ENTREVISTA DE THIERRY MEYSSAN
Varios sitios de la web francesa han realizado investigaciones de calidad sobre diferentes aspectos de los atentados perpetrados en París el 11 de enero de 2015. Uno de ellos, greffiernoir.com, entrevistó a Thierry Meyssan sobre la hipótesis que atribuye esos hechos a una operación organizada por servicios secretos de la OTAN. El entrevistado recuerda los trabajos realizados desde 1999 por la Red Voltaire y los relaciona con los elementos conocidos del caso Coulibaly.
por Thierry Meyssan, Alexis Kropotkine
RED VOLTAIRE | PARIS (FRANCIA) | 29 DE MAYO DE 2015
En la estela del ataque contra el semanario humorístico francés Charlie Hebdo, una extraña circunstancia saca nuevamente a la luz una historia de hace 20 años. Claude Hermant, quien fuera entonces uno de los actores principales de las revelaciones sobre las actividades ilegales del DPS, en Francia y en el extranjero, se ve hoy encarcelado y acusado de tráfico de armas. Se sospecha que este individuo fue el proveedor de parte del armamento que poseía Amedy Coulibaly, el autor de la toma de rehenes realizada en una tienda de productos judíos mientras la policía francesa asediaba a los presuntos autores del ataque contra la redacción de Charlie-Hebdo.
Claude Hermant, quien dirigía desde hace años una estructura paramilitar cercana a los círculos nacionalistas autónomos, ha declarado que el tráfico que hoy se le imputa contaba con la anuencia de las autoridades francesas y que tenía como objetivo garantizar que la Gendarmería francesa lograra infiltrar las redes criminales.
Alexis Kropotkine: Thierry Meyssan, mientras trabajaba en la preparación de un artículo sobre el vínculo entre Hermant y Coulibaly [1], redescubrimos el caso del Departamento de Protección y Seguridad (DPS) del Frente Nacional (FN), en el que usted y la Red Voltairedesempeñaron un papel importante. Eso fue en los años 1990. ¿Puede explicarnos aquello?
Thierry Meyssan: En septiembre de 1996 participé, como secretario nacional del Partido Radical de Izquierda (PRG, siglas en francés), en la creación del Comité Nacional de Vigilancia Contra la Extrema Derecha, estructura que fundamos siguiendo el modelo del Comité de Vigilancia de los Intelectuales Antifascistas, creado por nuestro partido en 1934. El objetivo era reunir semanalmente a los 45 principales partidos políticos, sindicatos, asociaciones y logias masónicas de izquierda para coordinar nuestra respuesta ante el avance del racismo y de la violencia política en Francia. Por supuesto, yo representé a la Red Voltaire.
Pero me di cuenta rápidamente de que la mayoría de los participantes veían la lucha contra el racismo y la violencia política únicamente como un medio de estigmatizar al Frente Nacional [2], que en realidad era para ellos una útil herramienta electoral.
De todas formas decidimos ofrecer al Comité Nacional de Vigilancia una observación extremadamente precisa de las publicaciones clasificadas como de «extrema derecha». Nos suscribimos a unas 50 publicaciones, algunas muy confidenciales, y comenzamos a leer y analizarlas. También asistimos a numerosas manifestaciones y conferencias, siempre tratando de entender a nuestro adversario. Finalmente, entrevistamos a varias personalidades de extrema derecha. Así me di cuenta de que la apelación «extrema derecha» no tenía ningún sentido ya que se utilizaba para designar corrientes de pensamiento muy diferentes entre sí, no necesariamente racistas, ni violentas, ni siquiera de derecha, pero estaban todas excluidas del juego político nacional.
Alexis Kropotkine: ¿Qué resultado arrojó ese trabajo de observación?
Thierry Meyssan: En aquel período varias personas fueron asesinadas por militantes del Frente Nacional. A veces se trataba de peleas entre grupos que pegaban carteles durante una elección o de actos de xenofobia o de homofobia. Estudiando nuestros materiales comprobamos que todas las personas que la justicia consideraba sospechosas de haber cometido aquellos crímenes eran miembros del servicio de seguridad del Frente Nacional, llamado Departamento de Protección y Seguridad (DPS).
Alexis Kropotkine: ¿Cómo estableció usted el vínculo entre el DPS, la Francia-África y los servicios de inteligencia [franceses]?
Thierry Meyssan: Yo trabajaba también con Francois-Xavier Verschave sobre las redes de la Francia-África. Eran los primeros trabajos que se hacían sobre ese tema. Francois-Xavier había comenzado revisando detalladamente los artículos de la prensa nacional. Estaban plagados de errores y aproximaciones pero su estudio nos mostró todo un mundo secreto y sirvió de base a nuestros conocimientos sobre ese tema. Por supuesto, yo me daba cuenta de que los nombres de los mercenarios que trabajaban a favor de los intereses franceses en África eran los de los cuadros del DPS.
Al principio pensé que aquellos mercenarios simplemente eran reclutados entre «la extrema derecha». Posteriormente vi que era un sistema organizado: aquellos hombres alternaban su trabajo en Francia, con el DPS, con otros trabajos que realizaban en el extranjero para los servicios secretos franceses.
Alexis Kropotkine: ¿Cómo se formó esa pasarela entre los servicios secretos franceses y el DPS? ¿Por qué escogieron al FN?
