9 jun 2015

La OTAN y el G7, ¿las dos caras de la misma moneda?

El analista Bryan MacDonald, secundando las palabras del presidente ruso Vladímir Putin, sostiene que “Rusia tiene mejores cosas que hacer que comenzar una tercera guerra mundial” y que son los activistas neoconservadores belicistas de EE.UU. los que han hecho de Rusia su “bestia negra”. Asimismo, lamenta la ausencia del país en la actual cumbre del G7, la cual tilda de farsa.

Publicado el 6/08/15


RT –

“El presidente Vladímir Putin ha expresado que ‘solo alguien que no esté en sus cabales podría imaginar que Rusia atacará a la OTAN’. Desafortunadamente, hay mucha gente loca que trabaja en la política y en los medios de comunicación occidentales”, afirma el escritor y analista irlandés Bryan MacDonald en RT, donde sostiene que después de que la atención bélica estadounidense se desviara de Oriente Próximo y los Balcanes, “la propaganda a favor de la guerra necesita un nuevo tipo malo para representar al Joker de Batman de EE.UU.”.

“Los activistas neoconservadores ‘probelicistas’ han hecho de Rusia su bestia negra desde que sus sueños en Siria fueron estrangulados en la infancia”, sostiene MacDonald, indicando que para que Washington pueda mantener su enorme gasto militar “tiene que mantener a sus ciudadanos en un estado de alarma alta” ya que, de lo contrario, “podrían insistir en que algunos de los efectivos de las Fuerzas Armadas se desviaran a cosas más productivas”.
La OTAN y el G7, ¿las dos caras de la misma moneda?

“En lugar de un G7 real, tenemos una farsa. Una tertulia dominada por EE.UU. en la que el presidente estadounidense permite que los líderes ‘amigos’ extranjeros le hagan cosquillas en la tripa un par de días. No hay disidencia. Especialmente desde que echaron a Rusia el año pasado; Vladímir Putin fue el único invitado que desafió el consenso”, afirma el analista, añadiendo que si este grupo estuviera basado en el PIB ajustado según el poder adquisitivo, “estaría integrado por EE.UU., China, la India, Japón, Rusia, Alemania y Brasil”.

“El problema para Washington es que este supuesto G7 podría ser un foro de debate real sobre el orden mundial”, indica.

MacDonald afirma respecto a la reunión que “(el primer ministro británico) David Cameron se limitó a repetir los sentimientos de su gurú (el presidente estadounidense Barack Obama)” y que el primer ministro Stephen Harper “prefiere —metafóricamente— besar su anillo y canturrear el mismo himno que su amo del sur”. “¿Nunca se le ocurrió a este trío que resolver sus problemas con Rusia podría ser más fácil si Putin hubiera estado en Baviera?“, critica.

“Mientras tanto, Matteo Renzi se mantuvo bastante tranquilo. Se ha informado ampliamente de que el primer ministro italiano se opone de forma privada a las sanciones de la Unión Europea contra Rusia debido a los efectos sobre la ajustada economía de Italia”, indica.

El G8 se convirtió en G7 cuando Alemania, Canadá, EE.UU., Francia, Italia, Japón y Reino Unido decidieron no acudir a la cumbre de Sochi prevista para junio de 2014 y, en su lugar, se reunieron en Bruselas dejando fuera a Rusia a raíz de la reunificación con la península de Crimea.