CUATRO MUERTOS Y DECENAS DE HERIDOS PALESTINOS; NUEVOS APUÑALAMIENTOS DE JUDIOS Y QUEMA DE LA TUMBA DEL PATRIARCA JOSE
El ataque al lugar sagrado judío tuvo lugar en el marco del “Viernes de ira” convocado por los palestinos contra la represión israelí, que continuó ayer. Cientos de jóvenes irrumpieron en el sitio religioso para arrojar cócteles molotov.
Mientras fuerzas israelíes mataron a cuatro jóvenes palestinos en los territorios ocupados, fue incendiado el lugar donde yacen los restos del patriarca bíblico José, lugar de peregrinaje para los judíos. Ante la nueva escalada de violencia, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, instó a los líderes israelíes y palestinos a bajar la retórica para generar un clima de convivencia pacífica.
La tensión de las últimas semanas no dio tregua en la jornada de ayer, y cinco palestinos murieron y decenas fueron heridos en enfrentamientos con el ejército israelí en el norte de la Franja de Gaza y en Cisjordania. Por la mañana perdió la vida en la Franja un joven herido de bala en enfrentamientos pasados, mientras otros dos lo hicieron más tarde en choques en varios puntos de la valla fronteriza con Israel, en los que resultaron heridas 57 personas con munición viva y de goma y alrededor de 45 sufrieron intoxicación por inhalación de gas. Los fallecidos en los disturbios de Gaza son Yahiya Abd al Qader Farhat, de 24 años y residente en Suhaiya, que murió en el norte de un disparo en la cabeza, y Mahmoud Hatim Hmeid, de 22, que falleció al este de Suhaiya. Paralelamente, el ejército israelí informó que un palestino murió acribillado tras herir a un soldado israelí en un nuevo ataque con cuchillo cerca de la colonia judía de Kiryat Arba, en la ciudad palestina de Hebrón. “El asaltante palestino se disfrazó de reportero gráfico y atacó al soldado, hiriéndolo de forma moderada. Fuerzas en el lugar respondieron a la amenaza y dispararon al atacante que terminó muerto”, informó a través de un comunicado. Se trata del primer apuñalamiento después de que el jueves se viviese en la región una jornada relativamente tranquila, la primera sin ataques palestinos contra israelíes desde hacía ocho días.
Por su parte, el ataque al lugar sagrado judío, que tuvo lugar en el marco del “Viernes de ira” convocado el jueves por los palestinos contra la represión israelí, comenzó cuando cientos de jóvenes irrumpieron en el recinto armados con cocteles molotov que arrojaron contra algunos de los edificios que descansan sobre la tumba del patriarca, en particular el reservado para la oración de las mujeres. El coordinador de Actividades del Gobierno Israelí en los Territorios (Palestinos), el general Yoav Mordechai, explicó que fuerzas de seguridad palestinas se vieron obligadas a hacer uso de sus armas de fuego para dispersar a los manifestantes mediante disparos al aire. Mientras los efectivos efectuaban la evacuación, los bomberos de Naplusa llegaron al lugar para apagar las llamas.
El presidente Abbas condenó el ataque contra el santuario judío. “Ofende a nuestra cultura, nuestra moral y nuestra religión”, señaló el líder palestino, quien ordenó la apertura de una investigación y la reparación de los daños. Por su parte, y a contramano del pensamiento de Abas, el líder de Hamas, Ismael Haniyeh, afirmó ayer que la nueva Intifada palestina debe continuar. “Esta vez debe ser más violenta, para así defender Jerusalén y la mezquita de Al Aqsa”, dijo. “El cuchillo de la Intifada tiene que ser vigoroso en su actuación en favor de los palestinos y de las naciones árabes e islámicas para defender los lugares sagrados”.
Aunque muchos arqueólogos dudan de que el santuario albergue la tumba original de José, es un lugar sagrado de peregrinación para los judíos. Tras los acuerdos de Oslo de 1993, el lugar, cercano al campo de refugiados de Balata pasó a manos de los palestinos que tienen su control y vigilancia, por lo que siempre fue lugar de tensiones con los israelíes. Hace casi 15 años, el 8 de octubre de 2000, el templo también fue incendiado y el entonces presidente de la ANP, Yasser Arafat, repudió el hecho inmediatamente y mandó a reconstruirlo.
El líder estadounidense aprovechó la conferencia de prensa en la Casa Blanca junto a su homóloga de Corea del Sur, Park Geun-Hye para referirse a la situación en Medio Oriente. “Creemos que es importante que el primer ministro (israelí, Benjamin) Netanyahu, los funcionarios israelíes electos y (el líder palestino, Mahmud) Abbas intenten rebajar la retórica que pueda alimentar la violencia o los malentendidos”, señaló. Obama expresó que los líderes deben hacer entender a sus pueblos que el uso de la violencia sólo puede desembocar en una situación de mayor inseguridad. “No creo que podamos esperar a que se resuelvan los problemas entre israelíes y palestinos para rebajar la violencia, ahora mismo”, sostuvo. “Israel tiene el derecho a proteger a sus ciudadanos de ataques con navajas y de la violencia en las calles. Pero la única forma de que Israel sea verdaderamente seguro y de que el pueblo palestino alcance sus aspiraciones es con dos Estados que vivan uno al lado del otro”, opinó.
El mandatario estadounidense respondió a las críticas que generó un comentario de su secretario de Estado, John Kerry, quien el martes atribuyó el aumento masivo de los asesinatos de israelíes en territorios ocupados en los últimos años a la frustración entre los palestinos. Obama afirmó que Kerry no quiso atribuir la culpa de la violencia a los asentamientos, sino expresar que la atmósfera de tensión crea una situación de mayor desconfianza.
La creciente tensión en la región alertó al Consejo de Seguridad de la ONU, que se reunió para analizar la situación. El embajador de Israel ante la ONU, Danny Danon, rechazó la presencia de observadores internacionales en la Explanada de las Mezquitas solicitada por los representantes palestinos como medida de protección para los musulmanes ante la violencia en la Ciudad Santa.