MEXICO
Un mensaje para El Bronco
La bodega donde ocurrió la masacre del viernes pasado está a menos de 500 metros de la alcaldía donde despachaba El Bronco. A pesar de que el ataque se perpetró a las dos de la tarde, ningún vecino dijo haber escuchado algo.
Por Gerardo Albarrán de Alba
Página/12 En México
Desde México DF
Llegaron en dos vehículos. Ocho hombres armados se introdujeron en la bodega de la cervecería Corona y obligaron a reunirse a poco más de una veintena de trabajadores y algunos clientes. Identificaron y separaron a 10 empleados de entre ellos. Encañonados, a golpes e improperios les ordenaron desnudarse. Los ejecutaron arrodillados. El ataque –preciso, directo– duró apenas unos minutos. (La policía encontró más tarde diez casquillos percutidos de 9 milímetros, uno por víctima.) Los sicarios abandonaron el centro de distribución de la misma forma en que llegaron, rápido y sin ruido. Todos los clientes resultaron ilesos, lo mismo que el resto de los trabajadores de esa empresa, ubicada en un barrio céntrico de García, un municipio a menos de 20 kilómetros al poniente de Monterrey, la capital de Nuevo León.
Aquí en García vive Jaime Rodríguez Calderón, El Bronco, próximo gobernador del estado para el periodo 2015-2021, vencedor de las elecciones del pasado 7 de junio como candidato independiente con 48,8 por ciento de los votos, aplastando a la maquinaria política del PRI y del PAN juntas que, sin embargo, ganaron todas las diputaciones locales de mayoría y controlarán el Congreso del Estado. Sus formas bruscas y atrabancadas (del ahí el apodo) atrajeron no sólo a la ciudadanía neolonesa, sino a la prensa estadounidense que dedicó amplios espacios en medios como Bloomberg, The Wall Street Journal, y The New York Times a intentar explicar cómo se rompió el bipartidismo en la segunda entidad más importante del país, después del Distrito Federal.
El Bronco no es ningún improvisado, tiene una larga carrera política dentro de las filas priístas, donde militó durante 33 años. Fue diputado local y federal y de 2009 a 2012 fue alcalde de García, en ese momento bajo control del Cartel de Los Zetas, a los que se enfrentó. En 2011 trataron se asesinarlo en dos ocasiones; los fallidos atentados ocurrieron en menos de cinco semanas. Un año después de dejar el cargo de presidente municipal, se estrenó Un Bronco sin miedo, documental apologético que narró sus “hazañas” contra el crimen organizado de su comunidad.
La bodega donde ocurrió la masacre del viernes pasado está a menos de 500 metros de la alcaldía donde despachaba El Bronco.
A pesar de que el ataque se perpetró a las dos de la tarde, ningún vecino dijo haber escuchado algo. Para cuando llegaron patrullas, ambulancias y helicópteros ya todo había terminado. Elementos de la Fuerza Civil, del Ejército y de la Agencia Estatal de Investigaciones (AEI) acordonaron el área para permitir el trabajo de los peritos forenses. Los investigadores encontraron una balanza, cerca de siete kilos de marihuana, un fusil calibre .223 y una caja de municiones.
El procurador de Justicia del Estado Javier Flores Saldívar dijo tener indicios de “un ataque entre miembros de la delincuencia organizada”. Las autoridades presumen que las 10 personas asesinadas habían pertenecido al Cartel de Los Zetas, que controló la plaza hasta el año pasado. Ahora debilitado, sus células operan por su cuenta. Fuentes de la AEI citadas por la prensa local dijeron que los ejecutados se dedicaban a la venta de droga.
Hace tres meses, el líder de Los Zetas, Omar Treviño, Z-42, fue capturado en San Pedro Garza García, un exclusivo suburbio de Monterrey, a 28 kilómetros al sudeste de la tierra de El Bronco.
El gobernador electo Jaime Rodríguez Calderón estaba en la Ciudad de México cuando ocurrió la masacre y se dijo “triste y enojado”. En su página de Facebook reclamó a la policía y a las autoridades del Estado: “No deben relajarse en este tema; no deben permitir que vuelva la ola de violencia que según los actuales gobernantes dicen todos los días que está controlada. Exigimos a las autoridades que esclarezcan este asunto a la brevedad, que se pongan las pilas, que salgan a buscarlos a los culpables”.
Más le vale que así sea, porque a partir de octubre será su problema.