Las bombas que caían durante todo el domingo en el barrio de Shayahía, en el este de la ciudad de Gaza, mataron al menos a 67 palestinos e hirieron a unos 400 más.
Ha sido el peor día de la ofensiva militar israelí en Gaza. Entre los muertos, decenas de niños, también el conductor de una ambulancia que quedó calcinada y un reportero palestino que lo acompañaba.
Columnas y nubes de humo gris coronan numerosos edificios del barrio, convertido en una zona devastada. Las ambulancias corren con heridos evacuados de los escombros y en la calle aún yacen cuerpos sin vida.
En la morgue del hospital Al-Shifa, en Gaza, no caben los cadáveres y en el centro no hay sitio para tantos heridos.
“En mi familia han muerto 12 personas, entre ellas mi sobrino de cuatro años”, explicó a Nóvosti Shadi Ayad, de 26 años.
Las ambulancias no paraban de llegar al hospital con más víctimas, entre ellas muchos niños con sus cuerpos destrozados por la metralla.
El hospital se ha convertido en un campo de refugiados donde se han instalado vecinos de Shayahía.
“No sabemos donde cobijarnos. Aquí no van a bombardear, así que nos quedamos. Estamos rendidos, hemos venido caminando durante dos horas desde Shayahía”, relató Umm Mohammed, una vecina del barrio.
Más de 81.000 personas se alojan ya en 61 escuelas y edificios de la UNRWA habilitados como campos de desplazados, según esta agencia. Pero los centros de la UNRWA no dan abasto.
Los bombardeos se han interrumpido parcialmente en Shayahía entre las 13.30 y las 15.30 horas (11.30 y 13.30 GMT) del domingo, el periodo en el que se había decretado una tregua solicitada con la Cruz Roja Internacional. Pero el alto el fuego no se respetó totalmente. El Ejército israelí acusó a Hamás de violarlo y atacar a sus soldados “con fusiles automáticos, granadas y diversas armas”.
Al final, la tregua se alargó hasta las 17.30 (15.30 GMT). La orden del Gobierno israelí era “acabar con la infraestructura de túneles que los terroristas utilizan para infiltrarse en Israel” y los soldados han entrado esta madrugada en Shayahía porque “es un nido de túneles, algunos llegan hasta las casas”, aseguró un portavoz del Ejército israelí.
Los militares que entraron con blindados en Shayahía encontraron resistencia de milicianos palestinos y en los combates murieron 13 soldados y ocho resultaron heridos. Las bajas militares de Israel son ya 18 y las civiles, dos. Los bombardeos segaron la vida de diez palestinos más en otros puntos de Gaza. La lista de muertos es de 425 y la de heridos supera los 3.000.