Endesa entregó aportes al margen de la ley a Pedro Yaconi y Giorgio Martelli mientras Jorge Rosenblut era presidente de la compañía
por XIMENA PÉREZ E IVÁN WEISSMAN junio 2015
A Giorgio Martelli, recaudador de la campaña de Bachelet en 2013, se le entregaron, al menos, $50 millones. A Pedro Yaconi, quien cumplió la misma función en la campaña de Eduardo Frei en 2009, se le otorgaron $100 millones. El tema de los aportes ilegales a campañas políticas fue tratado por el directorio de Enersis del 19 de mayo, donde se acordó contratar a un abogado para revisar las implicancias penales para Endesa y Rosenblut. Holding esta revisando lo ocurrido con otras filiales como Chilectra y la fundación. Rosenblut no sólo era presidente de Endesa y antes lo fue por diez años de Chilectra, sino que también fue recaudador de las dos campañas de Bachelet. En la última, su misión fue levantar US$5 millones, a través de cinco empresas.
Mientras Jorge Rosenblut era presidente de Endesa fue mandatado por el directorio para distribuir $509 millones en la campaña presidencial de 2013, en primera y segunda vuelta, así como en las parlamentarias. Se trataba de aportes reservados entregados a través del Servicio Electoral.
Pero esa no fue la única gestión en materia de financiamiento de campañas realizada por el ingeniero civil de la U. de Chile que asumió la presidencia de Endesa el 17 de diciembre de 2009 y se mantuvo en el cargo hasta el 4 de noviembre de 2014, cuando fue designado presidente de Enersis, el holding que controla la generadora Endesa y la distribuidora Chilectra.
Fuentes cercanas al directorio de Endesa y Enersis revelan que, a través de Rosenblut, Endesa entregó un aporte fuera de ley al abogado Pedro Yaconi, recaudador de la campaña de Eduardo Frei en 2009, por al menos $100 millones. No fue posible establecer si Endesa realizó dicho aporte a C2P, sociedad constituida el 11 de marzo de 2003 por Yaconi junto al periodista Gonzalo Mehech, la que aparece facturando $120 millones a Aguas Andinas en 2009, o si el aporte de Endesa fue realizado a través de Rentas, Inversiones, Servicios y Asesorías Limitada (Rinvesa), sociedad de Yaconi y su ex mujer Mónica Urzúa Frei, sobrina de Eduardo Frei, que facturó $30 millones a Soquimich en abril de 2009. Por esta última, Yaconi fue citado a declarar como imputado el 22 de abril después de que Soquimich no pudiera justificar el desembolso.
La primera vuelta de la campaña presidencial de 2009 fue el 13 de diciembre y, tras obtener el segundo lugar, Frei pasó a segunda vuelta el 17 de enero de 2010 –cuando Rosenblut ya era presidente de Endesa– siendo derrotado por Sebastián Piñera.
Endesa también entregó aportes por, al menos, $50 millones a Giorgio Martelli, el autodenominado operador político, recaudador de la campaña de Michelle Bachelet en 2013 y quien, a través de su sociedad Asesorías y Negocios, recibió pagos por $ 480 millones de parte de Soquimich Salar, filial de SQM, Celulosa Arauco y Empresas Copec, del grupo Angelini.
Enersis contrata abogado por implicancias penales para Endesa y Rosenblut
El tema de los aportes ilegales a las campañas políticas fue tratado por el directorio de Enersis a mediados de mayo, donde se dio a conocer el resultado de una auditoría interna de Endesa que fue hecha a pedido del director Enrique Cibié en un directorio en marzo.
A raíz de la auditoría los miembros de la mesa de Enersis acordaron contratar a un abogado para revisar las implicancias penales para Endesa y Rosenblut, quien era presidente de esa compañía, además del impacto contable en los resultados y si habría que rectificar y pagar por servicios no prestados o por servicios que no son del giro.