Thierry Meyssan: Mientras trabajaba sobre el Frente Nacional supe que había sido creado por Francois Duprat y Ordre Nouveau [Nuevo Orden] a pedido de Jacques Foccart, a principios de los años 1970. Jean-Marie Le Pen se convirtió en jefe del Frente Nacional sólo después del asesinato de Duprat, en 1978. Duprat también había sido mercenario en África y Jacques Foccart era el jefe de los servicios secretos de la Francia gaullista.
Poco a poco llegué a 3 conclusiones de gran importancia:
El Frente Nacional era una creación de los gaullistas para estabilizar los diferentes grupos excluidos de la vida política nacional (vencidos durante la Segunda Guerra Mundial y perdedores de la descolonización) y reinsertarlos en la vida política.
Desde el momento de su creación, el FN estaba bajo control de los servicios secretos, bajo la mirada vigilante de la presidencia de la República Francesa.
Francois Mitterrand había reactivado el control de la presidencia de la República sobre el Frente Nacional para reintroducir a los líderes históricos de esa organización en la vida política de Francia. Utilizando los fondos secretos [de la presidencia de la República], [Francois Mitterrand] financió la campaña electoral [del FN] para las elecciones europeas de 1984 y modificó el sistema utilizado para el escrutinio en las legislativas en 1986. Pero el comportamiento de los diputados del FN fue tan absurdo e incoherente que el presidente Mitterrand dio marcha atrás. Lo más que pudo hacer después de aquello fue amnistiar a los generales [que habían participado, en 1961, en el putsch] de Argel.
Alexis Kropotkine: ¿Qué relación tenía aquello con las operaciones de los servicios de inteligencia franceses en el exterior?
Thierry Meyssan: Mi visión de las cosas cambió cuando supe del papel de varios miembros del servicio de seguridad del FN en las operaciones secretas de Francia en Chechenia. Oficialmente, aquellos matones de «extrema derecha» habían ido a Rusia para apoyar a los buenos revolucionarios chechenos contra los malos postsoviéticos. En realidad, los servicios secretos franceses se habían infiltrado en el Emirato Islámico de Ichkeria y proporcionado a su jefe, el general Dzhojar Dudayev, un teléfono portátil satelital. Poco después, gracias a ese teléfono satelital, los servicios rusos lograban localizar a Dudayev y liquidarlo con un misil teledirigido. Por consiguiente, las personas que parecían ser matones de extrema derecha en realidad eran agentes franceses al servicio del presidente Francois Mitterrand y colaboraban con los servicios de inteligencia de Vladimir Putin.
Conversando con miembros del DPS, llegué finalmente a la conclusión de este era una creación de los servicios secretos franceses en el seno del FN. Lo cual no estaba relacionado con la intención de reciclar responsables políticos o militares. Fue en ese momento cuando descubrí un plan de creación, por parte del DPS, de un fichero de personalidades que serían neutralizadas en caso de necesidad. Era algo comparable a la preparación de un golpe de Estado. El DPS se había convertido en una herramienta de control político al servicio de la DPSD [Dirección de la Protección y la Seguridad de la Defensa, es el servicio de contraespionaje militar francés], que a su vez obedecía a la red Gladio de la OTAN.
Alexis Kropotkine: ¿Cómo reaccionó el mundo político?
Thierry Meyssan: Con el respaldo y ayuda del PRG solicitamos que se creara una comisión investigadora parlamentaria. La presidencia de la República se oponía resueltamente a ello. Pero, como resultado de un intenso cabildeo de todos los partidos políticos y de la solidez de la documentación que habíamos reunido, Francois Mitterrand dio marcha atrás. El presidente del PRG, Jean-Michel Baylet, presentó al Senado una solicitud de creación de la comisión investigadora pero la que se adoptó fue en definitiva la proposición presentada a la Asamblea Nacional.
Nuestro trabajo fue obstaculizado por la campaña deCharlie Hebdo que pedía la disolución del Frente Nacional y por las numerosas barreras que Jean-Christophe Cambadelis [3] puso a nuestra labor.
Alexis Kropotkine: ¿Por qué Cambadelis obstaculizó el trabajo de ustedes? ¿No era un aliado político? Concretamente, ¿qué maniobras le reprocha usted?
Thierry Meyssan: Jean-Christophe Cambadelis, quien hasta entonces sólo había estado en el Comité de Vigilancia como presidente del «Manifiesto contra el FN», se convertió abruptamente en el representante del Partido Socialista en el seno de ese Comité. Todas las semanas llegaba a las reuniones rodeado de una delegación y cuestionaba todas mis investigaciones dejando entrever que yo era obtusamente contrario al presidente Mitterrand. La mayoría de los miembros del Comité eran socialistas o le debían favores al presidente, y aquello los predisponía en contra mía. A pesar de ello logré convencer al Comité Nacional de Vigilancia y este tomó posición a favor de la Comisión Investigadora parlamentaria. Pero cuando empecé a ponerme en contacto con diputados y senadores, la mayoría me decían que Jean-Christophe Cambadelis había hablado con ellos y que les había dicho que se abstuviesen. Posteriormente supe que el señor Cambadelis había sido formado por Irving Brown, uno de los fundadores del Gladio.
Alexis Kropotkine: ¿Cuáles fueron las conclusiones de la comisión investigadora?
Thierry Meyssan: A medida que avanzaban los trabajos de la Comisión, los diputados se daban cuenta de que yo había descubierto algo muy grave pero que no podían revelar todo aquello. Así que rechazaron mi proposición de realizar un registro en la DPSD –lo cual podían haber hecho porque la ley los autorizaba– cuya sede está a sólo unos minutos a pie del edificio de la Asamblea Nacional.
