7 sept 2015

Suéltame pasado

FISCALÍA PIDIÓ EL PROCESAMIENTO DE AMODIO PÉREZ

Héctor Amodio Pérez dijo que tiene miedo de ser procesado con prisión y que el MLN cumpla con la condena a muerte en su contra.


sep 05, 2015





La estadía de Héctor Amodio Pérez en Uruguay se extendió más de lo previsto. El ex dirigente del MLN-Tupamaros tenía previsto permanecer poco más de 24 horas en el país, de forma de presentar un libro con su versión sobre lo ocurrido con la guerrilla, pero ya lleva casi un mes por estas tierras.

Sin embargo, su estadía podría extenderse algún tiempo más: la fiscal Stella Llorentesolicitó su procesamiento con prisión como responsable de “reiterados delitos de privación de libertad en calidad de coautor”. La representante del Ministerio Público consideró probado, al menos prima facie, que tuvo responsabilidad en la detención de varios de sus antiguos compañeros.

Este pedido se sustentó en los testimonios aportados por varios integrantes del MLN, que fueron detenidos por efectivos de las Fuerzas Conjuntas, tras ser señalados por Amodio durante sus recorridas con personal militar. Pero también por el testimonio de dos militares, los capitanes Orosman Pereira y Asencio Lucero, quienes brindaron detalles sobre la colaboración de Amodio con los mandos militares del Batallón Florida.

Con el pedido en sus manos, la jueza Penal de 16º Turno, Julia Staricco, dispuso su citación para este lunes 9, para audiencia ratificatoria (artículo 126 del CPP). Se trata de un trámite formal que se realiza ante cada pedido de procesamiento, donde se le permite al imputado brindar sus últimos alegatos previo a que se dicte la resolución. La jueza tiene previsto resolver ese mismo día el recurso presentado por su defensa, pero es poco probable que se pronuncie sobre el fondo.

La vida en Uruguay

Cuando Amodio llegó al Uruguay sabía que su presencia no iba a pasar inadvertida. Se trataba del “célebre” dirigente del MLN, acusado de “traidor” por sus viejos compañeros de armas, que permaneció durante más de 40 años con paradero desconocido, tras abandonar el país con la ayuda de algunos de los principales militares de la época, y que venía a presentar un libro con “su” verdad sobre la historia de los tupamaros.

Lo que no sabía Amodio cuando llegó al Uruguay es que estaba “en falta” con la Justicia. Esto porque la jueza Staricco había dado trámite al pedido del fiscal Carlos Negro (en subrogación de la Fiscalía Penal de 10º Turno) y había dispuesto su citación y la de su ex compañera Alicia Rey Morales, para el 29 de julio, diez días antes de su arribo a Uruguay. Obviamente, esa audiencia no llegó a concretarse.

Por este motivo, cuando Amodio disertaba en el hotel Sheraton, un grupo de oficiales de la Dirección General de Información e Inteligencia (DGII) se apersonó en el lugar y le entregó la citación judicial. Él permaneció incrédulo unos instantes y, en principio, se negó a notificarse de la citación, pero finalmente acordó con los efectivos que se presentaría a declarar a primeras horas del sábado 8.

Fue entonces que se inició la búsqueda de un abogado que asumiera su defensa. Tras la negativa de varios reconocidos abogados penalistas, se logró un acuerdo con Andrés Ojeda, un joven abogado, ex edil de Montevideo por el Partido Colorado, que aceptó el desafío. Así se inició el periplo de Amodio por varios Juzgados, ya que al pedido del fiscal Negro se le sumaron dos denuncias penales contra su persona y una investigación por ingresar al país con documentación apócrifa, que fue archivada.

Cuando los testimonios empezaron a acumularse y su situación procesal comenzó a complicarse, su abogado presentó un escrito donde solicitó el archivo de la indagatoria. Se sustentó en la ausencia de pruebas de cargo en su contra y que, en caso de comprobarse su responsabilidad, los delitos estarían prescritos, tanto por el paso del tiempo como por la vigencia de ley de amnistía, que benefició a los presos políticos tras el retorno de la democracia.

