En la XXXII Conferencia Internacional para el Control de Drogas, que se reunió a comienzos de este mes en Cartagena (Colombia) y a la que asistieron los delegados de 127 países -y agencias como la DEA-, el momento más esperado por la audiencia fue la intervención del general John Kelly, comandante del Comando Meridional (Sur) de EEUU.
JOSE VICENTE RANGEL / ÚLTIMAS NOTICIAS
1. En su intervención destaca un dato novedoso: el reconocimiento -creo que por primera vez en la historia- por un alto funcionario norteamericano, del creciente consumo y demanda de droga en su país y la aceptación de que este es el principal problema para la potencia imperial. “Tiene mi país -dijo Kelly- una demanda insaciable por las drogas: no hablo de marihuana, también hablo de cocaína, heroína, metanfetaminas”. Señaló, además, que “la lucha contra las drogas debe ser un paquete, no solo para erradicar los narcóticos en esta parte del mundo, sino todo un paquete que empieza con la reducción de la demanda en países como EEUU.
2. ¿A qué obedece este planteamiento de un jefe militar de la importancia de Kelly? El reconocimiento -de pronto- de algo que todos conocen provoca sospechas. Es el tipo de afirmación que siembra confianza para ir al fondo de lo que se pretende. El jefe del Comando Sur, organismo que maneja la estrategia geopolítica en un espacio sensible para el poder de EEUU, exalta la necesidad de “trabajar en red para combatir la red”, mencionando en primer término a Colombia y países como Panamá, El Salvador, Honduras y Nicaragua, y excluyendo deliberadamente a Venezuela. En un párrafo señala: “No pasa lo mismo con Venezuela, con la que no tenemos mucha cooperación, y sabemos que hay mucha cocaína saliendo de ese país hacia el mercado mundial”. Luego agrega: “Casi todos los movimientos aéreos con estupefacientes salen de Venezuela y pasan por las islas. Hace dos años la ruta aérea pasaba por países de Centroamérica, pero ahora lo hacen por pequeñas islas en el Caribe”. Después mencionó que las ganancias del negocio general de estupefacientes mueve 650 mil millones de dólares en el mundo.
3. ¿Por qué el general Kelly en esta reunión en Cartagena llama a realizar un trabajo conjunto en la región, destaca la gravedad del consumo en su país y escoge a Venezuela como blanco? Sostiene -sin pruebas- que se trata de la nación desde la cual sale “mucha cocaína” -¿cuánta?- y silencia los logros que en la lucha antidrogas alcanza el país. Es obvio que el centro de la estrategia para la región, de la cual es vocero este general, consiste en ubicar el objetivo contra el cual se va a actuar. A tal fin, el jefe del Comando Sur presentó dos planos elaborados sin soporte serio, ya que no se informa sobre la fuente del material. Uno de los mapas muestra las principales rutas de tráfico de cocaína saliendo de la fachada marítima de Venezuela; otro presenta todas las actividades criminales globales donde destaca el papel que juega el territorio venezolano.
4. Las conclusiones de un trabajo de investigación de este material, realizado por la Escuela de Inteligencia y Contrainteligencia G/B Daniel Florencio O’Leary, registran que mediante esta actividad del Comando Meridional/Sur, EEUU estaría justificando, ante el mundo y los representantes de los países asistentes a dicha conferencia, lo siguiente:
a) Que Venezuela no colabora con las actividades contra el narcotráfico, especialmente cocaína.
b) Que la fachada marítima de Venezuela, en toda su extensión hacia el Caribe, es el principal espacio geográfico de la ruta para la droga.
c) Que con los mapas presentados se argumenta el incremento de las actividades militares, como en efecto se ha efectuado en el primer semestre del año, para actuaciones con sistemas de armas de guerra contra el narcotráfico y la atención humanitaria en la región.
d) Que es necesaria la ayuda del Comando Meridional/Sur para controlar las actividades del narcotráfico en la región.
e) Que es imprescindible reforzar el área con otro tipo de comunicaciones más actualizadas, como las Nano Satelitales.
f) Que los mapas presentados en la conferencia refuerzan, cada vez más, la importancia del apoyo financiero al Plan Colombia.
5. La estrategia es clarísima: militarizar la lucha contra el narcotráfico y darle perfil político para instaurar, como blancos, a naciones donde hay procesos sociales de cambio. En la actual realidad latinoamericana, el blanco fundamental, por ahora, es Venezuela, a la que se pretende convertir en objetivo de un doble ataque: por un lado con la acusación de violación de los derechos humanos y, por otro, de servir al narcotráfico. La meta: declarar a Venezuela Estado forajido.
Laberinto.
Un amigo español con alta figuración, dirigente socialista, me escribe desde Madrid sobre el viaje de Felipe González a Venezuela. Comienza diciendo que su planteamiento fue erróneo y que González “podía haber jugado un papel de intermediación y no de beligerancia”. Que no prohibirle la entrada fue un acierto del Gobierno. Dice que su posición no agradó en sectores empresariales…
En efecto, González se desbocó. ¿Estuvo mal asesorado? ¿Se guio por opositores enfermos de antichavismo y no por los sensatos y demócratas? Quizá si busca información en otras fuentes sobre la “realidad real” del país habría cumplido un papel positivo para lograr el diálogo que él al llegar manifestó como su propósito. Precisó: “Yo creo que Venezuela necesita diálogo”, pero hizo lo contrario: contribuyó a exaltar las tensiones. ¿Era eso lo que quería? Así pasa con estos turistas politiqueros que asumen el tema Venezuela alineándose con un sector opositor, por lo que terminan haciendo un lamentable papel…
En el estadio Nacional de Santiago, lugar de reclusión de prisioneros políticos y salvajes torturas cuando el golpe de Pinochet, flameaba una inmensa pancarta con este lema: “Pueblo sin memoria, pueblo sin futuro”…
Sugerencia: para que no haya malos entendidos sobre el descontento en la población por el desabastecimiento y la inseguridad, convendría que el Gobierno contase con un equipo que haga sondeos permanentes sobre el estado de ánimo de la gente. Los procese con seriedad para que tenga el pulso de la calle. Polemizar en torno a una situación delicada, donde los números no dan confianza a nadie, enmascara la realidad. A quien menos le conviene hacerlo es al Gobierno, que debe estar consciente de cuál es la realidad…
Uno de los personajes que viajaron a Venezuela -junto al colombiano Pastrana y el boliviano Quiroga- para apoyar a la oposición, fue el ex presidente de México Felipe Calderón. En el juego que le ganó Venezuela a Colombia el personaje se quitó -como comentarista del evento- la máscara de imparcial con que vino al país, al tuitear: “Qué pena. Qué juego tan sucio el de los venezolanos, parece que los entrenó Maduro”, y se solazó con la consigna de un opositor que decía: “¡Fuera Maduro!”. No atribuyo esta actitud del ex presidente a su antivenezolanismo, sino a la fama de dipsómano que tiene en su tierra…
A los enemigos jurados del político más difamado del país, Diosdado Cabello, les salió el tiro por la culata. Decían, entre otras mentiras -en las redes y en declaraciones de dirigentes de oposición-, que el presidente de la AN no podía salir del país porque sería detenido. Pero no solo salió -y nada le pasó, porque no le podía pasar ya que nada hay en su contra-, sino que tuvo un éxito clamoroso reuniéndose en Brasil con Dilma y Lula, y en Haití con Tom Shannon.