Así que nunca pudimos llegar al fondo del asunto. Quienes habían urdido el complot no eran los dirigentes del FN, así que sólo podía ser cosa de la presidencia de la República –lo cual parece poco probable– o de un grupo faccioso en el seno de la DPSD, lo cual es plausible.
En el Frente Nacional, Jean-Marie Le Pen comenzó por llevarme a los tribunales, y perdió el proceso. Más tarde acabó dándose cuenta de que lo habían manipulado y comenzó a buscar, entre los que trabajan con él, quién trabajaba para la DPSD. Decidió entonces excluir de su partido a Bruno Megret y cerrar el DPS. El avance del Frente Nacional hizo imposible toda acción de tipo judicial y la Comisión Investigadora se acabó al llegar a esa conclusión.
Alexis Kropotkine: A su modo de ver, ¿la ruptura entre el FN y el MNR [4] no tuvo, por consiguiente, mucho que ver –quizás nada– con el deseo de independencia y de respetabilidad de Bruno Megret?
Thierry Meyssan: Claro que no. La iniciativa fue única y exclusivamente de Jean-Marie Le Pen. Bruno Megret trató de introducirse y después quiso crear otro partido político, el MNR, pero nunca logró existir por sí mismo. Además, no veo cómo un hombre que se rodeaba de racialistas podía esperar alcanzar ningún tipo de respetabilidad.
Alexis Kropotkine: Lo que usted dice me trae a la memoria los clips televisivos de la campaña del MNR. Incluso me parece que Courcelle, el jefe del DPS, se unió de inmediato –junto con sus mejores hombres, como Claude Hermant– al partido de Bruno Megret… Pero, ¿qué tipo de relaciones tuvo usted después con el Frente Nacional?
Thierry Meyssan: Después de eso mantuve relaciones personales amistosas con Jany Le Pen y con Bruno Gollnisch. Pero nunca me acerqué al Frente Nacional, con el cual yo no tenía nada en común. Los artículos de Renaud Dely que afirman que dejé el PRG para unirme al FN son pura difamación.
Durante la campaña electoral de 2007, creí que Jean-Marie Le Pen iba a dar el paso y transformar su partido de perdedores en partido de la nación. Al menos eso es lo que dejaba entrever su discurso de Valmy. Contrariamente a los demás militantes de izquierda, yo considero que Jean-Marie Le Pen sirvió a la República estabilizando a los diferentes grupos arbitrariamente designados como de «extrema derecha». Pienso, por otro lado, que es un hombre que ha mejorado considerablemente. Si usted mira los videos de su época poujadista, verá un hombre inculto, brutal y vulgar. Pero hoy es un hombre culto y reflexivo. Desgraciadamente, al legar su partido a su familia, en vez de permitir que Bruno Gollnisch se convirtiese en su presidente –aunque el entorno de [Gollnisch] es muy malo y este personaje comete a veces excesos poco compatibles con esa función–, no logró completar esa mutación.
Alexis Kropotkine: Ese viejo asunto del DPS sale nuevamente a flote en el contexto de los actos de terrorismo perpetrados en enero. [El diario francés] La Voix du Nord escribe que parte de las armas halladas en manos de Amedy Coulibaly pasaron por las redes de Claude Hermant, precisamente un ex miembro del DPS que se había pasado al MNR. Hasta el momento de su arresto, a fines de enero, Hermant dirigía estructuras paramilitares en los medios nacional-revolucionarios, estructuras que –es importante recordarlo– no tenían ningún vínculo con el FN contemporáneo. Todavía no se conoce el grado de implicación de Claude Hermant y el hombre parece decidido a defenderse. Dice que trabajaba para la autoridad administrativa en el marco de una misión de infiltración y ha divulgado a través de la prensa regional varios emails de la gendarmería que corroboran sus afirmaciones.
Esto nos trae a los atentados contra Charlie Hebdo. A usted se le ha reprochado mucho el haber descartado rápidamente la pista yihadista. ¿Cuál es en este momento la posición de usted sobre los acontecimientos [en París] de los días 7, 8 y 9 de enero [de 2015]?
Thierry Meyssan: Yo nunca he descartado la pista yihadista. Lo que hice fue explicar que quienes ordenaron esa acción no eran islamistas sino probablemente atlantistas. Eso no excluye que puedan ejecutar sus acciones a través de yihadistas sino todo lo contrario.
La idea de la «guerra de civilizaciones» no tiene absolutamente nada que ver con el pensamiento musulmán, cuyo objetivo no es la aniquilación sino la conquista. La «guerra de civilizaciones» y la destrucción apocalíptica sólo existen en las culturas judías y occidentales. Históricamente, ese concepto fue concebido por Bernard Lewis como justificación de una estrategia ofensiva y en el seno del Consejo de Seguridad Nacional de Estados Unidos y fue presentado después como algo fatalmente inevitable por el propagandista Samuel Hunttington, también miembro del Consejo de Seguridad Nacional [estadounidense].
La dificultad, para los occidentales, está en que ya no logran encarar ese tema de forma razonable. Eso es consecuencia de la propaganda, que no es la ciencia de la mentira sino la del reclutamiento. Cuando aceptamos, por cobardía, adoptar como propias ideas o cosas que sabemos que son falsas, nos vemos arrastrados en una sucesión de mentiras y sin lograr volver atrás.
Alexis Kropotkine: ¿Qué quiere usted decir con eso?
