“Oportunidad histórica”
El economista afirma que el poder económico se desplaza a China, lo que potencia las posibilidad de desarrollo a América latina.
Por Federico Kucher
“La región tiene una oportunidad histórica para romper con subordinación de las potencias. Los trabajadores tienen que asumir el liderazgo de la transformación, porque las burguesías no van a ser las que conduzcan el cambio”, afirmó el economista brasileño Theotonio Dos Santos, en el panel de cierre del primer congreso de Pensamiento Económico Latinoamericano. El investigador, que recibió en el evento un homenaje a la trayectoria, en la cual se destacó el desarrollo de la Teoría de la Dependencia, afirmó que Estados Unidos está perdiendo la capacidad de ejercer hegemonía, lo que posibilitó el renacer de los gobiernos populares en América latina. Mencionó que los polos de poder económico se desplazan hacia economías emergentes como China, lo que abre una puerta clave para que Latinoamérica pueda desarrollarse. A su vez, aseguró que las tensiones económicas que muestra Brasil se deben a las manipulaciones de funcionarios que operan a favor del sistema financiero, al tiempo que destacó que la Argentina tuvo el coraje de enfrentarse al poder económico en la disputa contra los fondos buitres.
“El elemento novedoso de los últimos años es que se avanzó en emplear el Estado para generar cambios a favor de los sectores populares. Es un proceso difundido en toda Latinoamérica con amplio apoyo de la población”, indicó. Agregó que esto fue posible por las modificaciones en el orden de poder económico y político a nivel mundial. “La hegemonía de Estados Unidos empieza a desgastarse, en un mundo en el que las contradicciones en los modos de producción capitalista se hacen más fuertes y la obsesión por el enriquecimiento deja de ser viable como mecanismo para desarrollar las fuerzas productivas. La erosión de la capacidad de control de Estados Unidos, que fue acrecentándose en las últimas décadas, fue lo que permitió el surgimiento de los gobiernos populares en la región. Ahora América latina atraviesa una oportunidad histórica para continuar avanzando con los procesos de transformación de la última década.”
Dos Santos detalló que “el crecimiento de los pasivos de Norteamérica fue un elemento central a partir de los ochenta para explicar la pérdida de poder del Imperio”. Apuntó que Estados Unidos aceptó vivir del trabajo del resto del mundo, por lo que tiene una situación de fuertísimo déficit cubierto con deudas. “Dejaron de ser los grandes acreedores del planeta para convertirse en los grandes deudores. Desde el punto de vista marxista esto muestra una disminución para imponer el control y una menor capacidad para plantear condiciones. Estados Unidos tiene una limitación para actuar porque cualquier cosa que hace incrementa el déficit y acelera la pérdida de poder para imponerle condiciones al resto del mundo”, precisó.
El rebalanceo de la producción económica a nivel global fue otro punto central en la exposición del investigador para explicar la debilidad de Estados Unidos. “El cambio en la correlación de fuerzas puede verse en quiénes son hoy las grandes economías del mundo (medidas en función del PBI con paridad de poder adquisitivo): China, Estados Unidos, India, Japón, Alemania, Rusia, Brasil, Indonesia, Reino Unido y Francia. Esto muestra que se alteraron los poderes relativos, donde aparecen economías emergentes entre los principales puestos de la lista, lo que décadas atrás era impensado”, marcó. Los Brics, apuntó, aproximan cada vez más su fuerza económica en relación con la de los desarrollados, en tanto que mencionó que la situación también puede verse a nivel de empresas: de las diez firmas más grandes del mundo, cinco son chinas y tres de Norteamérica. En este punto aparece otra situación novedosa, puesto que la mitad de las principales compañías del planeta son estatales, marcando un cambio notable respecto de quién gestiona los procesos productivos.
