El presidente ofrece al rey saudí ayuda para contrarrestar las injerencias de Teherán
JOAN FAUS Washington 4 SEP 2015
En el delicado juego de equilibrios en Oriente Próximo, Estados Unidos intenta aplacar el recelo de Arabia Saudí ante un Irán reforzado por el acuerdo nuclear. El presidente Barack Obama prometió este viernes al rey saudí Salmán ayudarle a contrarrestar las injerencias regionales de Teherán, enemigo de Riad. En mayo, el rey canceló una cita con Obama por su desacuerdo con la negociación iraní. La de este viernes es su primera visita oficial a EE UU.
La reunión en la Casa Blanca llega en un momento clave de la relación con el mayor aliado árabe de EE UU, que en los últimos años se ha enfriado. Obama logró el miércoles los votos necesarios para que el Congreso no pueda anular el acuerdo alcanzado en julio entre seis potencias e Irán para limitar su programa nuclear a cambio de un levantamiento de sanciones.
La monarquía autoritaria ha apoyado el pacto, pero desconfía de que Irán cumpla los compromisos. Teme que el pacto lleve al régimen de los ayatolás a redoblar sus acciones desestabilizadoras en la región. El chií Irán y la suní Arabia Saudí apoyan a bandos contrarios en los conflictos en Siria y Yemen. Desde que asumió el trono, Salmán ha promovido una política exterior más agresiva que su fallecido predecesor Abdalá.
Riad teme que el pacto nuclear lleve a Teherán a redoblar sus acciones desestabilizadoras en la región
Obama abordó con Salmán “acelerar” la entrega de material militar estadounidense a Riad, según un comunicado conjunto tras la reunión. El Pentágono ultima un acuerdo de venta de armamento a Arabia Saudí por valor de 1.000 millones de dólares, según el diarioThe New York Times. La operación necesitaría del aval del Congreso.
En la entrevista en el Despacho Oval, también hablaron de aumentar la cooperación antiterrorista, en seguridad marítima e informática, y en misiles balísticos. La ayuda responde a los compromisos adquiridos en mayo por EE UU en una cumbre con las monarquías del golfo Pérsico, a la que el rey saudí decidió a última hora no asistir.
Al inicio del encuentro, Obama dijo que comparte con Salmán la “preocupación” por la inestabilidad en Yemen y Siria. EE UU respalda la campaña saudí en Yemen contra los rebeldes Huthi pero no esconde su inquietud por su coste humanitario. En el comunicado conjunto, ambos países apoyan una solución política a la crisis en Yemen y el plan humanitario de la ONU.
En Siria, Arabia Saudí participa en los bombardeos contra el Estado Islámico impulsados por EE UU y los dos países piden la salida del presidente Bachar el Asad. Pero Washington recela del apoyo saudí a grupos opositores extremistas. “Es un momento desafiante en Oriente Próximo”, dijo el presidente.