Thierry Meyssan: Por ejemplo, en Francia fingimos haber vivido la Segunda Guerra Mundial cuando la realidad es que el país vivió en paz desde junio de 1940 hasta junio de 1944 y sólo luchaban la Francia libre y la Resistencia. Fingimos creer que el III Reich había planificado la masacre contra los judíos de Europa cuando en realidad su objetivo oficial y público era masacrar a todos los pueblos eslavos y colonizar el este de Europa. Estamos convencidos de haber sido colonialistas y la realidad es que, cada vez que el Pueblo francés fue consultado sobre ese tema, expresó su oposición a ello, etc. Y señalo que sólo estoy citando ejemplos bastante viejos para no ofender.
Pero si usted quiere ejemplos actuales, aquí va uno: fingimos creer que los estadounidenses eligen a su presidente mediante el sufragio universal indirecto, cuando en realidad quienes lo eligen son los delegados de los gobernadores de los diferentes Estados de la Unión. Y por eso no logramos explicar cómo fue que la Corte Suprema [de Estados Unidos] declaró, en el 2000, que no le interesaba saber el resultado del voto popular en La Florida. Fingimos tener «valores comunes» con Estados Unidos cuando en realidad no tenemos ninguno: los franceses somos republicanos y los estadounidenses piensan, por el contrario, que la idea de «interés general» conduce a la dictadura; los franceses somos demócratas y los redactores de la Constitución [estadounidense] no lo eran; nosotros somos universalistas y ellos son supremacistas.
Para volver a su pregunta sobre los atentados de enero [en París], cuando ustedes sacaron a la luz la implicación de antiguos miembros del DPS en el caso Coulibaly, no pude menos que volver a mi hipótesis inicial: ¿Y si esto también fuese una manipulación de los servicios secretos de la OTAN?
Alexis Kropotkine: ¿Por qué se implicaría hoy la OTAN en una operación bajo bandera falsa en el territorio nacional de uno de sus primeros miembros?
Thierry Meyssan: Si usted cree que la OTAN es una alianza defensiva formada para enfrentar la amenaza soviética y que se perennizó, no tiene lógica la manipulación. Pero, por un lado, la OTAN no se formó para enfrentar una amenaza sino para amenazar a la URSS, que se vio entonces obligada a crear el Pacto de Varsovia. Y además la OTAN no ha defendido nunca a ninguno de sus miembros.
Lo que sí hizo la OTAN, por el contrario, fue organizar una campaña terrorista en Serbia y después habló de una respuesta desproporcionada por parte del gobierno de Milosevic para justificar así la destrucción de Yugoslavia; la OTAN afirmó que los talibanes eran corresponsables del 11 de septiembre para justificar la ocupación de Afganistán; la OTAN fabricó testimonios falsos presentados al Consejo de Derechos Humanos en Ginebra para hacer creer que existía una amenaza contra la población libia y derrocar la Yamahirya Árabe Libia, a pesar de que esta última gozaba de un masivo respaldo expresado en manifestaciones populares gigantescas.
Lejos de ser una alianza defensiva, la OTAN es un sistema de relación entre un amo y sus vasallos, lo cual es una violación de la Carta de las Naciones Unidas, que estipula que todos los Estados son soberanos e iguales entre sí. Los historiadores han demostrado que la OTAN ha organizado numerosos atentados y asesinatos en sus países miembros y los trabajos de esos historidores se han visto confirmados por documentos oficiales sacados de los archivos estadounidenses.
Pero esos trabajos son solamente sobre los primeros años de la OTAN, debido a lo difícil que resulta tener acceso a los archivos recientes. En Francia, en 1951, la OTAN experimentó, en el departamento de Gard, con la aplicación de drogas a la población, a espaldas de esta, y más tarde, en 1961-1966, la OTAN financió unos 40 intentos de asesinato contra el presidente Charles De Gaulle, realizados por la OAS [5].
Es muy desagradable pensar que a menudo somos simples piezas de ajedrez en manos de Washington. Pero esa es la realidad, ya comprobada en el pasado y que hoy en día se hace evidente. Por esa razón habría que haber prestado atención cuando Jean-Marie Le Pen dijo que los yihadistas de Charlie Hebdo tenían características de individuos vinculados a los servicios secretos.
Documento: «Commission d’enquête parlementaire sur le DPS: audition de Thierry Meyssan, Yves Frémion et Jean-Claude Ramos» [Comisión Investigadora parlamentaria sobre el DPS: audiencia de Thierry Meyssan, Yves Fremion y Jean-Claude Ramos] (texto en francés), Réseau Voltaire, 3 de marzo de 1999.
Thierry Meyssan
Alexis Kropotkine
[1] «Charlie Hebdo: la connexion Hermant-Coulibaly recèle-t-elle une partie des mystères du 7 janvier?», Alexis Kropotkin, Le Greffier noir, 14 de mayo de 2015.
[2] El Frente Nacional es un partido francés catalogado como de extrema derecha y fundado en 1972. Jean-Marie Le Pen fue su presidente hasta 2011, año en que fue sustituido por su hija Marine Le Pen. Nota de la Red Voltaire.
[3] Jean-Christophe Cambadelis encabeza actualmente el Partido Socialista francés. Nota de la Red Voltaire.
[4] El MNR (Movimiento Nacional Republicano) es un partido francés, clasificado como de extrema derecha, creado en 1999 por Bruno Megret, ex dirigente del FN.
