DESPUÉS DE LOS CASTRO
Con la muerte de Fidel Castro y la promesa de su hermano Raúl de dejar la presidencia de Cuba en 15 meses, parece acercarse el momento del heredero político natural Miguel Díaz-Canel.
LA HABANA (Uypress)-
01.12.2016
Díaz-Canel fue ascendido al cargo de primer vicepresidente en 2013, lo que lo convirtió en el siguiente en la línea de sucesión para asumir la presidencia.
Con 56 años, Díaz-Canel es un miembro relativamente joven del liderazgo del Partido Comunista que necesitará apelar a las nuevas generaciones si desea prosperar más allá de la era de los hermanos Castro.
Ya ha hecho de la libertad de prensa y de internet una de sus principales preocupaciones, un cambio con potencial desestabilizador en un Estado que tiene un partido único y que ha monopolizado los medios por casi 58 años.
En otros asuntos, no obstante, ha seguido la línea del partido o ha evitado referirse en público a temas clave, como las reformas políticas y económicas o las relaciones con Estados Unidos. Su posición como el posible heredero de los Castro es firme y tendría que sufrir un duro tropiezo para que alguien más se cruce en su camino.
Díaz-Canel, quien nació después de que los Castro tomaron el poder en 1959, es un hijo de la revolución que ascendió en el Partido Comunista cultivando relaciones dentro de la elite política y evitando el exceso de exposición que puso fin a las carreras de otros aspirantes. "Él tiene la ventaja de haber sobrevivido a sus predecesores (como heredero natural)", dijo Christopher Sabatini, experto en Cuba en la Escuela de Asuntos Internacionales y Públicos de la Universidad de Columbia.
Durante los últimos años surgieron otros posibles sucesores a los Castro, pero desaparecieron luego de la escena pública por diversas razones. Entre ellos se encontraban Carlos Lage, que entonces tenía 57 años y era vicepresidente del Consejo de Estado, y Felipe Pérez Roque, de 43 años y que ejercía de canciller.
Ambos fueron apartados de sus cargos en 2009 como parte de una purga de Raúl por parecer demasiado ambiciosos, haber colaborado involuntariamente con agentes de inteligencia españoles y por criticar a los líderes cubanos de más edad.
Díaz-Canel ha tenido cuidado de no eclipsar a Raúl y ha sido tan cauteloso como para ser considerado un funcionario de poco brillo y con declaraciones que en gran medida no han sido memorables.
"Él ha canalizado cualquier ambición que podría haber tenido, por lo que la pregunta es cuál será su papel y poder entre la vieja guardia. La mayoría de las personas tratan de imaginarlo estableciendo un puente entre la nueva generación y la histórica. Eso debería ser un reto", dijo Sabatini.
Sin embargo, Díaz-Canel es un misterio para todos excepto para la elite política de Cuba. Los funcionarios estadounidenses dicen que tienen poco conocimiento de él y la mayoría de los cubanos fuera de Santa Clara, su ciudad natal, saben aún menos.
Si asume la presidencia en el 2018, Díaz-Canel llegará al poder tras 59 años de gobierno de los hermanos Castro, uno de ellos marcado por su enorme carisma y el otro por el respeto irrestricto que inspira en las cúpulas militares y políticas.
"Va a ser el primer presidente civil de la revolución y eso requerirá la confianza de los militares", explicó Arturo López Levy, ex analista político para el gobierno cubano y cuya madre enseñó a Díaz-Canel en la universidad.
Raúl Castro seguirá siendo el primer secretario del Partido Comunista durante tres años tras dejar el cargo de presidente, con lo que conservará un peso significativo. "Raúl Castro seguirá estando alrededor y será una gran fuente de legitimidad", dijo López Levy