LA REVOLUCIÓN ES HOY, ES AHORA
OPINION
Matías Ponce
Nos saludamos con ganas, con ese abrazo del compañero al que no ves hace rato o con quien mantienes contacto a diario, pero te saludas efusivamente igual. Al cruzar las miradas hay un comentario que se repite: ¡Está bravo che! ¡Qué pasa que la campaña no prende! ¡Yo la veo fea! Esa es una situación que se repitió a varios de nosotros en los últimos días.
Luego de la difusión de los resultados de encuestas de Equipos Mori hace un par de semanas atràs, a las que se sumó la Encuesta CIFRA el desánimo parece haberse tomado varios rostros de compañeros frenteamplistas. La sorpresa y la desazón pasó inmediatamente a la acción. Hoy quince días después de esa nube pesada que tapó el ánimo de muchos frenteamplistas, la realidad comienza a despejarse.
La campaña prendió. Lo que faltaba eran dos ingredientes fundamentales. Si bien las acciones de comunicación en territorio son importantes, hay una batalla muy importante que se juega en los medios de comunicación masivos. La comunicación política es la esfera de intercambio de mensajes donde se juega una batalla muy particular, la batalla de los significados. Es cierto, a punta de una excelente campaña de marketing el candidato de la derecha nos ganó terreno ante los medios de comunicación instalando una idea fuerza: Somos hoy, somos ahora y nuestro mensaje va por la positiva.
La comunicación política puede definirse, en términos de Wolton, como aquel espacio de intercambio de recursos entre tres actores: la opinión pública, los medios de comunicación y los actores políticos. En nuestro caso, como actores políticos, tuvimos problemas en generar agenda mediática respecto a nuestra principal carta de presentación: lo que hemos hecho. La agenda de derechos efectivos, aquellos que permiten mejorar realmente la calidad de vida de las personas no fue tomada por los medios de comunicación.
Algunos achacaban el problema al candidato, Tabaré Vázquez, la poca capacidad de fijar temas en prensa de la fórmula presidencial. Otros señalaban que los medios habían elegido a Lacalle Pou como su favorito. Ni unos ni otros tienen razón. En un momento como fuerza política no supimos generar la estructura de vocería compartida que permita sacar a nuestros líderes a colocar temas en agenda. Tenemos equipo, mucho mejor que el del contendor y sin embargo no hemos salido a batallar en los significados. Las intervenciones del Presidente Mujica y de algunos miembros del gabinete nos permitieron defender el legado de este gobierno y repasar los hitos de gestión. Desde el otro lado, desde la fuerza política y desde el comando de campaña ahora queda la responsabilidad de generar una estructura de vocerías que, al tiempo que posicionan la renovación generacional de la izquierda uruguaya, confrontan y defienden punto a punto, las ideas fuerza de nuestro programa de gobierno.
Además de que el compañero Tabaré Vázquez salga a hablar con los medios, la imagen del Frente Amplio ha de ser la de un colectivo de voceros, que incluyendo a líderes como Raul Sendic, Danilo Astori, Daniel Martínez, Lucía Topolansky y Constanza Moreira, permita que los jóvenes tengan el espacio necesario para hacerse de la agenda propositiva.
El gobierno repasa los temas que son del gobierno, pero la fuerza política debe recordarnos cuáles son las propuestas, por dónde avanzaremos y debatir directamente con quienes pretenden adueñarse de nuestros logros.
Lo que se activó en estas últimas dos semanas es la movilización militante. No hay otra forma de que el Frente Amplio logre un buen desempeño sino es movilizando las banderas de trazos. Desde 1971 el Frente ha buscado ser amplio y callejero. Las redes se reactivaron, las casas se re-embanderaron y el debate ganó al militante. A pulmón los jóvenes hemos buscado ganar nuestros espacios y comunicar, por múltiples vías, los sueños que nos quedan por cumplir.
Sin duda que aún falta, nunca será necesaria ni suficiente tal nivel de militancia o esfuerzo por sacar este proyecto adelante. Sin embargo, es hora de comenzar a ver eb nosotros mismos la alegría que hemos recuperado.
La batalla por los significados está abierta, desde el frente de la agenda pública y desde el frente de las movidas y redes sociales, es necesario posicionar nuestro mensaje: Somos una fuerza crítica, viva, joven y comprometida con una mejor calidad de vida para las uruguayas y los uruguayos.
Hay que comunicar un relato que ya tenemos construido. No se gana con gráficas solamente, se necesita la interpretación de un pasado, el diagnóstico presente y una propuesta de futuro esperanzador. El optimismo es un sentimiento, una emoción y hay que convencer en ese plano.
La campaña importa, al decir del Ñato Huidobro, cuando citó el tango "Maquillaje" para hacer referencia a la campaña de Lacalle Pou, el maquillaje es necesario. Pero con eso sabemos que no basta, que a la hora de fijar ideas en la agenda pública tenemos mejores argumentos y voceros más preparados.
La campaña importa y el Frente Amplio va a estar a la altura de circunstancias para colocar los temas trascendentales en los momentos precisos con los mejores voceros.
Es ahora, quedan unas pocas semanas para la elección.
El olfato para colocar temas en agenda pública debe estar más despierto que nunca.
Si algo tenemos para aprender de esta campaña es que el triunfo se juega hoy, ahora.
El próximo abrazo que estreches con un compañero pregúntale: ¿Qué estás haciendo para defender nuestro proyecto? #LaRevolucionEsAhora