[5] La OAS (Organización del Ejército Secreto) fue una organización terrorista francesa surgida en 1961, supuestamente para luchar contra la independencia de Argelia, y que acabó realizando numerosos atentados contra el entonces presidente de Francia Charles De Gaulle, teóricamente motivada por la decisión de De Gaulle de aceptar la autodeterminación del pueblo argelino. Nota de la Red Voltaire.
RED VOLTAIRE | PARIS (FRANCIA) | 29 DE MAYO DE 2015
En la estela del ataque contra el semanario humorístico francés Charlie Hebdo, una extraña circunstancia saca nuevamente a la luz una historia de hace 20 años. Claude Hermant, quien fuera entonces uno de los actores principales de las revelaciones sobre las actividades ilegales del DPS, en Francia y en el extranjero, se ve hoy encarcelado y acusado de tráfico de armas. Se sospecha que este individuo fue el proveedor de parte del armamento que poseía Amedy Coulibaly, el autor de la toma de rehenes realizada en una tienda de productos judíos mientras la policía francesa asediaba a los presuntos autores del ataque contra la redacción de Charlie-Hebdo.
Claude Hermant, quien dirigía desde hace años una estructura paramilitar cercana a los círculos nacionalistas autónomos, ha declarado que el tráfico que hoy se le imputa contaba con la anuencia de las autoridades francesas y que tenía como objetivo garantizar que la Gendarmería francesa lograra infiltrar las redes criminales.
Alexis Kropotkine: Thierry Meyssan, mientras trabajaba en la preparación de un artículo sobre el vínculo entre Hermant y Coulibaly [1], redescubrimos el caso del Departamento de Protección y Seguridad (DPS) del Frente Nacional (FN), en el que usted y la Red Voltairedesempeñaron un papel importante. Eso fue en los años 1990. ¿Puede explicarnos aquello?
Thierry Meyssan: En septiembre de 1996 participé, como secretario nacional del Partido Radical de Izquierda (PRG, siglas en francés), en la creación del Comité Nacional de Vigilancia Contra la Extrema Derecha, estructura que fundamos siguiendo el modelo del Comité de Vigilancia de los Intelectuales Antifascistas, creado por nuestro partido en 1934. El objetivo era reunir semanalmente a los 45 principales partidos políticos, sindicatos, asociaciones y logias masónicas de izquierda para coordinar nuestra respuesta ante el avance del racismo y de la violencia política en Francia. Por supuesto, yo representé a la Red Voltaire.
Pero me di cuenta rápidamente de que la mayoría de los participantes veían la lucha contra el racismo y la violencia política únicamente como un medio de estigmatizar al Frente Nacional [2], que en realidad era para ellos una útil herramienta electoral.
De todas formas decidimos ofrecer al Comité Nacional de Vigilancia una observación extremadamente precisa de las publicaciones clasificadas como de «extrema derecha». Nos suscribimos a unas 50 publicaciones, algunas muy confidenciales, y comenzamos a leer y analizarlas. También asistimos a numerosas manifestaciones y conferencias, siempre tratando de entender a nuestro adversario. Finalmente, entrevistamos a varias personalidades de extrema derecha. Así me di cuenta de que la apelación «extrema derecha» no tenía ningún sentido ya que se utilizaba para designar corrientes de pensamiento muy diferentes entre sí, no necesariamente racistas, ni violentas, ni siquiera de derecha, pero estaban todas excluidas del juego político nacional.
Alexis Kropotkine: ¿Qué resultado arrojó ese trabajo de observación?
Thierry Meyssan: En aquel período varias personas fueron asesinadas por militantes del Frente Nacional. A veces se trataba de peleas entre grupos que pegaban carteles durante una elección o de actos de xenofobia o de homofobia. Estudiando nuestros materiales comprobamos que todas las personas que la justicia consideraba sospechosas de haber cometido aquellos crímenes eran miembros del servicio de seguridad del Frente Nacional, llamado Departamento de Protección y Seguridad (DPS).
Alexis Kropotkine: ¿Cómo estableció usted el vínculo entre el DPS, la Francia-África y los servicios de inteligencia [franceses]?
Thierry Meyssan: Yo trabajaba también con Francois-Xavier Verschave sobre las redes de la Francia-África. Eran los primeros trabajos que se hacían sobre ese tema. Francois-Xavier había comenzado revisando detalladamente los artículos de la prensa nacional. Estaban plagados de errores y aproximaciones pero su estudio nos mostró todo un mundo secreto y sirvió de base a nuestros conocimientos sobre ese tema. Por supuesto, yo me daba cuenta de que los nombres de los mercenarios que trabajaban a favor de los intereses franceses en África eran los de los cuadros del DPS.
Al principio pensé que aquellos mercenarios simplemente eran reclutados entre «la extrema derecha». Posteriormente vi que era un sistema organizado: aquellos hombres alternaban su trabajo en Francia, con el DPS, con otros trabajos que realizaban en el extranjero para los servicios secretos franceses.
Alexis Kropotkine: ¿Cómo se formó esa pasarela entre los servicios secretos franceses y el DPS? ¿Por qué escogieron al FN?
Thierry Meyssan: Mientras trabajaba sobre el Frente Nacional supe que había sido creado por Francois Duprat y Ordre Nouveau [Nuevo Orden] a pedido de Jacques Foccart, a principios de los años 1970. Jean-Marie Le Pen se convirtió en jefe del Frente Nacional sólo después del asesinato de Duprat, en 1978. Duprat también había sido mercenario en África y Jacques Foccart era el jefe de los servicios secretos de la Francia gaullista.
