinero de Horacio Cartes, el FG ha logrado ubicarse como Tercera Fuerza Política de la República, dando continuidad al proceso de organización para la transformación social iniciado en abril de 2008.
A tres años de aquel atentado a la voluntad mayoritaria del pueblo paraguayo, se aclara cada vez más el panorama para la gente honesta, sencilla y trabajadora. En este sentido, llamamos hoy a la construcción y fortalecimiento de plataformas políticas y sociales amplias que vayan avanzando en la construcción de una gran organización que sea capaz de recuperar el gobierno, con voluntad y capacidad de orientar los bienes de la República al servicio de todas y todos.