El fenómeno Corbyn
Por Marcelo Justo
Desde Londres
¿Puede Jeremy Corbyn ser el próximo primer ministro del Reino Unido? En medio de la artillería pesada que le disparan diariamente los medios desde que asumió como líder laborista, el 12 de septiembre, Corbyn y sus seguidores exhiben una calma zen y una fe inconmovible en el deseo de cambio de la sociedad británica. La encuesta más exhaustiva a la fecha sobre el impacto del nuevo líder muestra que el electorado está más a la izquierda de lo que se supone pero, al mismo tiempo, es extremadamente conservador en algunos temas clave.
El sondeo de YouGov/Prospect, que analiza la reacción del electorado a las quince principales medidas que propone el nuevo líder laborista, muestra que los británicos simpatizan con seis de las más radicales: nacionalización de ferrocarriles y compañías energéticas, aumento impositivo a las grandes corporaciones, mayor regulación de los bajos salarios y los alquileres privados, y mayor control municipal de la educación.
En algunas de estas políticas el apoyo es abrumador. A favor de un salario mínimo de 8 libras la hora fuera de Londres y 9 en la capital, se manifiesta el 80 por ciento, mientras que un 55 por ciento está a favor de nacionalizar los ferrocarriles y un 51 por ciento por hacer lo mismo con el gas y la electricidad.
El gigantesco talón de Aquiles de Corbyn es su política de defensa, que incluye la eliminación del actual programa nuclear, el rechazo a ataques militares contra Estado Islámico en Siria y la reducción del presupuesto de las fuerzas armadas. En todos estos temas, más del 50 por ciento de los votantes está en contra de las políticas que impulsa el líder laborista: el porcentaje que lo apoya no llega al 30 por ciento.
El tema inmigratorio, que desde hace tiempo figura entre los temas que más preocupan a los británicos, tampoco favorece a Corbyn. La propuesta de que el Reino Unido acepte un fuerte aumento del número de refugiados sirios solo sintoniza con un 31 por ciento de los británicos: un 59 por ciento está en contra. En cuanto al Estado de Bienestar los votantes están en contra dos a uno de su política de rechazar los límites que ha impuesto el gobierno conservador a los montos a recibir en beneficios sociales.
En un intento de “pensar lo impensable” el director de YouGov Peter Kernell se pregunta si Corbyn podría ganar las próximas elecciones virando sutilmente su política en defensa, estado de bienestar y refugiados sirios “sin que sus partidarios sientan que está traicionando sus propios principios” La respuesta es negativa. “La clave se encuentra en una pregunta que hicimos una y otra vez en las pasadas elecciones cuando Ed Miliband era líder de los laboristas. ¿Cómo reaccionarían los votantes a la idea de que fuera el primer ministro?”, señala Kernell.
Miliband jamás logró superar su falta de carisma. El sondeo muestra que el problema es más grave aún para Corbyn. En su caso no es tanto la falta de carisma como un problema de imagen. En una sociedad acostumbrada a los líderes fuertes —Winston Churchill, Margaret Thatcher, Tony Blair— pocos lo “ven” al frente del gobierno. El nivel de rechazo absoluto es muy alto: un 46 por ciento reacciona con horror a un Corbyn en 10 Downing Street. Sólo un 19 por ciento reacciona con entusiasmo.
En el lenguaje de los encuestadores esto equivale a un resultado negativo neto de menos 27 pro ciento (46 en contra menos 19 a favor). Miliband sólo tenía un 8 por ciento negativo cuando asumió como líder laborista, porcentaje que saltó a un 25 por ciento negativo a medida que se acercaba la elección. Corbyn tiene un largo camino por recorrer con un único consuelo. En el sondeo de Yougov/Prospect entre un 28 y un 36 por ciento se sitúan entre los que se inclinan por el “no sabe-no contesta”.
En las últimas elecciones un 40 por ciento de los británicos no votó. Corbyn y sus huestes han señalado a ese sector del electorado como una prioridad, aunque no hay garantías de que ese 40 por ciento se vaya a inclinar mayoritariamente por su figura.