Poco a poco llegué a 3 conclusiones de gran importancia:
El Frente Nacional era una creación de los gaullistas para estabilizar los diferentes grupos excluidos de la vida política nacional (vencidos durante la Segunda Guerra Mundial y perdedores de la descolonización) y reinsertarlos en la vida política.
Desde el momento de su creación, el FN estaba bajo control de los servicios secretos, bajo la mirada vigilante de la presidencia de la República Francesa.
Francois Mitterrand había reactivado el control de la presidencia de la República sobre el Frente Nacional para reintroducir a los líderes históricos de esa organización en la vida política de Francia. Utilizando los fondos secretos [de la presidencia de la República], [Francois Mitterrand] financió la campaña electoral [del FN] para las elecciones europeas de 1984 y modificó el sistema utilizado para el escrutinio en las legislativas en 1986. Pero el comportamiento de los diputados del FN fue tan absurdo e incoherente que el presidente Mitterrand dio marcha atrás. Lo más que pudo hacer después de aquello fue amnistiar a los generales [que habían participado, en 1961, en el putsch] de Argel.
Alexis Kropotkine: ¿Qué relación tenía aquello con las operaciones de los servicios de inteligencia franceses en el exterior?
Thierry Meyssan: Mi visión de las cosas cambió cuando supe del papel de varios miembros del servicio de seguridad del FN en las operaciones secretas de Francia en Chechenia. Oficialmente, aquellos matones de «extrema derecha» habían ido a Rusia para apoyar a los buenos revolucionarios chechenos contra los malos postsoviéticos. En realidad, los servicios secretos franceses se habían infiltrado en el Emirato Islámico de Ichkeria y proporcionado a su jefe, el general Dzhojar Dudayev, un teléfono portátil satelital. Poco después, gracias a ese teléfono satelital, los servicios rusos lograban localizar a Dudayev y liquidarlo con un misil teledirigido. Por consiguiente, las personas que parecían ser matones de extrema derecha en realidad eran agentes franceses al servicio del presidente Francois Mitterrand y colaboraban con los servicios de inteligencia de Vladimir Putin.
Conversando con miembros del DPS, llegué finalmente a la conclusión de este era una creación de los servicios secretos franceses en el seno del FN. Lo cual no estaba relacionado con la intención de reciclar responsables políticos o militares. Fue en ese momento cuando descubrí un plan de creación, por parte del DPS, de un fichero de personalidades que serían neutralizadas en caso de necesidad. Era algo comparable a la preparación de un golpe de Estado. El DPS se había convertido en una herramienta de control político al servicio de la DPSD [Dirección de la Protección y la Seguridad de la Defensa, es el servicio de contraespionaje militar francés], que a su vez obedecía a la red Gladio de la OTAN.
Alexis Kropotkine: ¿Cómo reaccionó el mundo político?
Thierry Meyssan: Con el respaldo y ayuda del PRG solicitamos que se creara una comisión investigadora parlamentaria. La presidencia de la República se oponía resueltamente a ello. Pero, como resultado de un intenso cabildeo de todos los partidos políticos y de la solidez de la documentación que habíamos reunido, Francois Mitterrand dio marcha atrás. El presidente del PRG, Jean-Michel Baylet, presentó al Senado una solicitud de creación de la comisión investigadora pero la que se adoptó fue en definitiva la proposición presentada a la Asamblea Nacional.
Nuestro trabajo fue obstaculizado por la campaña deCharlie Hebdo que pedía la disolución del Frente Nacional y por las numerosas barreras que Jean-Christophe Cambadelis [3] puso a nuestra labor.
Alexis Kropotkine: ¿Por qué Cambadelis obstaculizó el trabajo de ustedes? ¿No era un aliado político? Concretamente, ¿qué maniobras le reprocha usted?
Thierry Meyssan: Jean-Christophe Cambadelis, quien hasta entonces sólo había estado en el Comité de Vigilancia como presidente del «Manifiesto contra el FN», se convertió abruptamente en el representante del Partido Socialista en el seno de ese Comité. Todas las semanas llegaba a las reuniones rodeado de una delegación y cuestionaba todas mis investigaciones dejando entrever que yo era obtusamente contrario al presidente Mitterrand. La mayoría de los miembros del Comité eran socialistas o le debían favores al presidente, y aquello los predisponía en contra mía. A pesar de ello logré convencer al Comité Nacional de Vigilancia y este tomó posición a favor de la Comisión Investigadora parlamentaria. Pero cuando empecé a ponerme en contacto con diputados y senadores, la mayoría me decían que Jean-Christophe Cambadelis había hablado con ellos y que les había dicho que se abstuviesen. Posteriormente supe que el señor Cambadelis había sido formado por Irving Brown, uno de los fundadores del Gladio.
Alexis Kropotkine: ¿Cuáles fueron las conclusiones de la comisión investigadora?
Thierry Meyssan: A medida que avanzaban los trabajos de la Comisión, los diputados se daban cuenta de que yo había descubierto algo muy grave pero que no podían revelar todo aquello. Así que rechazaron mi proposición de realizar un registro en la DPSD –lo cual podían haber hecho porque la ley los autorizaba– cuya sede está a sólo unos minutos a pie del edificio de la Asamblea Nacional.
Así que nunca pudimos llegar al fondo del asunto. Quienes habían urdido el complot no eran los dirigentes del FN, así que sólo podía ser cosa de la presidencia de la República –lo cual parece poco probable– o de un grupo faccioso en el seno de la DPSD, lo cual es plausible.