Enersis decidió, además, revisar lo ocurrido con todas sus filiales y los aportes políticos legales e ilegales, lo que incluye a Chilectra, que Rosenblut presidió entre 1999 y 2009, y la Fundación Huinay, financiada por Endesa y a la que Andrés Zaldívar entregó facturas por $150 millones entre junio de 2008 y el 10 de marzo de 2010, antes de volver a ocupar un escaño en el Senado, y que, según explicó, perseguían regularizar concesiones marítimas.
Fuentes cercanas al directorio de Enersis afirman que lo de la fundación fue una sorpresa y agregan que el pedido a Chilectra es el segundo, ya que quieren asegurarse de que no hay nada que los pueda complicar.
La empresa confirmó a este medio que “dentro del marco general de revisiones habituales que efectúan la compañías del holding, los Directorios de Enersis y Endesa Chile solicitaron en el mes de marzo pasado una revisión particular sobre contrataciones de servicios a personas conexas a Personas Políticamente Expuestas (PEP), la que se encuentra en curso”.
Y agrega: “El Directorio de Endesa Chile, después de contar con toda la información requerida, la analizará y tomará las decisiones que correspondan. Simultáneamente, se ha incorporado hacia el futuro un sistema de control especial sobre relaciones contractuales con PEP.”
El asunto es complejo por donde se lo mire: Endesa es una empresa regulada, sujeta a fijaciones tarifarias, al igual que Chilectra. Los aportes ilegales a campañas son parte de una investigación que comenzó con Penta y derivó a Soquimich, desatando el mayor escándalo político que se recuerde, sin que hasta ahora sea posible establecer la magnitud y consecuencias de la relación entre dinero y política.
Más complejo aún por el doble sombrero de Rosenblut, quien no sólo estuvo al mando de Endesa entre fines de 2009 y fines de 2014, sino que además cumplió el rol de recaudador en las dos campañas de Bachelet. En la primera, en 2005, hizo de cabeza del equipo, al que se sumó el geógrafo Giorgio Martelli; en la segunda, en 2013, colaboró en la recaudación.
Según la información recogida por El Mostrador, Rosenblut habría tenido como meta recaudar US$5 millones, a razón de US$1 millón ($500 millones de la época) por empresa, con un piso de $300 millones, para la última campaña de Bachelet. Lo habría conseguido, de acuerdo a estas mismas versiones, porque cinco compañías respondieron afirmativamente, aunque no todas contribuyeron con el tope. Una de ellas fue Soquimich, gestiones que el propio Rosenblut –en una entrevista publicada por El Mercurio– reconoció haber hecho .
“Me reuní en una oportunidad con el gerente general de Soquimich (Patricio Contesse), cuya única finalidad fue promover un apoyo económico a lo que sería una eventual candidatura de la Nueva Mayoría”, declaró Rosenblut a El Mercurio. Y se apresuró a agregar: “Y no hay nada irregular en eso ni hubo otro encuentro”.
Describió la tarea de recaudar fondos para campañas políticas como “aunar apoyos para la política en una causa que uno cree” y como una actividad “perfectamente legítima, necesaria y bien intencionada”.
Después de la reunión de Rosenblut con Contesse, el encargado de obtener los aportes fue Giorgio Martelli. El modus operandi se repitió en otras empresas. Rosenblut era el encargado de tender los puentes, hablaba en términos generales, siempre muy cuidadoso e imprimiéndole un sentido republicano a la conversación. Dejaba espacio abierto para que la empresa decidiera cómo concretar los aportes y Martelli era quien se ocupaba de los detalles y de la parte operativa. Al menos así lo explican los que participaron en alguna de las reuniones.
Rosenblut no precisó en la entrevista cuánto fue el monto recaudado en Soquimich ni si se reunió con otras compañías con la misma finalidad. Sólo precisó que “en forma circunstancial intenté colaborar, consultando como iniciativa personal, no planificada e informal, la voluntad para disponer de recursos en una eventual campaña presidencial”.
The Clinic reveló hace unos días que el ex presidente de Endesa se habría reunido en abril nuevamente con Contesse, su tercer encuentro en tres años con el ex gerente general de SQM. Tuvo lugar en el Ritz-Carlton y el tema habría sido que haría Contesse en sus declaraciones ante la Fiscalía.
