13 dic 2016

ARGENTINA PRO: MAS AJUSTE O FMI

EL ESCENARIO FINANCIERO ENCIENDE LUCES DE ALERTA POR EL AUMENTO DEL COSTO DEL ENDEUDAMIENTO
Sobre llovido sube el dólar y caen los bonos. La cotización de la divisa alcanzó un nuevo record de 16,28 pesos, mientras que los títulos públicos cayeron hasta 3,4 por ciento. El efecto Trump sube la tasa de interés, se observa una creciente dolarización de carteras y aumenta el denominado riesgo país.Por Federico Kucher


(Imagen: Las recetas del mercado frente a las tensiones financieras son profundizar el ajuste o recurrir al FMI.)

El dólar marcó ayer un nuevo record de cotización de 16,28 pesos, al subir nueve centavos respecto del miércoles pasado y acumular un alza de 1,04 pesos desde la victoria de Donald Trump en Estados Unidos. Los bonos argentinos, a su vez, anotaron nuevas caídas de hasta 3,4 por ciento. El Gobierno termina diciembre con un escenario financiero complejo, el cual enciende luces de alerta para 2017 por el aumento del costo del endeudamiento y la volatilidad del tipo de cambio.
La autoridad monetaria, pese a la vulnerabilidad del país en las últimas semanas, decidió cancelar ayer un préstamo con el banco HSBC por 1000 millones de dólares y volvió a reducir la capacidad de fuego de la entidad para hacer frente a las tensiones externas.

La suba del dólar en las últimas semanas, según operadores del mercado, se explica por inversores que ven cada vez menos atractivo el rendimiento de activos financieros en pesos como las Lebacs y apuestan por dolarizar las carteras a la espera de una nueva corrección cambiaria en los próximos meses. A diferencia de la primera mitad de 2016, los hombres de negocios de la city ya plantean incertidumbre sobre la capacidad del equipo económico para mantener bajo control el tipo de cambio. Mencionan que el efecto Trump generó suba de la tasa de interés que deben pagar los países emergentes para emitir nueva deuda y que Argentina fue uno de las economías con mayor impacto. La situación modera el ingreso de dólares financieros a la economía local y, por tanto, incrementa las presiones sobre la plaza cambiaria.

El riesgo país subió ayer 3,9 por ciento y da muestras contundentes de la volatilidad de la economía local. La caída del precio de los bonos, cuya contrapartida es el aumento del costo de tomar nueva deuda, fue una de las más fuertes en las últimas semanas, con títulos como el Argentina 2046 que se hundieron 3,4 por ciento. El Discount 2033, que antes de la victoria de Trump cotizaba a 167 dólares, se ubicó ayer a 148, es decir un retroceso del 12 por ciento en poco más de un mes.

Los títulos de largo plazo fueron los más castigados por el mercado. Los bonos de Argentina ya arrojan rendimiento de casi 9 por ciento, tasa similar a la que paga Ecuador, país ninguneado por inversores del mundo por el “intervencionismo” del Gobierno de Rafael Correa. Desregular la salida de capitales, liberar importaciones, devolver retenciones al campo y la minería, entre otras medidas a favor del mercado, no fueron suficientes para que la Argentina consiga reducir en forma sostenida el costo de su deuda a niveles similares a los que pagan países vecinos como Brasil (5 por ciento) y Chile (3).

Las recetas de la city para sortear los problemas del efecto Trump son o más ajuste o ceder la autonomía ante organismos financieros internacionales, medidas que ofrecen poco para reactivar el mercado interno, el trabajo y la producción local. “Con este nivel de déficit fiscal, hay quienes señalan que Macri tiene tres opciones para enfrentar el escenario internacional. Una es hacer el postergado ajuste del gasto”, dijo en su último informe Mario Brodersohn, de la ortodoxa consultora Econométrica. Agregó que la segunda es reemplazar créditos externos por internos, con un Central que autorizó al Tesoro a endeudarse en dólares con bancos locales. “La tercer opción es recurrir al Fondo Monetario por 25.000 millones de dólares”, cerró.

El equipo económico de Macri niega las dificultades y produce un relato propio sobre la situación local e internacional. En el Central, por caso, mostraron la desconexión con la realidad, anunciando ayer un pago de 1000 millones de dólares. Se trata de un monto remanente del pase pasivo negociado a comienzos de año por 5000 millones con bancos extranjeros y que había sido saldado en gran parte en julio. Las reservas finalizaron en 36.801 millones de dólares, al disminuir en 1016 millones, en una jornada en la que se desplomaron los bonos y el dólar marcó un nuevo record.

En el Central, lejos de alarmarse, argumentaron que la entidad cuenta con suficientes resortes para hacer frente a cualquier inconveniente planteado por el mundo. “Si bien el contexto internacional para economías emergentes es incierto, la entidad cuenta con reservas que superan actualmente en más de 12.000 millones de dólares el stock que había a principios de 2016, lo que permite continuar con el proceso de mejora en la calidad de la hoja de balance y la reducción en el costo de sus pasivos internacionales, manteniendo sin inconvenientes la flexibilidad necesaria para activar en cualquier momento los distintos mecanismos disponibles que ha desarrollado para enfrentar posibles shocks externos en caso de ser necesario”, dijeron.

Las reservas no subieron en forma constante a lo largo del año y el grueso de lo que se acumuló fue por efecto del blanqueo a partir de octubre. Si se descuenta el ingreso de estas divisas, el nivel de reservas es casi idéntico al de mediados de 2015, cuando los funcionarios de Macri aseguraban que el Central tenía sus “arcas vacías”.