En el Frente Nacional, Jean-Marie Le Pen comenzó por llevarme a los tribunales, y perdió el proceso. Más tarde acabó dándose cuenta de que lo habían manipulado y comenzó a buscar, entre los que trabajan con él, quién trabajaba para la DPSD. Decidió entonces excluir de su partido a Bruno Megret y cerrar el DPS. El avance del Frente Nacional hizo imposible toda acción de tipo judicial y la Comisión Investigadora se acabó al llegar a esa conclusión.
Alexis Kropotkine: A su modo de ver, ¿la ruptura entre el FN y el MNR [4] no tuvo, por consiguiente, mucho que ver –quizás nada– con el deseo de independencia y de respetabilidad de Bruno Megret?
Thierry Meyssan: Claro que no. La iniciativa fue única y exclusivamente de Jean-Marie Le Pen. Bruno Megret trató de introducirse y después quiso crear otro partido político, el MNR, pero nunca logró existir por sí mismo. Además, no veo cómo un hombre que se rodeaba de racialistas podía esperar alcanzar ningún tipo de respetabilidad.
Alexis Kropotkine: Lo que usted dice me trae a la memoria los clips televisivos de la campaña del MNR. Incluso me parece que Courcelle, el jefe del DPS, se unió de inmediato –junto con sus mejores hombres, como Claude Hermant– al partido de Bruno Megret… Pero, ¿qué tipo de relaciones tuvo usted después con el Frente Nacional?
Thierry Meyssan: Después de eso mantuve relaciones personales amistosas con Jany Le Pen y con Bruno Gollnisch. Pero nunca me acerqué al Frente Nacional, con el cual yo no tenía nada en común. Los artículos de Renaud Dely que afirman que dejé el PRG para unirme al FN son pura difamación.
Durante la campaña electoral de 2007, creí que Jean-Marie Le Pen iba a dar el paso y transformar su partido de perdedores en partido de la nación. Al menos eso es lo que dejaba entrever su discurso de Valmy. Contrariamente a los demás militantes de izquierda, yo considero que Jean-Marie Le Pen sirvió a la República estabilizando a los diferentes grupos arbitrariamente designados como de «extrema derecha». Pienso, por otro lado, que es un hombre que ha mejorado considerablemente. Si usted mira los videos de su época poujadista, verá un hombre inculto, brutal y vulgar. Pero hoy es un hombre culto y reflexivo. Desgraciadamente, al legar su partido a su familia, en vez de permitir que Bruno Gollnisch se convirtiese en su presidente –aunque el entorno de [Gollnisch] es muy malo y este personaje comete a veces excesos poco compatibles con esa función–, no logró completar esa mutación.
Alexis Kropotkine: Ese viejo asunto del DPS sale nuevamente a flote en el contexto de los actos de terrorismo perpetrados en enero. [El diario francés] La Voix du Nord escribe que parte de las armas halladas en manos de Amedy Coulibaly pasaron por las redes de Claude Hermant, precisamente un ex miembro del DPS que se había pasado al MNR. Hasta el momento de su arresto, a fines de enero, Hermant dirigía estructuras paramilitares en los medios nacional-revolucionarios, estructuras que –es importante recordarlo– no tenían ningún vínculo con el FN contemporáneo. Todavía no se conoce el grado de implicación de Claude Hermant y el hombre parece decidido a defenderse. Dice que trabajaba para la autoridad administrativa en el marco de una misión de infiltración y ha divulgado a través de la prensa regional varios emails de la gendarmería que corroboran sus afirmaciones.
Esto nos trae a los atentados contra Charlie Hebdo. A usted se le ha reprochado mucho el haber descartado rápidamente la pista yihadista. ¿Cuál es en este momento la posición de usted sobre los acontecimientos [en París] de los días 7, 8 y 9 de enero [de 2015]?
Thierry Meyssan: Yo nunca he descartado la pista yihadista. Lo que hice fue explicar que quienes ordenaron esa acción no eran islamistas sino probablemente atlantistas. Eso no excluye que puedan ejecutar sus acciones a través de yihadistas sino todo lo contrario.
La idea de la «guerra de civilizaciones» no tiene absolutamente nada que ver con el pensamiento musulmán, cuyo objetivo no es la aniquilación sino la conquista. La «guerra de civilizaciones» y la destrucción apocalíptica sólo existen en las culturas judías y occidentales. Históricamente, ese concepto fue concebido por Bernard Lewis como justificación de una estrategia ofensiva y en el seno del Consejo de Seguridad Nacional de Estados Unidos y fue presentado después como algo fatalmente inevitable por el propagandista Samuel Hunttington, también miembro del Consejo de Seguridad Nacional [estadounidense].
La dificultad, para los occidentales, está en que ya no logran encarar ese tema de forma razonable. Eso es consecuencia de la propaganda, que no es la ciencia de la mentira sino la del reclutamiento. Cuando aceptamos, por cobardía, adoptar como propias ideas o cosas que sabemos que son falsas, nos vemos arrastrados en una sucesión de mentiras y sin lograr volver atrás.
Alexis Kropotkine: ¿Qué quiere usted decir con eso?
