En medio de su visita al país para participar de las Jornadas Monetarias del Banco Central durante la semana pasada, el especialista en historia financiera Carlos Marichal Salinas dialogó con ámbito.comsobre el conflicto que mantiene Argentina con los fondos buitre y sus implicancias en el mercado financiero internacional.
Para el profesor del Colegio de México la disputa con los holdouts "está causando un debilitamiento del mercado financiero de Nueva York" y los deudores están migrando hacia la plaza de Londres.Además, el historiador estadounidense nacionalizado mexicano - que se ha especializado en la historia económica de Latinoamérica - advirtió que hasta que no se revierta la legislación de EEUU del año 1976, que permite que los estados soberanos sean sujetos a juicios en los tribunales, será muy difícil reestructurar deudas.
Periodista.: ¿Cómo se observa desde México el conflicto que enfrenta Argentina con los fondos buitre?
Carlos Marichal Salinas: La situación de la deuda se discute en México porque interesa. Nuestro país tiene una deuda externa bastante mayor a la Argentina. México siempre está lidiando con los banqueros tratando de ver cuál es la mejor fórmula. En una reunión en México hace casi un mes se demostró que las renegociaciones de deuda de los años ´80 no fueron realmente beneficiosas para la economía. Éstas se tuvieron que hacer por presión, todos los países de la región fueron sometidos a partir de la crisis del ´82. Pero México fue el primer país que tuvo problemas al declarar moratoria en agosto de ´82. Con los años ´90 y la globalización financiera empezaron a aumentar los flujos de capitales a corto plazo de manera extraordinaria. En el caso de nuestro país llegaron u$s 90.000 millones entre 1990 y 1993. El resultado de este fenómeno inesperado llevó de una manera u otra a la crisis de los Tesobonos en el ´ 94.
P.: Argentina también sufrió por esos ingresos de flujos de capitales a corto plazo...
C. M. S.: Sí, en el caso de Argentina el dinero empezó a entrar también en esta época del gobierno del presidente Carlos Menem y el resultado fue que el país eventualmente empezó a tener problemas por mal manejo de políticas domésticas financieras, pero también por el impacto de los flujos tan rápidos en un esquema de convertibilidad fija.
P.: Según su mirada histórica, ¿por qué a fines de 2001 la Argentina no pudo evitar el default?
C. M. S.: Esto fue porque el Fondo Monetario Internacional decidió que no iba a poner en marcha un plan de rescate. Anne Krueger que era la vicepresidenta del organismo en aquel entonces dijo que no estaba dispuesta a avalar medidas por el fondo para renovar y poner en marcha un programa de rescate. Así, la profundidad de la crisis la provoca el mismo fondo que dijo no entraría de bombero.
P.: Sin embargo hoy el FMI decididamente cambió de política y trata de que los países en crisis eviten la cesación de pagos....
C. M. S.: Efectivamente, hoy en día vemos que el FMI está muy activo con Grecia y lo ha estado siempre en los últimos tiempos, pero en el caso argentino decidieron que iban a mostrar caso ejemplar tanto para el Gobierno, como para los tenedores de que no podía haber siempre rescates. El problema es que a ambos lados les causó un tremendo problema.
P.: Siguiendo con la línea histórica, luego Argentina logra salir del fondo del océano financiero al concretar el canje de la deuda en 2005, ¿qué opinión le merece?
C. M. S.: Realmente fue un acuerdo extraordinario. En la historia latinoamericana nunca ha habido una renegociación tan exitosa. El problema es que tenía agujeros que aprovecharon los buitres. Lamentablemente por el momento éstos no desaparecerán, están instalados en el mercado financiero y en los tribunales, y por la legislación norteamericana del año ´76 que permite que los soberanos sean sujetos a juicios en los tribunales hay como un cortocircuito. Hasta que esa ley no se revierta o no se modifique, que es lo que está trabajando el grupo de abogados de la Argentina, va a ser muy difícil reestructurar deudas y, a la par, entonces los demás países dirán que Nueva York es un mercado financiero poco confiable, que los expone a altos riesgos.
P.: ¿Qué enseñanza deja el caso argentino sobre la deuda al resto de los países?
C. M. S.: Los demás países no se van a atrever a reestructurar deudas hasta que no cambie la normativa porque se exponen al mismo problema que tiene Argentina. Argentina tiene que llevar esa bandera y también cargar con esa cruz durante un tiempo, que es un tema sobre cómo renegociar con estos especuladores financieros insertos en el mercado.
P.: Y para la comunidad financiera internacional, ¿cuáles son los perjuicios que ha dejado este conflicto con los buitres?
C. M. S.: En parte lo que está causando esta situación es un debilitamiento del mercado financiero de Nueva York, la gente emigra a Londres donde está mejor cubierto por ley. La negociación argentina va a causar poco a poco un cambio en la forma en que se maneja la emisión de bonos a nivel internacional, tanto legal, por los tipos de medidas de los nuevos contratos que pondrán el énfasis en proteger más a los soberanos, como por la decisión de los deudores de emitir deuda en Londres ante la desconfianza del mercado de Nueva York.
P.: El Gobierno argentino ha recibido el apoyo de innumerables países y organismos internacionales por este conflicto. De hecho en diciembre la ONU aprobó la creación de un marco legal para futuras de reestructuraciones de deuda soberana, ¿cómo cree que seguirá ese proceso?
C. M. S.: Va a prosperar. Antes de fin de año va a haber una propuesta de mecanismo de renegociación de deudas soberanas. La votación que hubo en diciembre pasado demostró que había una mayoría casi absoluta, aplastante. Los únicos países que se opusieron a esta propuesta fueron entre otros EE.UU., Gran Bretaña, Japón, Canadá, y Australia.
P.: ¿Coincide con el abogado Lee Buchheit (del estudio norteamericano Cleary, Gottlieb, Steen & Hamilton), quien dijo en esta conferencia que el problema global de los buitres va a continuar al menos una década?
C. M. S.: Probablemente durante años se estará lidiando con estos buitres, espero que se cansen pero lo veo difícil. Aunque yo creo que las cosas cambian un poco más rápido de lo que son los cambios legales en EE.UU. porque la situación política y económica en Argentina se mueve, y también porque hay muchas presiones por otros lados, entonces no puedo decir 10 años. Yo creo que los próximos dos o tres años sí seguirán molestando. Pero hay un momento a partir del cual las presiones internacionales y las presiones de todo tipo de grupos económicos empiezan hacer que ese problema se vaya encajonando, no sé cómo, pero lo tienen que encajonar y decir si no lo podemos resolver lo dejamos aquí. Pero hay un acuerdo internacional de que esto no puede seguir perjudicando, porque perjudica a todo el sistema financiero internacional.
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