Septiembre 3, 2015
N. Garrido
Después del mediodía un policía se presentó en el domicilio de Barneix con la orden de conducirlo al juzgado. Minutos después el exgeneral se suicidó en su dormitorio, informaron a El Observador allegados al militar.
La fiscal Ana Tellechea había pedido el procesamiento de Barneix en 2012, pero el fallo se fue dilatando debido a diversos recursos promovidos por su defensa, a cargo del exjuez Rúben Eguiluz.
Perrini murió en 1974 estando detenido en el Batallón de Infantería Nº 4 del departamento de Colonia. Falleció producto de las torturas recibidas.
Barneix era, junto al general Carlos Diaz, integrante de una comisión interna del Ejército para trabajar sobre el tema de los desaparecidos a pedido del presidente Tabaré Vázquez en su primer mandato.
JUEZA LE IMPUTÓ “HOMICIDIO POLÍTICO” Y NO CERRÓ CASO
La jueza Beatriz Larrieu decretó ayer el procesamiento y prisión del general (r) Pedro Barneix y el Coronel (R) José Puigvert bajo la imputación prima facie de un delito de “homicidio político”, en calidad de autores, por la muerte por torturas de Aldo Perrini en 1974 durante la dictadura (1973-1985).
Cuando agentes policiales fueron al domicilio de Barneix en Pocitos para proceder a su detención y traslado al juzgado, el militar se suicidó con un disparo de arma de fuego en su cabeza. Otro caso de autoeliminación había ocurrido en 2006 con el entonces coronel ( r ) Juan Antonio Rodríguez Buratti quien se suicidió el día antes de comparecer ante la Justicia.
El otro militar, Puigvert, fue detenido ayer por la tarde y recluido en la cárcel Especial de Domingo Arena aunque no se descarta su traslado para otro centro de detención.
El caso no está cerrado y la jueza solicitó al Equipo Auxiliar en Crímenes de Terrorismo de Estado ubicar los domicilios de varios exsoldados y oficiales que revistaron en el Batallón de Infantería Nº4 de Colonia en 1974, cuando se produjo la muerte de Perrini y la violación de un grupo de estudiantes.
Tres años antes, la fiscal Ana María Tellechea había solicitado el procesamiento de Barneix y de otros tres exmilitares por homicidio político. Su defensa había logrado posponer su comparecencia todo este tiempo, interponiendo recursos en los que aducía la prescripción del delito que se le imputa.
En un fallo reciente, la Suprema Corte de Justicia (SCJ) resolvió que el asesinato de Perrini no había prescrito y, por tanto, la causa se retomó. En 1974, Barneix era en aquel entonces teniente primero y estaba de guardia el día que Perrini fue trasladado al cuartel.
El militar reconoció ante la Justicia que estuvo presente durante el interrogatorio, aspecto que está avalado con su firma, pero aseguró que no tuvo responsabilidad en la muerte de Perrini.
Amenazas militares
Desde el Centro Militar, su presidente el coronel (r) Guillermo Cedros dijo a MonteCarlo.com que la justicia penal “es una máquina de picar carne” y que “estos vientos traen luego tempestades” porque “nadie puede pretender que todo el mundo permanezca quieto”.
Para Cedros, desde los juzgados se siguen agitando fantasmas del pasado y creando muertos en el presente, en relación al suicidio. Además, dijo que en este caso aplican leyes que no son aplicables y el fallo del procesamiento fue “equivocado” porque Barneix estaba de guardia ese día.
Fin de la impunidad
Óscar López Goldaracena, abogado de la familia Perrini, comentó ayer a LA REPÚBLICA que “hay tres protagonistas que hicieron posible vencer a la impunidad en esta causa: los familiares de las víctimas que desean justicia, el colectivo social que está convencido de que la justicia para este tipo de crímenes es innegociable y que forma parte del bien común de nuestra sociedad y el Derecho, que le da la razón a los dos anteriores y que mandata a juzgar cuando hubo terrorismo de estado, independientemente del tiempo que haya transcurrido”. Por otro lado, dijo: “Siento que, como abogado, cumplí.
Ojalá sirva para prevenir que los hechos del pasado nunca más ocurran y que podamos vivir en paz y con justicia, respetando el Derecho. No hay que olvidarse que quien lo transgrede, sea del estamento que sea, tarde o temprano es llamado a responsabilidad. Si el derecho se respeta, nos respetamos todos.
Pensé que después del caso del Goyo no iba a tener otro caso tan o más difícil ante los tribunales”. Por último, sobre el suicidio de Barneix, el abogado prefirió no hacer valoraciones “porque siempre es muy doloroso que alguien se quite la vida”. “Simplemente un aspecto para ubicar el hecho en su contexto: se suicidó una persona cuando iba a ser presa, luego de haber sido procesada por homicidio político crimen de lesa humanidad”, agregó.
Desde el Centro Militar, su presidente el coronel (r) Guillermo Cedros dijo a MonteCarlo.com que la justicia penal “es una máquina de picar carne” y que “estos vientos traen luego tempestades” porque “nadie puede pretender que todo el mundo permanezca quieto”.
Para Cedros, desde los juzgados se siguen agitando fantasmas del pasado y creando muertos en el presente, en relación al suicidio. Además, dijo que en este caso aplican leyes que no son aplicables y el fallo del procesamiento fue “equivocado” porque Barneix estaba de guardia ese día.
Fin de la impunidad
Óscar López Goldaracena, abogado de la familia Perrini, comentó ayer a LA REPÚBLICA que “hay tres protagonistas que hicieron posible vencer a la impunidad en esta causa: los familiares de las víctimas que desean justicia, el colectivo social que está convencido de que la justicia para este tipo de crímenes es innegociable y que forma parte del bien común de nuestra sociedad y el Derecho, que le da la razón a los dos anteriores y que mandata a juzgar cuando hubo terrorismo de estado, independientemente del tiempo que haya transcurrido”. Por otro lado, dijo: “Siento que, como abogado, cumplí.
Ojalá sirva para prevenir que los hechos del pasado nunca más ocurran y que podamos vivir en paz y con justicia, respetando el Derecho. No hay que olvidarse que quien lo transgrede, sea del estamento que sea, tarde o temprano es llamado a responsabilidad. Si el derecho se respeta, nos respetamos todos.
Pensé que después del caso del Goyo no iba a tener otro caso tan o más difícil ante los tribunales”. Por último, sobre el suicidio de Barneix, el abogado prefirió no hacer valoraciones “porque siempre es muy doloroso que alguien se quite la vida”. “Simplemente un aspecto para ubicar el hecho en su contexto: se suicidó una persona cuando iba a ser presa, luego de haber sido procesada por homicidio político crimen de lesa humanidad”, agregó.