En el mundo político dicen que la posición de Rosenblut es compleja, además de poner en una situación incómoda a su actual pareja, Ximena Rincón, quien luego del cambio de gabinete quedó como ministra del Trabajo. Y cercanos a él dicen que está preocupado.
Este medio llamó en varias ocasiones al ex presidente de Endesa, pero no tuvo respuesta.
Mientras Jorge Rosenblut era presidente de Endesa fue mandatado por el directorio para distribuir $509 millones en la campaña presidencial de 2013, en primera y segunda vuelta, así como en las parlamentarias. Se trataba de aportes reservados entregados a través del Servicio Electoral.
Pero esa no fue la única gestión en materia de financiamiento de campañas realizada por el ingeniero civil de la U. de Chile que asumió la presidencia de Endesa el 17 de diciembre de 2009 y se mantuvo en el cargo hasta el 4 de noviembre de 2014, cuando fue designado presidente de Enersis, el holding que controla la generadora Endesa y la distribuidora Chilectra.
Fuentes cercanas al directorio de Endesa y Enersis revelan que, a través de Rosenblut, Endesa entregó un aporte fuera de ley al abogado Pedro Yaconi, recaudador de la campaña de Eduardo Frei en 2009, por al menos $100 millones. No fue posible establecer si Endesa realizó dicho aporte a C2P, sociedad constituida el 11 de marzo de 2003 por Yaconi junto al periodista Gonzalo Mehech, la que aparece facturando $120 millones a Aguas Andinas en 2009, o si el aporte de Endesa fue realizado a través de Rentas, Inversiones, Servicios y Asesorías Limitada (Rinvesa), sociedad de Yaconi y su ex mujer Mónica Urzúa Frei, sobrina de Eduardo Frei, que facturó $30 millones a Soquimich en abril de 2009. Por esta última, Yaconi fue citado a declarar como imputado el 22 de abril después de que Soquimich no pudiera justificar el desembolso.
La primera vuelta de la campaña presidencial de 2009 fue el 13 de diciembre y, tras obtener el segundo lugar, Frei pasó a segunda vuelta el 17 de enero de 2010 –cuando Rosenblut ya era presidente de Endesa– siendo derrotado por Sebastián Piñera.
Endesa también entregó aportes por, al menos, $50 millones a Giorgio Martelli, el autodenominado operador político, recaudador de la campaña de Michelle Bachelet en 2013 y quien, a través de su sociedad Asesorías y Negocios, recibió pagos por $ 480 millones de parte de Soquimich Salar, filial de SQM, Celulosa Arauco y Empresas Copec, del grupo Angelini.
Enersis contrata abogado por implicancias penales para Endesa y Rosenblut
El tema de los aportes ilegales a las campañas políticas fue tratado por el directorio de Enersis a mediados de mayo, donde se dio a conocer el resultado de una auditoría interna de Endesa que fue hecha a pedido del director Enrique Cibié en un directorio en marzo.
A raíz de la auditoría los miembros de la mesa de Enersis acordaron contratar a un abogado para revisar las implicancias penales para Endesa y Rosenblut, quien era presidente de esa compañía, además del impacto contable en los resultados y si habría que rectificar y pagar por servicios no prestados o por servicios que no son del giro.
Enersis decidió, además, revisar lo ocurrido con todas sus filiales y los aportes políticos legales e ilegales, lo que incluye a Chilectra, que Rosenblut presidió entre 1999 y 2009, y la Fundación Huinay, financiada por Endesa y a la que Andrés Zaldívar entregó facturas por $150 millones entre junio de 2008 y el 10 de marzo de 2010, antes de volver a ocupar un escaño en el Senado, y que, según explicó, perseguían regularizar concesiones marítimas.
Fuentes cercanas al directorio de Enersis afirman que lo de la fundación fue una sorpresa y agregan que el pedido a Chilectra es el segundo, ya que quieren asegurarse de que no hay nada que los pueda complicar.
