Los intereses creados
Nuevo embate opositor contra Dilma
Entre los argumentos contra la presidenta se incluyen la presunta vinculación con casos de corrupción y la violación de la Ley de Responsabilidad Fiscal. El abogado de la mandataria dijo que la oposición desconoce la voluntad popular.
Por Darío Pignotti
Página/12 En Brasil
Desde Brasilia
Ocho días después del frustrado primer intento de iniciar el proceso de impeachment ayer el frente conservador, aglutinado detrás del Partido de la Socialdemocracia Brasileña (PSDB), presentó un nuevo pedido de enjuiciamiento contra la presidenta Dilma Rousseff.
El abogado de Rousseff, Flavio Caetano, dijo que la oposición además de desconocer la legitimidad del voto popular que eligió a la mandataria desafía al Supremo Tribunal Federal, que hace una semana publicó tres medidas cautelares contra el impeachment.
La propuesta presentada por el PSDB, comandado por el ex candidato presidencial Aécio Neves, es “una maniobra para burlar las decisiones del Supremo Tribunal Federal, los autores del pedido de impeachment desistieron del anterior y hoy (por ayer) presentaron uno prácticamente igual con las mismas tesis del anterior”. El diputado Carlos Sampaio fue el encargado de presentar las tres cajas de documentos y el escrito de 64 páginas que sustentan la necesidad de que Dilma salga del poder.
“La corrupción es la marca de este gobierno”, lanzó Sampaio, líder del bloque del PSDB.
“La presidenta Dilma tuvo la desfachatez de decir que en su gobierno no hay corrupción, se confundió: debió decir que la corrupción está desgobernada”, prosiguió. De ese modo Sampaio se puso del lado del presidente de la Cámara baja, Eduardo Cunha, quien había mantenido un duelo de declaraciones con la mandataria desde la semana pasada.
Durante ese choque de acusaciones Dilma había deplorado la hipocresía de los moralistas “sin moral”, en nítida alusión al evangélico Cunha, acusado por la Fiscalía de haber lavado dinero procedente del caso “Petrolao”, el escándalo de corrupción que rodeó a la petrolera estatal Petrobras.
Precisamente fue Cunha, en su condición de máxima autoridad de Diputados, quien recibió de manos del diputado Sampaio, ladero de Aécio Neves, la solicitud de la apertura de un impeachment.
Considerado como uno de los enemigos más encarnizados de Rousseff, el diputado Cunha decidirá si da curso al pedido, y en ese caso formará una comisión ad hoc la cual decidirá si es admisible el enjuiciamiento o si lo rechaza. En caso de que Cunha lo descarte, el pedido de juicio será sometido a votación en el Plenario de Diputados donde precisará una mayoría especial que consiste en el voto favorable de dos tercios del cuerpo, formado por 513 parlamentarios, para prosperar.
Una docena de diputados de varias agrupaciones como el PSDB, el Partido Popular Socialista, Demócratas y Solidaridad participaron de la presentación del material en el Salón Verde de Diputados con una mesa amplia sobre la cual fue extendida una bandera de Brasil.
Entre los argumentos contra Rousseff se incluyen su presunta vinculación con casos de corrupción y la violación de la Ley de Responsabilidad Fiscal, por supuesta manipulación de la contabilidad de los gastos del Estado en 2014 y 2015.
Esos fundamentos fueron respaldados por el jurista Helio Bicudo, uno de los fundadores del oficialista Partido de los Trabajadores, del cual se desafilió en 2005. Junto a la firma de Bicudo figura la del catedrático Miguel Reale Junior, ex ministro de Justicia durante la presidencia de Cardoso, del PSDB, quien gobernó Brasil entre 1995 y 2003.
El texto sostiene que “Brasil está hundido en una profunda crisis, más allá de que el gobierno federal insista en decir que se trata de una crisis exclusivamente económica”. “La verdad es que se trata de una crisis política y, sobre todo, moral”.
Y luego se ocupa del “Petrolao”, la trama de sobornos y contratos irregulares en el que hubo “personas cercanas a la presidenta, lo cual diluye su aura de profesional competente y honesta, imagen creada por expertos en marketing bien pagos”, asevera la pieza acusatoria.
Por su parte, el diputado Paulinho da Forza, uno de los “soldados” de Cunha dijo que “nadie aguanta más a este gobierno, es el más corrupto del mundo...y recuerden que en breve comenzaremos a ver saqueos en los supermercados, no lo duden”.
La apuesta al todo o nada de los seguidores de Neves y Cunha no cuenta con la adhesión de otros sectores de la oposición. Ayer Fernando Henrique Cardoso, mayor referente del PSDB, repitió su desacuerdo con el ala partidiaria de Neves. “No estoy hablando de impeachment, ni de nada de eso, porque cambiar a las personas no soluciona los problemas estructurales” declaró. Cardoso y otros dirigentes socialdemócratas importantes, como el gobernador de San Pablo Geraldo Alckmin, se desmarcaron del pacto con Cunha, debido a su prontuario político y penal.
Incluso el conservador diario O Globo ayer le plantó cara al capo de Diputados en su columna editorial. “Cunha no debe continuar en la presidencia de la Cámara después de reveladas las cuentas en Suiza abastecidas por millones de dólares del esquema de corrupción instalado en Petrobras”.
Más adelante el editorial da un implícito aval al golpe institucional contra lo que llama “lulopetismo” pero a la vez aconseja al PSDB, un partido con el cual simpatiza, despegarse de Cunha porque tenerlo como socio “le quitará legitimidad” al impeachment.
Eduardo Cunha escucha inconmovible las advertencias de la derecha periodística, que hasta hace dos semanas lo ensalzaba. Ayer ni se inmutó cuando un militante le gritó “Andate a Suiza” y la diputada Clarise Garotinho le preguntó “¿Señor cuando va a renunciar? Ella es una de las firmantes del pedido de casación en el Consejo de Etica promovido por agrupaciones progresistas y de izquierda como el Partido Socialismo y Libertad y la Red de Solidaridad, de la dirigente ambientalista Marina Silva.
Cada vez que lo indagan sobre los millones escondidos en Suiza producto del cobro de coimas responde con ironías y amenazas veladas. Su fuerza reside en la lealtad de más de un centenar de diputados igual de corruptos que él. Si cayera Cunha, ellos podrían correr la misma suerte. Forman una alianza transversal donde abundan los dipu-policías y dipu-pastores que hace un par de meses tomaron el Plenario para realizar un culto evangélico.
Esta suerte de cartel legislativo ayer mostró su fuerza en dos ocasiones. Por la mañana en el Salón Verde del Palacio donde varios de ellos estaban junto a Cunha cuando éste recibió el pedido de impeachment contra Dilma.
Por la tarde impusieron su mayoría en la Comisión de Constitución y Justicia donde fue aprobado un proyecto, presentado por Cunha, que prohíbe a los médicos recetar la píldora del día después a una paciente que fue violada.