Thierry Meyssan: Por ejemplo, en Francia fingimos haber vivido la Segunda Guerra Mundial cuando la realidad es que el país vivió en paz desde junio de 1940 hasta junio de 1944 y sólo luchaban la Francia libre y la Resistencia. Fingimos creer que el III Reich había planificado la masacre contra los judíos de Europa cuando en realidad su objetivo oficial y público era masacrar a todos los pueblos eslavos y colonizar el este de Europa. Estamos convencidos de haber sido colonialistas y la realidad es que, cada vez que el Pueblo francés fue consultado sobre ese tema, expresó su oposición a ello, etc. Y señalo que sólo estoy citando ejemplos bastante viejos para no ofender.
Pero si usted quiere ejemplos actuales, aquí va uno: fingimos creer que los estadounidenses eligen a su presidente mediante el sufragio universal indirecto, cuando en realidad quienes lo eligen son los delegados de los gobernadores de los diferentes Estados de la Unión. Y por eso no logramos explicar cómo fue que la Corte Suprema [de Estados Unidos] declaró, en el 2000, que no le interesaba saber el resultado del voto popular en La Florida. Fingimos tener «valores comunes» con Estados Unidos cuando en realidad no tenemos ninguno: los franceses somos republicanos y los estadounidenses piensan, por el contrario, que la idea de «interés general» conduce a la dictadura; los franceses somos demócratas y los redactores de la Constitución [estadounidense] no lo eran; nosotros somos universalistas y ellos son supremacistas.
Para volver a su pregunta sobre los atentados de enero [en París], cuando ustedes sacaron a la luz la implicación de antiguos miembros del DPS en el caso Coulibaly, no pude menos que volver a mi hipótesis inicial: ¿Y si esto también fuese una manipulación de los servicios secretos de la OTAN?
Alexis Kropotkine: ¿Por qué se implicaría hoy la OTAN en una operación bajo bandera falsa en el territorio nacional de uno de sus primeros miembros?
Thierry Meyssan: Si usted cree que la OTAN es una alianza defensiva formada para enfrentar la amenaza soviética y que se perennizó, no tiene lógica la manipulación. Pero, por un lado, la OTAN no se formó para enfrentar una amenaza sino para amenazar a la URSS, que se vio entonces obligada a crear el Pacto de Varsovia. Y además la OTAN no ha defendido nunca a ninguno de sus miembros.
Lo que sí hizo la OTAN, por el contrario, fue organizar una campaña terrorista en Serbia y después habló de una respuesta desproporcionada por parte del gobierno de Milosevic para justificar así la destrucción de Yugoslavia; la OTAN afirmó que los talibanes eran corresponsables del 11 de septiembre para justificar la ocupación de Afganistán; la OTAN fabricó testimonios falsos presentados al Consejo de Derechos Humanos en Ginebra para hacer creer que existía una amenaza contra la población libia y derrocar la Yamahirya Árabe Libia, a pesar de que esta última gozaba de un masivo respaldo expresado en manifestaciones populares gigantescas.
Lejos de ser una alianza defensiva, la OTAN es un sistema de relación entre un amo y sus vasallos, lo cual es una violación de la Carta de las Naciones Unidas, que estipula que todos los Estados son soberanos e iguales entre sí. Los historiadores han demostrado que la OTAN ha organizado numerosos atentados y asesinatos en sus países miembros y los trabajos de esos historidores se han visto confirmados por documentos oficiales sacados de los archivos estadounidenses.
Pero esos trabajos son solamente sobre los primeros años de la OTAN, debido a lo difícil que resulta tener acceso a los archivos recientes. En Francia, en 1951, la OTAN experimentó, en el departamento de Gard, con la aplicación de drogas a la población, a espaldas de esta, y más tarde, en 1961-1966, la OTAN financió unos 40 intentos de asesinato contra el presidente Charles De Gaulle, realizados por la OAS [5].
Es muy desagradable pensar que a menudo somos simples piezas de ajedrez en manos de Washington. Pero esa es la realidad, ya comprobada en el pasado y que hoy en día se hace evidente. Por esa razón habría que haber prestado atención cuando Jean-Marie Le Pen dijo que los yihadistas de Charlie Hebdo tenían características de individuos vinculados a los servicios secretos.
Documento: «Commission d’enquête parlementaire sur le DPS: audition de Thierry Meyssan, Yves Frémion et Jean-Claude Ramos» [Comisión Investigadora parlamentaria sobre el DPS: audiencia de Thierry Meyssan, Yves Fremion y Jean-Claude Ramos] (texto en francés), Réseau Voltaire, 3 de marzo de 1999.
Thierry Meyssan
Alexis Kropotkine
[1] «Charlie Hebdo: la connexion Hermant-Coulibaly recèle-t-elle une partie des mystères du 7 janvier?», Alexis Kropotkin, Le Greffier noir, 14 de mayo de 2015.
[2] El Frente Nacional es un partido francés catalogado como de extrema derecha y fundado en 1972. Jean-Marie Le Pen fue su presidente hasta 2011, año en que fue sustituido por su hija Marine Le Pen. Nota de la Red Voltaire.
[3] Jean-Christophe Cambadelis encabeza actualmente el Partido Socialista francés. Nota de la Red Voltaire.
[4] El MNR (Movimiento Nacional Republicano) es un partido francés, clasificado como de extrema derecha, creado en 1999 por Bruno Megret, ex dirigente del FN.
[5] La OAS (Organización del Ejército Secreto) fue una organización terrorista francesa surgida en 1961, supuestamente para luchar contra la independencia de Argelia, y que acabó realizando numerosos atentados contra el entonces presidente de Francia Charles De Gaulle, teóricamente motivada por la decisión de De Gaulle de aceptar la autodeterminación del pueblo argelino. Nota de la Red Voltaire.