La empresa confirmó a este medio que “dentro del marco general de revisiones habituales que efectúan la compañías del holding, los Directorios de Enersis y Endesa Chile solicitaron en el mes de marzo pasado una revisión particular sobre contrataciones de servicios a personas conexas a Personas Políticamente Expuestas (PEP), la que se encuentra en curso”.
Y agrega: “El Directorio de Endesa Chile, después de contar con toda la información requerida, la analizará y tomará las decisiones que correspondan. Simultáneamente, se ha incorporado hacia el futuro un sistema de control especial sobre relaciones contractuales con PEP.”
El asunto es complejo por donde se lo mire: Endesa es una empresa regulada, sujeta a fijaciones tarifarias, al igual que Chilectra. Los aportes ilegales a campañas son parte de una investigación que comenzó con Penta y derivó a Soquimich, desatando el mayor escándalo político que se recuerde, sin que hasta ahora sea posible establecer la magnitud y consecuencias de la relación entre dinero y política.
Más complejo aún por el doble sombrero de Rosenblut, quien no sólo estuvo al mando de Endesa entre fines de 2009 y fines de 2014, sino que además cumplió el rol de recaudador en las dos campañas de Bachelet. En la primera, en 2005, hizo de cabeza del equipo, al que se sumó el geógrafo Giorgio Martelli; en la segunda, en 2013, colaboró en la recaudación.
Según la información recogida por El Mostrador, Rosenblut habría tenido como meta recaudar US$5 millones, a razón de US$1 millón ($500 millones de la época) por empresa, con un piso de $300 millones, para la última campaña de Bachelet. Lo habría conseguido, de acuerdo a estas mismas versiones, porque cinco compañías respondieron afirmativamente, aunque no todas contribuyeron con el tope. Una de ellas fue Soquimich, gestiones que el propio Rosenblut –en una entrevista publicada por El Mercurio– reconoció haber hecho .
“Me reuní en una oportunidad con el gerente general de Soquimich (Patricio Contesse), cuya única finalidad fue promover un apoyo económico a lo que sería una eventual candidatura de la Nueva Mayoría”, declaró Rosenblut a El Mercurio. Y se apresuró a agregar: “Y no hay nada irregular en eso ni hubo otro encuentro”.
Describió la tarea de recaudar fondos para campañas políticas como “aunar apoyos para la política en una causa que uno cree” y como una actividad “perfectamente legítima, necesaria y bien intencionada”.
Después de la reunión de Rosenblut con Contesse, el encargado de obtener los aportes fue Giorgio Martelli. El modus operandi se repitió en otras empresas. Rosenblut era el encargado de tender los puentes, hablaba en términos generales, siempre muy cuidadoso e imprimiéndole un sentido republicano a la conversación. Dejaba espacio abierto para que la empresa decidiera cómo concretar los aportes y Martelli era quien se ocupaba de los detalles y de la parte operativa. Al menos así lo explican los que participaron en alguna de las reuniones.
Rosenblut no precisó en la entrevista cuánto fue el monto recaudado en Soquimich ni si se reunió con otras compañías con la misma finalidad. Sólo precisó que “en forma circunstancial intenté colaborar, consultando como iniciativa personal, no planificada e informal, la voluntad para disponer de recursos en una eventual campaña presidencial”.
The Clinic reveló hace unos días que el ex presidente de Endesa se habría reunido en abril nuevamente con Contesse, su tercer encuentro en tres años con el ex gerente general de SQM. Tuvo lugar en el Ritz-Carlton y el tema habría sido que haría Contesse en sus declaraciones ante la Fiscalía.
En el mundo político dicen que la posición de Rosenblut es compleja, además de poner en una situación incómoda a su actual pareja, Ximena Rincón, quien luego del cambio de gabinete quedó como ministra del Trabajo. Y cercanos a él dicen que está preocupado.
Este medio llamó en varias ocasiones al ex presidente de Endesa, pero no tuvo respuesta.