La primera alerta la dio el ex subsecretario del Tesoro de Estados Unidos, Paul Craig Roberts, advirtiendo que el atentado en Paris, tenía todas las características de una “operación de falsa bandera”: desde entonces la hipótesis no deja de crecer.
En su sitio web www.paulcraigroberts.org/2015/01/08/charlie-hebdo-tsarnaevs-trial-qui-bono/ el ahora analista de política internacional puntualiza que los hechos en Charlie Hebdo, son solo parte de una operativa para “apuntalar al estado vasallo de Francia ante Washington. Los sospechosos pueden ser tanto culpables como chivos expiatorios” escribía antes de que todos los involucrados fueran muertos, lo que acabó con toda posibilidad de saber la verdad.
Como punto base de su argumentación el analista recuerda que “la Policía encontró el documento de identidad de Said Kouachi, muy cerca de la sede de Charlie Hebdo, en la misma escena del tiroteo”. El hecho recuerda otros terroristas igual de “descuidados”: los supuestos culpables por el atentado a las Torres Gemelas, cuyos pasaportes aparecieron intactos entre las ruinas de los edificios, pese a haber estallado con el avión y con los rascacielos.
“Así fueron todos los complots terroristas creados por el FBI que sirvieron para crear primero y consolidar después, la amenaza terrorista como algo real para los estadounidenses”, explica, apuntando que ya no quedan dudas que se trata de generar odio contra los musulmanes e islamistas, y mostrar que están fuera de control, para que el Departamento de Estado pueda jugar sus mejores cartas en el dominio geopolíticos de los países hipotéticamente afectados.
“Desde que las autoridades han descubierto que los pueblos occidentales, pueden actuar estúpidamente y creer cualquier mentira que luce como transparente, van a recurrir a esa mentira y usarla una y otra vez”, puntualizó Roberts.
La multiplicación de puntos oscuros del ataque
Los videos apuntan a confirmar la versión oficial: los atacantes gritan “Allah Akbar!” y dicen “vengar a Mahoma”, además de reconocer ante algunos de los sobrevivientes de Charlie Hebdo, que eran “de Al-Qaeda”.
Sin embargo la línea de acción no coincide con lo habitual: tanto los militantes de la Hermandad Musulmana, como Al Qaeda y el Estado Islámico, además de matar a todos los ateos presentes, habrían quemado los archivos o los hubieran destruido en presencia de los “pecadores”, como es la acción común para este tipo de asunto.
Siempre los yihadistas han destruido primero “lo que ofende a Dios”, antes que castigar a sus enemigos. Tampoco parece común haberse retirado del lugar tan rápido, sin acabar con todos al menos, ya que para quienes llevan adelante la “guerra santa”, la muerte no es amenaza sino más bien recompensa, con lo que podían consumar hasta e final su terrible tarea.
Con indumentaria lejos de la habitual en los yihadistas, los atacantes tienen un desplazamiento y uso profesional de las armas bastante inusual: solamente disparan cuando es necesario, con precisión quirúrgica similar a la de comandos militares.
La ejecución de un policía herido en el suelo, abrió más interrogantes todavía: ¿quién estaba precisamente grabando el asunto y por qué?; a pesar de los tiros de armas tan potentes, ¿no aparece sangre en la cabeza del policía? ¿por qué quien grababa no lo siguió haciendo?; y la más curiosa: ¿por qué la televisión francesa editó el video, antes de presentarlo a los franceses y qué fue lo que se cortó?
“Este ataque ha sido un trabajo interno y toda persona identificada por la NSA como hostil a las guerras occidentales contra los musulmanes va a ser incriminada por un trabajo interno diseñado para devolver a Francia bajo el pulgar de Washington”, interpretó finalmente el analista Roberts que afirma esto disimulará en parte las consecuencias que Francia sufre por apoyar a Washington en su política exterior contra Rusia, además de su sociedad en los ataques en Irak y Siria.
via Boltxe