29 jul 2014

“No hemos venido a La Habana a negociar impunidades”

Pablo Catatumbo, líder de las FARC (Colombia)

Pocos días antes de concluir mi más reciente visita a La Habana, donde disfruté un peculiar mundial de fútbol en medio del Caribe beisbolero, mientras avanzaba en un par de proyectos editoriales, contacté a Pablo Catatumbo para hablar sobre el tema que se avecina en la agenda acordada entre el gobierno y las Farc: las víctimas del conflicto. El jefe guerrillero no rehuyó el tema y nos encontramos para desayunar en un hotel de la capital cubana, pocas horas antes de que Colombia venciera a Uruguay en aquel memorable partido que le sirvió a James Rodríguez para quedar en la historia de las copas del mundo. Catatumbo estaba acompañado de su compañera, Camila Cienfuegos, y fue claro y sincero, como todas las veces que he hablado con él. Sin embargo, no permitió que prendiera la grabadora y me ofreció, a cambio, que contestaría por intenet el cuestionario que yo había preparado. A un par de semanas de que se inicie el ciclo de conversaciones sobre víctimas en La Habana, entre las tormentas desatadas por las últimas noticias de la guerra, las Farc ponen sus cartas sobre la mesa en materia de víctimas.
Jorge Enrique Botero -En unos días el gobierno y las FARC iniciarán la discusión del tema “víctimas” ¿Cómo se han preparado las FARC EP para abordar este punto?
Pablo Catatumbo -Desde la etapa exploratoria de las conversaciones estamos preparándonos para este punto. Ha sido muy importante la consulta a expertos, la recolección de las propuestas e ideas provenientes de las organizaciones sociales y de victimas y el intercambio de experiencias con otros procesos de paz.
Creemos que contamos con las herramientas indispensables, necesarias y pertinentes para el abordaje del tema, para lo cual hay que ser objetivos y tenerse en cuenta, que según estadísticas de Naciones Unidas, más del 80 por ciento de las victimizaciones son responsabilidad del Estado y sus paramilitares.
JEB -Según el acuerdo general para la terminación del conflicto, “resarcir a las víctimas está en el centro del acuerdo” ¿que entienden ustedes por “resarcir”?
PC -Resarcir es superar las causas generadoras del conflicto, del cual deriva la victimización. El resarcimiento parte de que el Estado y la sociedad en su conjunto asuman como propios el tema de la paz y la reconciliación a partir de la comprensión de la existencia del conflicto y se repare el rechazable daño y dolor causado a las víctimas. Esto implica su reconocimiento y su visibilización dentro de la conciencia colectiva de la nación. Es un proceso complejo, largo y que representa retos inmensos para toda Colombia, para lo cual todos deberemos poner nuestro granito de arena.
Significa, además, que las víctimas tengan la plena seguridad de que en el nuevo país se habrán concretado los cambios estructurales de orden económico, político y social que garanticen la no repetición. Esa es, pudiéramos decir, la única garantía que tienen las víctimas de que hechos como los que sufrieron no se volverán a repetir. En este sentido es que decimos, que el acuerdo final debe significar un nunca más.
Para esto hay que partir como es lógico, de que las víctimas conozcan el origen real, concreto y las dinámicas de las situaciones en las que fueron violentados sus derechos.
JEB -¿Por qué insistieron tanto las FARC en la conformación de una comisión para el esclarecimiento de la verdad y de los orígenes y las causas de la guerra?
PC -Esto se conecta directamente con lo último que señalaba en la respuesta anterior: no es posible la reconciliación sin el conocimiento del origen y las causas de la guerra, una guerra que se inicia décadas antes de la conformación de las actuales organizaciones guerrilleras, las FARC EP y el ELN. Definitivamente no se puede hablar de millones de víctimas como si estas hubieran surgido de la nada, se hubieran producido por generación espontánea, o, debido a conductas individuales perversas. Nosotros insistimos en que el Estado, el bipartidismo tradicional, los gremios y la clase política dirigente y dominante, en general tienen una enorme responsabilidad en todo lo acontecido. Aquí lo que hay son unos orígenes históricos y concretos del conflicto social y armado, que tienen unos responsables fundamentales dentro de los partidos políticos y la institucionalidad. Eso es algo que no debe soslayarse y debe quedar perfectamente esclarecido, si es que de la verdad se trata.