“La correlación de las fuerzas económicas a nivel mundial está alterándose en forma muy acelerada”, subrayó el investigador, cuyos textos fueron de lectura obligada para los militantes populares de la región en la década del setenta. Indicó que China da el ejemplo más concreto. “La competitividad del gigante asiático, a diferencia de lo que comúnmente se piensa, no tiene nada que ver con su mano de obra barata. China compite por tener tecnología de punta.” Destacó a modo de ejemplo que de la participación de investigadores en el mundo, el país asiático pasó de explicar del 7 al 20 por ciento en los últimos años, en tanto que generó el doble de ingenieros que Estados Unidos. “Los recursos que se destinan para la investigación son colosales. Entre 2002 y 2007, China subió en un 78 por ciento su número de investigadores dedicados a actividades de innovación”, agregó. A su vez, la demanda de energía del mercado interno chino ya superó a la de Norteamérica. “Lo cierto es que no hay ningún dato que muestre que la economía China va a bajar y que Estados Unidos va a subir, sino todo lo contrario”, agregó.
Dos Santos afirmó que las tendencias del mundo hacen que América latina no pueda asumir la postura de que no hay oportunidades concretas para romper la subordinación con las potencias. Por caso, dijo que la creación del Banco del los Brics es un instrumento clave. “La institución tiene más recursos que el propio Fondo Monetario Internacional. Lo importante es ver que se hace con esos fondos”, precisó.
Al finalizar la presentación, Dos Santos dialogó con Página/12.
–¿Cómo se explica la recesión en Brasil?
–Ante un escenario de menor holgura externa hubo una reacción precipitada de la política económica. La respuesta de subir la tasa de interés provocó una situación grave. Llevó a la economía a un escenario de recesión y afectó muy fuerte el prestigio de la presidenta Dilma Rousseff, que había alcanzado niveles de aprobación de más del 70 por ciento. Estas decisiones estuvieron influenciadas en parte por errores groseros de previsión. Por caso, se supuso que Estados Unidos iba a aumentar su tasa de interés de referencia (generando mayores presiones por salida de capitales). Pero esto se trata de un mito. Hace cuatro años que dicen que la van subir pero nunca la incrementan. Entonces se convierte en una ficción que se creó para fomentar un clima de miedo en los países emergentes. La propia prensa brasileña promocionó la idea de una gran recuperación de los Estados Unidos, que con suerte alcanzará un crecimiento de 2 por ciento. Y, por otro lado, alarmó sobre la baja de la expansión China, que paso del 8 al 7 por ciento. La verdad que crecer al 7 por ciento es mucho. Presentarlo como un problema grave parece ridículo. Lo que en realidad es grave es que se usaron estos argumentos para tomar la decisión de subir la tasa de interés brasileña. La recesión, por lo tanto, se ligó a una política que supuso cosas que no existieron. Las amenazas armaron el escenario para recurrir a medidas de austeridad que causaron inflación, caída de la actividad y tensiones para el PT.
–¿Cuál fue el rol de los funcionarios en las medidas de ajuste?
–Dilma, en una situación de debilidad en materia de apoyos políticos, colocó al frente del Ministerio de Economía a un empleado del sistema financiero, que defiende los intereses de ese sector. El gobierno hizo esto como si fuera lo correcto. Así, la explicación de las medidas que toma Brasil no se asocian a la teoría económica sino a funcionarios que responden a los negocios del sistema financiero. Es una crisis generada por los propios gobernantes y los intereses del poder económico. Lograron hacer creer que en Brasil existía una dificultad de exceso de demanda, que no se podía seguir aumentando el consumo de los sectores populares y que había que subir la tasa de interés. Pero cómo un país donde todavía existen millones viviendo en la pobreza va a tener exceso de demanda.
–¿Cómo ve la actitud de la Argentina frente a los intereses financieros?
–Argentina tuvo una política corajuda contra el poder económico. Se mantuvo firme ante las presiones de la prensa mundial en el caso de los fondos buitres, que en un primer momento fueron realmente fuertes pese a que los buitres son unos ladroncitos de cuarta categoría que nadie respeta a nivel global. Las campañas de desprestigio contra el país para decir que no cumplía con los compromisos de deuda fueron escandalosas. Pero la realidad fue al revés. Los que tienen prestigio son los que luchan. En el caso argentino hubo un hecho de patriotismo al no ceder a presiones de los fondos especulativos. Es un coraje que no tuvo Brasil para enfrentar los negocios financieros.