Sin embargo, fuentes judiciales dijeron a Caras y Caretas que la aplicación de esta norma en este caso es “discutible”. Esto porque Amodio no está siendo juzgado por su actividad en el MLN, sino por su responsabilidad en actos de colaboración con los servicios represivos de la época, hecho que la norma excluyó en forma explícita.

“Quedan excluidos de la amnistía los delitos cometidos por funcionarios policiales o militares, equiparados o asimilados, que fueran autores, coautores o cómplices de tratamientos inhumanos, crueles o degradantes o de la detención de personas luego desaparecidas, y por quienes hubieren encubierto cualquiera de dichas conductas”. “Esta exclusión se extiende asimismo a todos los delitos cometidos aun por móviles políticos, por personas que hubieren actuado amparadas por el poder del Estado en cualquier forma o desde cargos de gobierno”, afirma la norma.

Un linchamiento

Este miércoles, Amodio participó de un debate televisivo con el periodista Federico Fasano Mertens, en el programa Código País que emite Canal 12, sobre los hechos del pasado reciente. Fue su primera aparición pública, tras conocerse el pedido de procesamiento en su contra. Amodio afirmó que su imputación es parte de un “linchamiento político” contra su persona.

Dijo que la imputación en su contra está basada “en falsas acusaciones” sobre su responsabilidad en actos represivos. Reiteró una y otra vez que no participó de detenciones clandestinas ni de actos de tortura como lo acusan sus ex compañeros. Afirmó que esas acusaciones “se iban sucediendo unas a otras, cuando la anterior se desmontaba” con el único objetivo de perjudicarlo. Y expresó que los testimonios en que se sustenta el pedido de procesamiento forman parte de un plan “orquestado, auspiciado y financiado” por el senador José Mujica y el ministro de Defensa, Eleuterio Fernández Huidobro.

En una entrevista con el semanario Búsqueda, Amodio dijo que no irá preso. “Algo voy a hacer, pero no lo puedo decir ahora”, dijo. Desde entonces se tejieron varias hipótesis sobre qué había querido decir, desde una posible evasión de la Justicia o, incluso, su autoeliminación. Durante el debate, dijo que no pensaba en el suicidio: “No me voy a quitar la vida, no me voy a suicidar. Voy a seguir adelante para desmontar la patraña de la historia oficial del MLN”.

Expresó que no terminará preso porque confía “que en este país vuelva a prevalecer la racionalidad jurídica”, y cuestionó que se pretenda una aplicación retroactiva de la Ley 18.026, algo que pasa “solo en Uruguay”. Insistió que es víctima de un “juicio político”, que los principales dirigentes del MLN crearon la idea de que era un traidor porque “el prestigio de este advenedizo era superior al de ellos”, y que tiene miedo de ir preso ante la posibilidad de que el MLN cumpla con su “condena a muerte” mientras esté recluido.

Afirmó que nunca se arrepentirá “bastante” de haber sido tupamaro, tanto por los efectos “en lo personal y en lo general”, y admitió que colaboró con el enemigo. “No lo niego”, pero “yo no traicioné al MLN, el movimiento me traicionó a mí”, y antes de comenzar a colaborar “estuve un mes aguantándome en el molde”, dijo. Volvió a decir que no salió a marcar a nadie y que no participó en sesiones de torturas, como lo denunció la militante del MLN Alba Antúnez. “Me carearon con una serie de compañeros y yo lo negué. No participé en ningún acto de tortura (…) todos los militares dicen que no”.

Sobre el final del debate, Fasano le pidió a Amodio que, para subsanar el daño que causó a sus ex compañeros, brinde los nombres de los militares que participaron en actos de tortura. Amodio se negó: “He venido a dar mi verdad. La que he defendido siempre”. Y dijo, otra vez, que Héctor Amodio Pérez se murió cuando abandonó Uruguay. Desde entonces se llama “Walter Salvador Correa Barboza”.

http://www.carasycaretas.com.uy/sueltame-pasado/