Temer logró primer paso para congelar el gasto público por 20 años y aplicar fuerte ajuste en Brasil
10 de Octubre de 2016
La reforma constitucional que propone Michael Temer también congela -y apenas se corrigen por la inflación del año anterior- las partidas para salud y educación.
El ajuste fiscal impulsado en Brasil por el presidente conservador Michel Temer logró su primera victoria este lunes, cuando los diputados votaron por amplia mayoría a favor de un proyecto que congela el gasto público durante los próximos 20 años.Por 366 votos contra 111, la medida con la que el gobierno se propone empezar a "ordenar" las cuentas públicas y retomar el crecimiento económico superó holgadamente la primera de las cuatro votaciones -dos en la Cámara de Diputados y dos en el Senado- a las que debe ser sometida para salir del papel.
Esta propuesta de enmienda constitucional (apodada "PEC 241", por su número de expediente) busca limitar el aumento del gasto público al mero índice de la inflación del año anterior, como forma de reducir el déficit público y recuperar la confianza de los mercados.
Según sus críticos, afectará negativamente a las ya maltrechas áreas de salud y educación.
El gobierno celebró la votación como una clara señal de que cuenta con el apoyo necesario en el Parlamento para aprobar esta y otras reformas que considera vitales para colocar a Brasil nuevamente en la ruta del crecimiento, después de dos años de recesión.
La propuesta precisaba una mayoría de tres quintos de los diputados (308 votos de un total de 513 diputados) para avanzar en su tratamiento.
El gobierno espera concluir rápidamente el periplo legislativo para promulgar la ley antes de fin de año.
Desde que fue confirmado en el poder a fines de agosto -tras la destitución de la presidenta de izquierda Dilma Rousseff-, Temer trata de hacer avanzar a marcha forzada sus planes de austeridad, con la intención de concluir su tramitación antes de las presidenciales de 2018.
La PEC 241 debería ser seguida por otras reformas de alta volatilidad política y social, empezando por la del régimen de jubilaciones.
El gigante sudamericano atraviesa su peor recesión económica en más de un siglo, que provocó una retracción del PIB de 3,8% en 2015 y un desempleo que afecta a 12 millones de brasileños.
El FMI estima que Brasil deberá cerrar este año con su economía en marcada retracción de 3,3% con relación al año anterior, aunque iniciaría una tímida recuperación en 2017, con avance de 0,5%.
El país enfrenta al mismo tiempo la recesión, la crisis política y los escándalos de corrupción, centrados en el gigantesco esquema de sobornos de Petrobras.