La detención por la policía brasileña del paraguayo Vilmar “Neneco” Acosta, prófugo de la justicia y acusado por crímenes y narcotráfico, impactó hoy aquí y revivió la eventual complicidad en sus delitos de destacados políticos locales. Acosta, ex intendente de la localidad fronteriza de Ypehú, en el norteño departamento de Canindeyú, encabezó una banda de delincuentes vinculada a más de una veintena de muertes violentas en la zona y últimamente se le acusó como autor intelectual de la muerte del periodista Pablo Medina, crítico de sus actividades.
Según las informaciones oficiales los agentes brasileños aprehendieron a Acosta en plena vía pública de la ciudad de Navire, a 250 kilómetros de Ypehú, sin que opusiera resistencia y siempre alegando que él es ciudadano brasileño.
En realidad aparece con doble ciudadanía, lo cual pudiera dificultar su extradición a Paraguay pues la Constitución del vecino país, según se informó, impide realizar esa acción cuando se trata de ciudadanos del país.
Sin embargo, las autoridades alegan que tiene inscripción de nacimiento paraguaya y dicen un segundo documento de ese tipo, el cual lo presenta como nacido en Brasil, pudiera ser totalmente falso.
La detención de Neneco revivió no sólo la historia de sus actividades delictivas realizadas bajo el amparo del dominio que tuvo sobre la zona donde operaba sino las denuncias públicas sobre la cooperación y encubrimiento recibidos de parte de legisladores y altos funcionarios del gobernante Partido Colorado.
Acusados por esa colaboración son la diputada Cristina Villalba, quien fuera jefe de bancada parlamentaria colorada, su hermano Carlos, intendente de otro poblado del departamento, el gobernador de Canindeyú, Alfonso Noria y toda una serie de funcionarios públicos y policiales que, supuestamente, lo apoyaron.
El gobierno paraguayo anunció que hoy mismo presentará a Brasil la solicitud de extradición de Acosta para ser juzgado aquí y públicamente expresó su esperanza de poder contar con la aceptación brasileña.
De todas formas, la captura del ex intendente parece reabrir la posibilidad de un nuevo debate sobre quienes le protegieron llevándolo primero al cargo de alcalde de Ypehú a pesar de contar ya con prontuario policial y participando después en los negocios ilícitos que desarrollaba y en su fuga tras la muerte de Medina.
PL